7. MANTENIENDOTE FIRME

Marcos 14:38

Hemos estado hablando en las últimas 7 semanas, de salir de la oscuridad, exponer nuestros problemas a la luz del amor de Dios y ver cómo El sana esos hábitos, heridas y esas adicciones que arruinan nuestras vidas. Hoy quiero hablar acerca de Cómo mantener tu recuperación. ¿Cómo no perder el progreso que estás haciendo en tu vida cristiana?

El hecho es, que el crecimiento no es algo fácil. EL Camino Hacia La Libertad es irregular. Es dos pasos hacia delante y un paso hacia atrás. No es fácil del todo. Tú tienes problemas, retrocedes a modelos auto destructivos. Eso se llama recaída. El alcohólico regresa a la bebida. El que come mucho vuelve a aumentar de peso. El apostador regresa al casino. El adicto al trabajo vuelve a saturar su horario otra vez. Tendemos a repetir los modelos de nuestro pasado. Es bien fácil resbalarse. Es fácil resbalarse en esas antiguas heridas, antiguos hábitos y antiguos complejos.

Hoy quiero que veamos lo que causa una recaída y luego estudiar el paso de cómo mantenerse, el paso 7 en el Camino Hacia la Recuperación y cómo evitar una recaída.

Una cosa es cierta, las recaídas suceden en un patrón muy predecible. Primero es la complacencia. Comienzas a sentirse cómodo con pequeñas victorias. Comienza a decir, “No necesito más ayuda, mi dolor ha sido reducido, no eliminado pero puedo vivir así. Así que ya no necesito ir a los grupos. Ya no necesito trabajar los pasos. No necesito un consejero y comienzas a ser complaciente.

La segunda es la confusión. Es cuando comienzas a racionalizar, diciendo, “Quizás no fue realmente tan mal después de todo, el problema realmente no era tan grande, lo puedo manejar por mí mismo.” Entonces comienzas a olvidar que tan mal era. Regresas al lugar de la tentación. Vuelves a la situación de riesgo que te metió en problemas en al principio, ya sea el bar, o el centro comercial, o lo que sea. Regresas a ese lugar.

La catástrofe es donde cedes al hábito anterior, la antigua herida, y el odio vuelve, o el resentimiento, o el antiguo complejo. Necesitas entender que el colapso no es la recaída. La catástrofe no es cuando sucede la recaída; comenzó mucho más antes. La catástrofe es simplemente el resultado del patrón que sucedió. ¿Por qué retrocedemos?

I. ¿QUÉ PUEDE CAUSAR UNA RECAÍDA?

1. Volver a la fuerza de voluntad.

Gálatas 3:3 “¿Cómo pueden ser tan necios? Comenzaron por el Espíritu de Dios, ¿Quieren ahora terminar en su propios poder?” Comenzaron confiando en Dios y el Paso 1 es Soy incapaz para cambiar pero el Paso 2 es Dios tiene el poder, Paso 3 es Lo entrego a Dios. Y permites que Dios haga los cambios en tu vida pero luego de un tiempo comienzas a pensar, “Soy yo quien está haciendo esto, yo estoy haciendo los cambios”. Tienes pocos logros y de repente piensas que tienes todo el poder, todo el conocimiento y que puedes manejar todo.¿A quien engañas? Tú eres tu.” Y Dios dejará que recaigas y recaigas, y recaigas hasta que te des cuenta que no puedes hacerlo por ti mismo. El simplemente te dejarás caer, 100, 200, 300 veces hasta que digas, “Dios, no puedo hacerlo.” Zacarías 4:6 “No con fuerza, ni por poder, sino con Mi espíritu dice el Señor. Tendrás éxito por Mi Espíritu.” Solamente Dios tiene el poder para quitar esos defectos. Si regresas a la fuerza de voluntad vas a recaer. Si estás pensando, “Solo voy a intentarlo más arduamente,” olvídalo.

2. Ignorar uno de los pasos.

Nos apresuramos. Tratamos de avanzar rápidamente en los pasos, quizás desees saltarse un paso difícil como, “No creo que necesite este último paso, la parte de hacer enmiendas. No, necesitas dar todos los pasos o no funciona. Y necesitas seguir lo que la Biblia die que son los principios para la vida. Así que no hay una recuperación rápida. “Estaban tan bien. ¿Quién les detuvo para obedecer la verdad?” Él dice, Sigan trabajando en los pasos. Manteen tu impulso.

3. Tratar de recuperarte sin ayuda.

“Voy a mejorar por mí mismo. No necesito la ayuda de nadie más.” Estás pidiendo una recaída. “Voy a escuchar estas predicaciones, no voy a ir a consejería, no pido ayuda, no voy a asistir a un grupo pequeño; escucharé estos mensajes y mejoraré por mí mismo.” Incorrecto. No funciona de esa forma. Eclesiastés 4:9 “Dos son mejor que uno porque si uno de ellos cae, el otro puede ayudarle a levantarse. Pero si alguien está solo y cae, es muy triste porque no hay nadie que escuche y le levante o le ayude.” No puedes vencer este problema solo. Si pudieras ya lo hubieras hecho. Pero no puedes así que no lo harás. Cuando eres tentado y las cosas van mal ¿A quien vas a llamar? Todos necesitamos a alguien en quien apoyarnos y necesitamos ayuda. Y no lo vas a lograr en la vida si no tienes vínculos con las personas claves en tu vida. Hebreos 10:25 “No dejemos el hábito de reunirnos.” La raíz de tu problema es de relaciones o vínculos. Puedes salir y practicar estas cosas por ti mismo y no involucrarte con nadie más. Funcionará por un tiempo pero no por mucho tiempo y recaerás. Lo garantizo. Es como manejar un carro a 150 kilómetro por hora y sueltas las manos del volante. No vas a chocar inmediatamente pero inevitablemente sucederá. Y si no tienes ayuda cuando la tentación viene y luego no sientes como hacer lo correcto, ¿quién te va a ayudar a hacer lo correcto? Si caes ¿quién está para ayudarle?

4. Volverte orgulloso.

Somos orgullosos y demasiado confiados y decimos “Soy fuerte.” Ya supere esta herida. Ya vencí este hábito. Los he perdonado, he cerrado la puerta. Proverbios 16:18 “El orgullo precede a la destrucción.” Necesitas permanecer humilde o tambalearás. El hombre arrogante eventualmente quedará expuesto al final. El orgullo nos lleva a toda clase de problemas. El orgullo siempre nos prepara para una caída. Nos ciega y no vemos nuestras propias debilidades. Nos aleja de buscar ayuda. Nos evita hacer enmiendas a otras personas. Nos aleja de dar todos los pasos completamente. El mayor problema con el orgullo es que provoca culpar a otras personas por nuestros propios problemas. Decimos, “No es mi problema.” 1 Corintios 10:12 “Si piensan estar firmes miren que no caigan.” El secreto de una libertad que perdura es vivir con humildad. Es la mejor protección para una recaída.

II. ¿CÓMO EVITAR UNA RECAÍDA?

El Paso 7 es el paso de Mantenimiento. RESERVA UN TIEMPO DIARIO CON DIOS PARA UNA AUTO EVALUACIÓN, LECTURA DE LA BIBLIA Y ORACIÓN COMO PARA CONOCER A DIOS Y SU VOLUNTAD PARA MI VIDA Y OBTENER EL PODER PARA CUMPLIRLA.

Esto está basado en Marcos 14:38 “Vigilen y oren para que no caigan en tentación porque el Espíritu está dispuesto pero el cuerpo es débil.” Él está diciendo que es natural en el humano el tener una recaída, el volver a las cosas que nos afectan aunque sabemos que nos arruinan y destruyen. Es natural en el ser humano el dejar que los problemas del pasado nos vuelvan a visitar, viejas heridas, y complejos regresen a perseguirnos. Así que Él dijo, necesitas tener algunos guardianes. Y ese es de lo que se trata este paso. Hay tres herramientas para mantener su recuperación:

1. EVALUACIÓN.

II Corintios 13:5 dice: “Examínense a ustedes mismos.” Lamentaciones nos dice “Examinémonos y arrepintámonos.” ¿Qué es lo primero que examinamos? Y, ¿Cuándo? Qué evaluar – Cuatro áreas de evaluación:

a) Físico: Tal vez te preguntes: “¿Qué me está diciendo mi cuerpo?” Tu cuerpo es un barómetro de lo que está sucediendo dentro de ti. ¿Tienes los músculos tensos? ¿Adivina qué? Estas bajo estrés. Tienes dolor de cabeza o dolor de espalda. ¿Qué te está diciendo eso? Tu cuerpo es un barómetro, una luz de advertencia que quizás algo está mal y por lo tanto periódicamente necesitas detenerse, quizás a mitad del día digas, “¿qué me está diciendo mi cuerpo? ¿Tengo hambre? ¿Estoy cansado? ¿Estoy fatigado? ¿Estoy completamente estresado?” Estas son algunas claves que quizás algo esté fuera de línea.

b) Emocional: ¿Qué estoy sintiendo en este momento? ¿Estoy permitiendo que mis verdaderos sentimientos salgan a la superficie? O, ¿simplemente los estoy reprimiendo? Reprimir tus verdaderos sentimientos es como agitar una botella de coca cola sin quitarle el tapón; eventualmente va a salir. ¿Estoy herido? ¿Estoy exhausto? ¿Estoy afectado por el enojo? ¿Estoy resentido con alguien? ¿Estoy tenso? ¿Ansioso? ¿Temeroso?

c) Relacional: ¿Estoy en paz con todos? Si no lo estás, ese conflicto interno va a hacerte atrasarte, mantenerlo lejos de tu recuperación. Hay algunas personas a tu alrededor, que sabes cuando estás teniendo conflicto con ellas.

d) Espiritual: ¿Estoy confiando en Dios? Momento a momento ¿estoy confiando en Dios?

Haces una evaluación, celebras tus éxitos y confiesas tus fracasos, pero estás agradecido por lo que has hecho y que está bien. Cada uno debe probar su propio actuar. Luego puede sentirse orgulloso de sí mismo sin compararse con alguien más.” Puedes sentirse honestamente orgulloso, “estoy orgulloso de lo que Dios está haciendo en mi vida. Estoy agradecido que Dios esté obrando y estoy viendo progreso en mi vida.

2. MEDITACIÓN.

Meditación es una muy buena palabra Bíblica que ha sido adaptada por mucha gente. Simplemente significa: detenerse lo suficiente para escuchar a Dios. Eso es todo. Las ocupaciones ahogan la libertad y el crecimiento. Este es el secreto de una fortaleza espiritual y encuentro que Satanás lucha fuertemente en esta área de mi vida como ninguna otra. Se asegura que no tengas tiempo a solas con Dios, un tiempo en silencio. Él tiene tres herramientas que utiliza: el ruido, las multitudes y la prisa. Esas tres cosas te alejan de escuchar a Dios diariamente.

Salmos 1:1-3 “Felices los que siempre meditan en las leyes de Dios y piensan en formas de cómo estar más cerca de Él. Son como árboles en un río que no se secan, tienen éxito en todo lo que hacen.” La llave para el crecimiento es tener raíces bien profundas en la Palabra de Dios y la forma en que puedes tener raíces profundas en la Palabra de Dios es meditando en ella, seriamente pensar acerca de lo que lees en la Biblia por unos minutos y luego pensar en lo que eso significa en mi vida. Eso es meditar. ¿Cómo aplicar esto a mi vida? Cuando haces eso Él dice, “ustedes son como un árbol plantado junto al río y cuando hace calor usted no se marchita y cuando hay sequía no se seca y desaparece.” No tiene una recaída.

Nos necesitamos unos a otros y necesitamos la Palabra de Dios para ayudarnos a mantenernos en el Camino Hacia la Recuperación. Ve el beneficio. Él dice, “si meditas tendrás éxito en todo lo que hagas.” Éxito. ¿Cómo te gustaría tener éxito en todo lo que haces? Dios dice, “Simple, solo medita en la Palabra.” Solamente ese hábito te ayudará a conocer lo correcto a hacer y entonces todo te saldrá bien.

Cómo meditar en la Palabra de Dios: Salmos 119:11 “Pensé mucho en tus palabras y las atesoré en mi corazón para que me guarden de pecar.” Él dice, creo en TU Palabra, las guardé en mi corazón. ¿Cómo? Memorícela. Al pensar en Tu Palabra y la memorizas los principios y los pasajes claves, esto te guarda de pecar. Me aleja de una recaída. ¿Quieres evitar la tentación? Piense en la Palabra de Dios. Medita en ella. Si conoces cómo preocuparte también conoces cómo meditar. Preocuparse es simplemente una meditación negativa. Preocupación – toma un pensamiento negativo y piensa en eso una y otra y otra vez... Toma un versículo de la Biblia y piensa en eso una y otra y otra vez – eso se llama meditación. Así que si sabes cómo preocuparse, sabes cómo meditar.

3. ORACIÓN.

Ahora hay una tercera herramienta que Dios dice que será de ayuda para que mantengas tu libertad y eso es la oración. La oración puede hacer lo que Dios puede hacer. De hecho es la forma que se conecta al poder de Dios. Tu dirás que no puedes hacerlo, pero Dios si puede. ¿Cómo obtengo el poder de Dios? Lo obtienes por medio de la oración. Ahora no mucha gente se da cuenta que puede orar por cualquier necesidad en su vida. Dios es un Padre de amor, quizás el Padre que nunca tuvo. Puedes orar por una necesidad espiritual, una necesidad física, una necesidad relacional, una necesidad emocional. Él tomará cualquier necesidad. Ahora, ¿Cómo orar? Ve lo que Jesús dice; Mateo 6:9-13 “Así es como deben orar; Nuestro Padre celestial, que tu nombre santo sea honrado, que tu reino venga, que tu voluntad sea hecha en la tierra como es en el cielo. Danos hoy el pan que necesitamos, perdónanos las faltas que hemos cometido, como nosotros perdonamos las faltas que otros nos han hecho. No nos metas en tentación, sino líbranos del maligno.” Ahora bien, quiero que vean un par de cosas acerca de la oración del Señor. Noten que dice ‘cómo’ deben orar. Es un modelo. No es un ritual que debe seguirse. La gente frecuentemente pregunta por qué no hacemos esta oración todos los domingos. Porque un par de versículos antes de esta oración, Jesús dice no hagan vanas repeticiones. ‘Padre Nuestro que está en el cielo, santificado sea tu nombre’ – estás diciendo Reconozco que no soy Dios sino Tu. Esos son los pasos uno y dos. ‘Que se haga Tu voluntad, venga Tu reino’ – eso es el paso cinco. ‘Danos hoy el pan de cada día’ – ese es el paso tres. ‘Perdona nuestras deudas’ – ese es el paso cuatro. ‘Como nosotros perdonamos a otros’ – ese el paso seis. ‘No nos metas en tentación, más líbranos del mal’ – esa es la recaída, ese este paso. Puedes ver que la recuperación es tan antigua como la oración del Señor. Jesucristo nos dio los principios por los cuales encontramos completa recuperación. Si tienes una herida a la que se has estado aferrando, si hay algo en tu vida que dice “no importa lo que hagas no puedo vencerlo,” la buena noticia es esta, y hemos estado diciendo esto por siente semanas, que usted es importante para Jesucristo y Él tiene el poder para ayudarte. Usted puedes hacer los cambios que quieres hacer con la ayuda de Él, y El también desea hacerlos, si solamente cruzas la línea y le permites hacerlo.

La omnisciencia de Dios

Llevó él mismo nuestros pecados en su cuerpo sobre el madero (1 Pedro 2:24).

Oh Señor, tú me has examinado y conocido. Tú has conocido mi sentarme y mi levantarme; has entendido desde lejos mis pensamientos (Salmo 139:1-2).

Examíname, oh Dios, y conoce mi corazón; pruébame y conoce mis pensamientos; y ve si hay en mí camino de perversidad, y guíame en el camino eterno. (Salmo 139:23-24).

Dios ve, oye y conoce todo, incluso nuestros pensamientos más secretos. Ante él nadie puede disimular ni ocultar sus malos sentimientos. Lo que se hace a escondidas, a espalda de todos, algún día será puesto en plena luz.

Los problemas que encontramos, pequeños o grandes, a veces nos dejan desconcertados, y suspiramos: –¿Por qué Dios no interviene? Podríamos pensar que él no se interesa por nosotros. Por eso a menudo repite claramente en su Palabra que él ve todas las injusticias: “Trastornar al hombre en su causa, el Señor no lo aprueba” (Lamentaciones de Jeremías 3:36). A su debido tiempo, Dios juzgará todo con perfecto conocimiento “según la obra de cada uno” (1 Pedro 1:17).

¡Nadie puede escapar de la mirada de Dios! (Salmo 139:7-8). Según la relación que mantenemos con Dios, o nos molesta su mirada, o nos tranquiliza. Si conozco a Dios sólo como juez supremo, seguramente que no me sentiré muy cómodo. Pero si por la fe le he recibido como Padre en Jesús, como el que me ama y me ha perdonado, entonces estaré feliz de saber que nada se le escapa: ni mis problemas, ni mis preocupaciones, ni mis dudas, ni mis penas… Al contrario, cada una de mis circunstancias me invita a acercarme aún más a él.

 

Fuente: http://www.amen-amen.net/podcast/index.php?id=184

Tu silencio es importante…

Mas el que refrena sus labios es prudente.
Proverbios 10:19.

El que guarda su boca guarda su alma.
Proverbios 13:3. 

El que cierra sus labios es entendido.
Proverbios 17:28.

6. RESTAURANDO MIS RELACIONES

Efesios 4:31-32

Estamos en la Parte 6 de nuestro Camino Hacia la Libertad. Tiene que ver con hacer un poco de trabajo para mejorar las relaciones. Y volver atrás y tratar de reparar algo del daño que otros nos han causado y lo que nosotros hemos hecho a otros.

PASO 6. EVALUO TODAS MIS RELACIONES, OFREZCO PERDON A LOS QUE ME HAN DAÑADO Y HAGO ENMIENDAS POR EL DAÑO QUE HE CAUSADO A OTROS, EXCEPTO CUANDO AL HACER ESO, LES DAÑARÍA A ELLOS O A OTROS.

Esto está basado en Efesios 4:31-32 “Hagan desaparecer toda amargura, ira y enojo junto con toda forma de malicia. Sean amables y compasivos unos con otros, perdonándose unos a otros, así como en Cristo, Dios les perdonó.”

En este paso obviamente hay dos partes. Primero, perdonar a los que me han dañado y segundo, hacer enmiendas con las personas que he dañado. Vamos a tratar con las personas que te han dañado y las que has dañado. ¿Por qué debería dar este paso y cómo hacerlo?

I. DEBO PERDONAR A LOS QUE ME HAN DAÑADO.

1. Porque Dios me ha perdonado.

Y si Dios me ha perdonado yo debo perdonar a los demás. Colosenses 3:13 “Nunca tengas resentimientos. Recuerden que El Señor les perdonó, por lo tanto ustedes deben perdonar a otros.” Cuando recuerdo cuánto Dios me ha perdonado se me hace muchísimo más fácil perdonar a los demás. Nunca tendrás que perdonar a nadie, más de lo que Dios te ha perdonado. Cuando sea difícil perdonar a las personas usualmente es porque no te sientes perdonado completamente. Porque cuando las personas se sienten perdonadas no tienen mucho problema al perdonar. Tu necesitas darte cuenta que Dios te ha perdonado, necesitas perdonar a los demás.

2. Porque el resentimiento no funciona.

Es irrazonable, enfermizo, de ninguna ayuda. Job 5:2 “El preocuparte demasiado con resentimiento sería necio y sin sentido.” Él dice que el resentimiento es una tontería, es ilógico, es irrazonable. ¿Causa el resentimiento que las personas hagan locuras? Si. Siempre te dañas a ti mismo más que a otra persona. Eclesiastés 6:9 “Es una necedad el guardar un resentimiento.” Es irracional, una pérdida de energía. Job 18:4”Te dañas solamente a ti mismo con tu ira.” No sirve de nada. ¿Por qué? Porque siempre te dañas ti mismo más que a nadie más. Cuando te enojas y te resientes por alguien no les haces daño a esas personas, no les afecta en nada. Quizás alguien te dañó hace 10, 20, 30 años y todavía estás resentido por eso, y tal vez hasta se murió. El resentimiento no puede cambiar el pasado, no puede corregir el problema, no cambia a la persona, ni tan siquiera daña a la persona, solamente te afecta a ti. Te hace miserable o te hace sentir bien. A nadie he oído hablar a alguien que esté resentido y diga: “Me siento mucho mejor estando resentido.” La amargura solamente te hace estar molesto e infeliz. Las personas más infelices que conozco son los que están llevando un resentimiento. Es irrazonable y no ayuda en nada.

Job 21:23,25 “Algunos hombres son saludables hasta el día que se mueren... otros no tienen felicidad para nada, viven y mueren con corazones amargados.” Investigaciones han mostrado que la emoción más enfermiza que las personas han tenido, es el resentimiento. Porque es como el cáncer que se lo come vivo, es veneno. Tiene consecuencias físicas. (Un muchacho entró por la puerta y dijo, “necesito otras pastillas para mi colitis.” El doctor le dijo, “¿Y hoy con quien estás molesto?”) Las dos causas más grandes de problemas físicos (como el cáncer) en la vida son la culpa y el resentimiento. Tiene consecuencias físicas y emocionales. Pensar en esa persona, esa novia o novio anterior, esposo o esposa anterior, ese maestro que te avergonzó en la escuela o el padre que nunca te dijo que te amaba, esa persona con la que estabas saliendo y de repente te dejó y nunca dijo nada, tu guardas todo eso – te quita energía a tu cuerpo. Solamente prolongas la herida. Es algo así como un suicidio emocional. Necesitas perdonar a los que te han dañado por amor a sí mismo.

3. Porque necesito perdón en el futuro.

Voy a necesitarlo en el futuro. Marcos 11:25 “Cuando estén orando, primero perdonen a cualquiera contra quien estén guardando un resentimiento, para que su padre en los cielos les perdone sus pecados también.” El resentimiento bloquea sentir el perdón de Dios en tu vida. La Biblia dice que no podemos recibir lo que no estamos dispuestos a dar. Es peligroso seguir el modelo de oración del Señor. “Perdona nuestras deudas así como perdonamos a nuestros deudores.” “Dios perdóname así como perdono a los demás.” Necesitas perdonar a otros porque Dios te ha perdonado, porque el resentimiento no funciona y porque vas a necesitar de perdón en el futuro y no quieres romper ese puente que tienes que cruzar. El perdón es una calle de doble vía. Un muchacho se acercó a John Wesley una vez y dijo, “Nunca podré perdonar a esa persona. Nunca.” John Wesley dijo: “Entonces espero que nunca peques. Porque todos necesitamos lo que no queremos dar.”

¿Cómo efectúo esta primera parte del paso 6? ¿Cómo perdono a los que me dañaron?

a) Revelo mi herida.

Lo admito. Lo expreso. Lo afronto. Soy honesto. No puedes vencer esto hasta que lo admitas. No sé por qué pero no queremos admitir las veces que las personas que amamos nos han dañado. Porque tenemos una mala concepción de que no se puede amar a una persona y molestarse con ellos al mismo tiempo.

b) Suelto al ofensor.

¿Cómo suelto aun ofensor? Perdonándolos. Es la única forma en que los puedes soltar. No esperes que ellos pidan perdón. Hazlo ya sea que pidan perdón o no, porque lo estás haciendo por tu propio bien.

¿Cuán frecuencia debo hacerlo? “¿Cuántas veces debo perdonar a mi hermano cuando peca contra mí? Jesús respondió, ‘No siete veces, sino setenta veces siete.’” El está diciendo que tiene que ser continuo.

c) Reemplazo mi herida con la paz de Dios.

“Que la paz de Cristo reine en sus corazones.” ¿Cómo? Es injusto. Si los perdono quedan sin castigo. Deja que Dios tome en sus manos la situación. El puede hacer un mejor trabajo que tú. La Biblia dice que un día Dios va a aclarar todo y El va a pedir cuentas y va a balancear las cosas, y un día EL tendrá la última palabra. Así que permite que Dios tenga la última palabra en eso.

II. RESTAURAR A LOS QUE HE DAÑADO

Pero hay una segunda parte en este paso porque en la vida, no solamente la gente te ha dañado, sino que tú has dañado a otros. La segunda parte de este paso es restaurar a las personas que has dañado. Porque si no restaurar a los que has dañado, no puedes experimentar la verdadera libertad. Así que tienes que hacer la segunda parte de este paso, hacer enmiendas a las personas que has dañado tanto como soltar a la persona que te han dañado. Hebreos 12:15 “Cuiden que ninguna raíz de amargura tome lugar entre ustedes, porque al brotar causa grandes problemas hiriendo a muchos en sus vidas espirituales.” El está diciendo aquí, la razón por la que no puedes vencer ese hábito, ese rechazo, librarte de esa herida es porque todavía tienes relaciones no resueltas. Y esas deben ser tratadas si realmente quieres seguir con tu libertad y ser la persona que Dios quiere que seas.

¿Cómo restauro a las personas que he dañado?

1. Identifico a los que he dañado y lo que les hice.

No falta el que dice: no puedo recordar a nadie. ¿Hay alguien a quien le debes algo que no has pagado? ¿Hay alguien a quien no le has cumplido una promesa? ¿Hay alguien a quien siempre has controlado? ¿Hay alguien con quien has sido extremadamente crítico? ¿Has abusado verbalmente de alguien? ¿O físicamente? ¿O emocionalmente? ¿Te has olvidado de un aniversario? ¿Hay alguien a quien le has sido infiel? ¿Le has mentido a alguien? Haz una lista de los que has dañado y lo que les hiciste.

2. Hacerlo con actitud de amor.

Lucas 6:31 “hagan con otros como les gustaría que hicieran con ustedes.” Así que deténganse y piensen, “Si alguien llegara y me pidiera disculpas ¿como me gustaría que fuera? Y hazlo de esa manera. Lo haces de acuerdo al tiempo de ellos no cuando sea lo mejor para ti sino cuando sea el mejor tiempo para ellos. Eclesiastés 8:6 “Hay un tiempo exacto y una forma correcta para todo.” La actitud correcta. Efesios 4:15 “Hablen la verdad en un espíritu de amor.” .¿Cómo te gustaría que alguien te pidiera disculpas? En privado con humildad, con sinceridad, simplemente decir que lo que hicieron fue incorrecto, sin hacer ninguna justificación por lo ocurrido, sin excusas, no hablar de lo que tú hiciste, solamente asumir responsabilidad.

3. Entrego mi corazón.

Job 11:15-16 “Entrega tu corazón, busca a Dios, entonces enfrenta el mundo otra vez, firme y con valor, entonces todos tus problemas se irán de tu memoria, como aguas que pasan y ya no los recordarás.” Nota que hay tres pasos para reenfocar tu vida:

Recibe a Cristo en tu vida. Di: “Jesucristo, Dios, ven a mi vida.” Busca a Dios. No puedes fabricar suficiente perdón para todas las veces que vayas a ser herido en el mundo. Simplemente no lo tienes. El perdón humano se desvanece. Tú necesitas conectarse a Jesucristo, para que El te de diariamente el perdón que necesitas para librarte de eso a diario y finalmente lo sueltas. Busca a Dios y El te dará el perdón que pensaste que no podías dar.

Enfrenta el mundo otra vez. No lo abandones, no te escondas en una concha, toma decisiones, decide vivir, di: “Ya no soy una víctima.” Y comienza a ver hacia delante. Entonces todos tus problemas desaparecerán de tu memoria. La memoria desaparecerá. ¿No te gustaría ser libre de toda esa basura de relaciones? Ese es el propósito del paso 6. Te desafío a dar ese paso conmigo hoy.

5. HACIENDO CAMBIOS IMPORTANTES

Romanos 12:1-2

Todos tenemos heridas que nunca olvidaremos. Todos tenemos hábitos que están arruinando nuestras vidas. Hemos estado en esta serie de Viviendo en Libertad y hoy vamos a estudiar el Paso 5 se llama el Paso de la Transformación.

VOLUNTARIAMENTE ME SOMETO A TODO CAMBIO QUE DIOS QUIERA HACER EN MI VIDA Y HUMILDEMENTE LE PIDO QUE REMUEVA MIS DEFECTOS DE CARÁCTER.

Está basado en el versículo: “Ofrézcanse como un sacrificio vivo a Dios, dedicados a Su servicio y agradándole a El... y permitan que Dios les transforme internamente por un completo cambio de sus mentes.” Romanos 12:1-2. Transformación, Cambio de tu mente. La forma en que somos transformados es permitiendo que nuestras mentes sean cambiadas. Este día quiero hacer tres cosas. Hablar acerca de dónde vienen mis defectos de carácter, Por qué es tan difícil deshacernos de ellos, y luego Cómo es el proceso de cambio de Dios en este paso y ver que Dios cambia las heridas, los hábitos, y los rechazos que han estado afectando mi vida.

I. ¿DE DÓNDE PROVIENEN MIS DEFECTOS DE CARÁCTER?

Tus defectos de carácter provienen de tres fuentes o causas: fuente biológica, fuente sociológica, y fuente teológica. Mis cromosomas, mis circunstancias, y mi naturaleza. De allí es donde provienen sus defectos de carácter.

1. De mis Cromosomas --- Algunos de ellos se heredan. Tus cromosomas. Cada uno de tus padres contribuyeron con 23,000 cromosomas, el 50% cada uno. Y por lo tanto heredaste algunas de sus debilidades. Heredaste algunos defectos físicos de tus padres, y algunos defectos emocionales también. Esto explica tu predisposición hacia ciertos problemas. Pero no es excusa al pecado. Pueda que tenga la tendencia a ser haragán pero eso no es excusa para hacer nada con mi vida y simplemente ser un holgazán. Pueda que tenga una tendencia genéticamente, para ser dado a ciertas adicciones, pero eso no es una excusa para que vaya y elija ser un adicto. Mis genes, la genética, mi naturaleza biológica es una causa.

2. De mi Cultura Familiar --- Mi crianza es una causa. Fuiste criado de una forma y aprendiste muchas formas de relacionarte con otros, tus costumbres, y tus hábitos. Aprendiste de tus padres y de otras personas. Aprendiste a responder a tus propias necesidades en ciertas formas y cómo protegerse, cómo manejar las heridas y el rechazo. Muchos de tus defectos son simplemente intentos contraproducentes para suplir las necesidades no satisfechas. Tienes una necesidad legítima de recibir respeto. Pero sino recibiste respeto al inicio de tu vida, te alegras con atención y descubres una forma de obtener la atención en diferentes maneras. Tienes una necesidad legítima de amor, pero si no obtuviste amor puede que te alegres con sexo barato, por tener la cercanía emocional. Tienes una necesidad de seguridad pero si no la obtuviste, puede que hayas intentado protegerte con materialismo y posesiones para mostrar “Estoy seguro.”

3. De mi Naturaleza. Tu naturaleza caída te hace elegir algo por mucho tiempo, esto se te vuelve un hábito. Una vez que es un hábito, estás atrapado. Las cosas que nunca intentaste desarrollar en tu vida se desarrollan porque elegiste hacer algo que se volvió un hábito. ¿Por qué tomas tanto tiempo deshacerte de estas cosas? ¿Por qué es tan difícil? He intentado con cosas nuevas, terapias, libros y seminarios.

II. ¿CÓMO SE DA EL PROCESO DE CAMBIO EN MI VIDA?

Romanos 12:2 “Sean transformados por la renovación de su mente.” Transformados. Renovación de tu mente. Tus pensamientos son el piloto automático de tu vida. Si deseas cambiar tu vida tienes que cambiar tu forma de pensar. La Biblia dice, que tus pensamientos determinan tus sentimientos, tus sentimientos determinan tus acciones. SEIS MANERAS EN LA QUE DIOS QUIERE CAMBIARTE Y HACER DE TI LO QUE SIEMPRE HA QUERIDO SER. Cosas que pensaste que nunca podrías cambiar son realmente simples.

1. Enfócate en cambiar un defecto a la vez.

Proverbios 17:24 “Una persona inteligente apunta hacia acciones sabias pero un necio comienza en muchas direcciones.” Tal vez reflexiones diciendo: “tengo 30 cosas que debo cambiar.” No lo hagas. Te desanimarás. Y no cambiarás nada. Debes ser específico. “Dios, esto es lo que quiero que tu trabajes en mi vida: mi ira, mi ansiedad, mi tendencia a controlar a la gente, mi adicción al trabajo, o mi falta de honestidad.” Dile a Dios cuál de esos está dañando más tu vida. Déjale obrar en esa área. Debes trabajar en un defecto a la vez. De otra forma no funcionará.

2. Enfócate en el poder de Dios.

Enfocarte en el poder de Dios es renunciar a tu fuerza de voluntad. Ya sabes que la fuerza de voluntad no es suficiente. Si la fuerza de voluntad funcionara ya habrías cambiado. Pero no ha sido así por lo que no puedes hacerlo de esa forma. Y no podrás porque no tienes el poder para hacerlo. Así que ya sabes que la fuerza de voluntad no funciona. De hecho, depender de tu propia fuerza, bloquea la libertad en tu vida. Cuando dices: “Puedo con esto, puedo manejarlo, puedo hacerlo todo por mí mismo, realmente estoy bien, no es un gran problema.” Es un gran problema, porque todavía lo tienes. Dios dice, olvídenlo, nunca cambiarán por su misma fuerza de voluntad. Pero estas son las buenas nuevas: “Puedo dominar todo con la ayuda de Cristo quien me da fuerza.” Así que ora: “Señor, sé que no puedo cambiar por mi propio poder, pero confío en ti para quitar este defecto.”

3. Enfócate en pensar lo bueno.

Filipenses 4:8 “Fijen sus pensamientos en lo que es verdadero, bueno, y correcto. Piense en cosas que son puras. Piense acerca de todo lo que pueda alabar a Dios y alégrese por eso.” Enfócate en cosas buenas, no en las malas. Cualquier cosa en la que te enfoques, es donde tiendes a moverte. En lo que te enfocas es lo que domina tu vida. Si te enfocas en lo malo, esto seguirá dominando tu vida. Si te enfocas en tus problemas, pensarás que tu vida es un cúmulo de problemas. Si te enfocas en tu adicción, pensarás que nunca de desharás de ella, entonces te moverás en esa dirección. Si dices: “No voy a pensar en sexo, no voy a pensar en sexo...” ¿En qué está pensando? En sexo. No resistas a la tentación. Dios no manda a que resistas a la tentación. El dice que resistas al tentador, resiste al diablo, pero no a la tentación. En lugar de resistir, la Biblia nos enseña a cambiar el enfoque. Solamente cambia el canal mental. Si está viendo un mal espectáculo por televisión no dices: “No voy a ver esto, no voy a ver esto...” No, simplemente cambias de canal. Cambia el enfoque de lo que has sido a lo que quieres ser y a lo que Dios quiere que hagas en la vida. Este es el poder de afirmar la palabra de Dios. Ten presente la Palabra de Dios. Llena tu mente con al Palabra de Dios. Cada vez que tengas un pensamiento positivo, cada vez que recuerdes una verdad de la Escritura, cada vez que tengas cualquier pensamiento, es un impulso eléctrico que va a tu cerebro. Cada vez que tienes el mismo pensamiento, eso se hace más profundo. Algunos de ustedes tienen pensamientos negativos en su mente porque han estado pensando en eso una y otra, y otra vez. La única forma de deshacerse de pensamientos negativos es pensar en la Palabra de Dios una, y otra, y otra vez.

4. Enfócate en hacer lo bueno.

Una cosa es sentirte bien y otra cosa es hacer lo bueno. En muchas ocasiones no coinciden. Mucha gente hace lo malo y se siente bien. Gálatas 5:16 “Si son guiados por el Espíritu no estarán en peligro de ceder al desenfreno.” Si haces lo correcto, tus sentimientos eventualmente coincidirán contigo. Si esperas hasta tener ganas de cambiar, nunca vas a cambiar. El enemigo se asegurará que nunca tengas deseos de cambiar. Si esperas hasta sentirse cariñoso, pasará mucho tiempo para que tomes la decisión. Así que dices: “no siento que me guste.” Haz lo correcto, no te preocupe por sentir lo correcto. Alcohólicos Anónimos usa la frase “Disimúlelo hasta que lo logre.” Haz lo correcto aunque no sientas ganas de hacerlo, porque sabes lo correcto. Cada vez que intentes cambiar una parte importante en tu vida, un gran defecto de carácter, o imperfección, adicción, debilidad de personalidad, cada vez que comiences a intentar hacer grandes cambios, no te vas a sentir muy bien al principio. De hecho, te vas a sentir bastante mal, por un momento. Está tan acostumbrado a sentirse anormal, que lo normal no se siente tan bien. Así que haz lo correcto ya sea que sientas o no hacerlo y los sentimientos se pondrán de acuerdo con tigo.

5. Enfócate en las personas que contribuyan en tu vida.

La gente correcta te ayudará. Las personas no apropiadas serán obstáculo, y evitarán tu recuperación. La Biblia dice: “Las malas compañías corrompen el buen carácter.” En otras palabras, si no deseas ser picado, aléjate de las abejas. Si sabes que un tipo de personas son una tentación, simplemente aléjate de ellas. Si estás luchando con el alcoholismo no dices: “Creo que iré al bar a la cantina a comer unas botanas.” Mala idea. Si estás luchando con la pornografía, no tienes que ir a esos puestos. No tienes que estar cerca de las cosas que te afectan. Por otro lado, la Biblia dice: Eclesiastés 4:12 “Dos son mejor que uno y una cuerda de tres dobleces no es fácil de romper.” Cuando tienes la ayuda de otra persona, cuando una cae la otra puede ayudar a levantarse.

Vas a casa y dices: “Señor, ¿De qué cosas me siento culpable y de las cuáles me arrepiento? Haré una limpieza esta semana.” Haces una lista de esas cosas y las reconoces, las confiesas ante Dios y otra persona en quien confíes. Las personas quienes lo hacen son las que tienen una relación con alguien más quienes le preguntaron, “¿Lo hiciste? ¿No? Bueno dispongámonos y hagámoslo.” Ve este versículo Proverbios 27:17 “Como el hierro se afila con el hierro, así las personas pueden mejorarse unas a otras.” Necesitas relacionarte con alguien.

6. Enfócate en el avance de tu salud.

Esto no significa que ahora serás perfecto, no te enfoques en la perfección, sino en progreso de tu salud y libertad. Algunos de ustedes han estado en toda la Campaña 50 Días Viviendo en Libertad y dicen: “No veo grandes cambios todavía.” No se preocupen por eso. Es un proceso. Es una decisión seguida por un proceso. Y Dios quien comienza Su obra en ti la terminará. Algunos de ustedes están pensando que Dios me amará una vez que llegué hasta cierta etapa, una vez que obtenga cierta perfección. Incorrecto. Dios te ama en cada entapa en tu salud y crecimiento. Dios nunca te amará más de lo que ya te ama. El nunca te amará menos de lo que te ama hoy. Como padre veo a mis hijos. No espero que mi hijo de 11 años se comporte como alguno de 18. Todavía hace desordenes pero me agrado con la etapa en la que él está en este momento. Y Dios se agrada con tu crecimiento. Es la dirección de tu corazón que dice: “Dios quiero voluntariamente someterme a los cambios que quieras hacer en mi vida. Humildemente te pido que quites esos defectos de carácter.” Dios no comienza a cambiarle hasta que estés completamente listo para ese cambio, entonces Él comenzará a trabajar en ti.

Fuente: Pastor Alberto Arenas

4. RETIRANDO LO QUE OBSTRUYE

Estamos en la serie “Viviendo en Libertad” y hemos estado estudiando cómo tratas con tus heridas, malos hábitos, y los rechazos que están desordenando tu vida. Cada semana estudiando ocho pasos que nos ayudan a no estar estancados en problemas que nos afecten, en problemas que nos causarían dificultades, en recuerdos los cuales no podemos soltar.

La primera semana hablamos del Paso de la Realidad – Comprendo que no soy Dios, que soy incapaz de controlar mi tendencia a hacer lo malo y que mi vida es inmanejable. En realidad me doy cuenta que tengo problemas que parece no puedo controlar. La siguiente semana hablamos del Paso de la Esperanza – Aunque soy incapaz de controlar todos los problemas y todas las cosas en mi vida, Dios tiene el poder para controlarlos y eso quiere decir que sinceramente creo que Dios existe, que le intereso y que El tiene el poder para ayudarme en mi libertad. La última semana hablamos del Paso del Compromiso –No es suficiente saber que tengo problemas y no es suficiente saber que Dios puede resolverlos, pero debo conscientemente entregarlos a El. Debo hacer un compromiso de entregar mi vida y voluntad y decir: “Dios, aquí está mi vida, lo bueno, lo malo y lo feo.” Y Dios comienza a tomar esos problemas y comienza a trabajar en ellos. A eso le llamamos el Paso del Compromiso.

PASO CUATRO --- EL PASO DE LIMPIEZA PERSONAL

Tiene que ver con limpiar el pasado, soltar la culpa, obtener una clara conciencia, aprender a vivir libre de culpa y de la forma que Dios quiere que vivamos. Si das este paso te sentirás completamente mejor de hoy en adelante.

ABIERTAMENTE EXAMINO Y CONFIESO MIS FALTAS A DIOS, A MÍ MISMO, Y ALGUIÉN EN QUIEN CONFÍO.

¿Por qué esto es parte del proceso de Libertad? La culpa nos mantiene estancados y esclavizados en el pasado. La culpa nos aleja del crecimiento, de llegar a ser todo lo que Dios quiere que seamos. Si vas a aprender cómo disfrutar de la vida realmente, tienes que aprender cómo soltar la culpa. La verdad es que ninguno de nosotros es perfecto. Todos tenemos pecados, todos hemos cometido errores. Por lo que todos tenemos algo de qué arrepentirnos. Todos tenemos remordimientos. Todos tenemos cosas que desearíamos poder retroceder el tiempo y decir: “Desearía haber hecho eso de una forma diferente,” pero no lo hiciste. Así que te sientes mal por eso, te sientes culpable, y lo llevas contigo. Como resultado cargamos siempre con culpas. Algunas veces consciente, pero la mayoría de veces inconscientemente. Hay muchas formas que reaccionas en la vida y son causadas por culpas. Cosas de las cuales ni te das cuenta. Quizás neguemos la culpa. Reprimimos la culpa. Quizás culpemos a otras personas por eso. Quizás pongamos excusas por nuestra culpa. Quizás racionalizamos nuestra culpa. Pero todavía sentimos los efectos. Si realmente vas a ser libertad de las heridas, y rechazos en tu vida, tendrás que aprender cómo soltar la culpa – cómo vivir con una conciencia clara y libre.

¿Cómo me deshago de la culpa? Dando el Paso 4 en el Camino hacia la Libertad y la buena noticia es que este paso es la llave al descanso. Y si das los pasos del procedimiento podrás experimentar el Salmo 32:1-2 “Qué felicidad para aquellos cuya culpa ha sido perdonada. Qué descanso para los que han confesado sus pecados y Dios ha limpiado su camino.”

I. LO QUE LA CULPA HACE EN NOSOTROS:

1. La culpa destruye nuestra confianza.

No puedes ser una persona con alto grado de confianza si tienes culpa en tu vida. Esto te hace inseguro porque siempre estás preocupado. La culpa te roba confianza. Es como una nube flotando sobre tu cabeza y piensas: “No puedo seguir con mi vida porque tengo miedo que alguien vaya a descubrir esto tan tremendo, ese secreto, profundo y oscuro que conozco bien, y obviamente Dios conoce, pero nadie más lo conoce y lleva un peso muy grande.” Y roba tu confianza.

2. La Culpa daña completamente tus relaciones.

La culpa causa que respondas a las personas en formas incorrectas. La culpa me puede hacer impaciente con otras personas. La culpa puede causar que reaccione con mucha ira. ¿Has visto a alguien que reacciona en ira, como un boyler que explota? Con frecuencia eso es motivado por la culpa cuando te esconde tras ella. Algunas veces las personas ni siquiera conocen eso. La culpa puede causar que consientas y satisfagas a las personas. “Me siento como culpable en esta relación por lo que voy a comprarle muchas cosas.” Los padres por lo general se sienten culpables y la calman comprarles juguetes a sus hijos. La culpa puede causar que evites el compromiso en las relaciones. Te acercas tanto en esa relación y luego te alejas. ¿Por qué no permito que la gente se acerque a mí? Una de las razones es la culpa. Muchos de los problemas matrimoniales de hoy en día son causados por cosas que sucedieron anteriormente al matrimonio y de las cuales el cónyuge se siente culpable.

3. La culpa me mantiene estancado en el pasado.

La semana pasada hablamos acerca de esto, el vivir en el pasado se parece a la mujer de Lot que al escapar de Sodoma desobedeció al voltear y se quedó como estatua de sal. Lo que la culpa hace es que tiende a volver a poner en tu mente una y otra y otra vez..., las cosas que desearías poder cambiar pero que nunca vas a cambiar. La culpa no puede cambiar el pasado así como la preocupación no puede cambiar el futuro.

II. CÓMO DAR EL CUARTO PASO

1. Hacer un examen moral y personal.

Consigue un lápiz y un cuaderno de apuntes y te sientas y dices: “¿Qué está mal en mí? ¿De qué me he sentido culpable? ¿De qué me he arrepentido? ¿De qué me he sentido resentido? ¿Cuáles son las fallas en mi vida que sé que necesitan cambio?” Y le pides a Dios que te ayude. Le pide que traiga a tu mente: “¿Cuáles son las cosas de las cuales conscientemente me siento culpable y cuáles son las cosas de las cuales inconscientemente me siento culpable que no conozco pero que está arruinando mi vida?” Lamentaciones 3:40, “Examinemos nuestros caminos y probémoslos.” Dios dice que necesitamos examinar nuestras vidas y luego orar y pedirle a Dios en este momento que nos ayude. Salmo 139:23-24, “Examíname oh Dios, y conoce mi corazón. Prueba mis pensamientos, y muestra todo lo que encuentres en mí que te entristezca.” Señor, estoy sentado aquí, tengo mi lápiz y papel, Tu solamente tráelo a mi mente.

El paso 1 es hacer un inventario moral. Me siento y escribo lo que le está molestando, y cómo he dañado a otros. Cuáles son mis faltas, pecados y errores.

2. Aceptar la responsabilidad de mis faltas.

Proverbios 20:27 “El Señor nos dio una mente y una conciencia. No podemos escondernos de nosotros mismos.” El obstáculo más grande para la sanidad de mis culpas soy yo mismo. El mayor obstáculo para la sanidad de tus problemas eres tú. Comienza con ser radicalmente honesto y di: “Soy el problema.” Algunas veces pensamos: “Si tan solo cambio amigos, cambio de trabajo, o solamente cambio de ciudad, cambio de domicilio, entonces todo estará bien”. El único problema es que donde sea que vayas, allí está tu problema también. Por lo tanto acepta la responsabilidad de tus faltas. No racionalices. No digas: “Sucedió hace mucho tiempo, ó es solamente una etapa, ó todos lo hacen.” No lo minimices. No digas: “No es la gran cosa.” Si no es tan grande, ¿por qué todavía lo recuerdas después de 20 años? No culpes a otros: “Es culpa de mi madre.” Puede que sea casi toda la culpa de ellos, pero Dios te hace responsable por el 10% que es tu culpa. Dice 1 Juan 1:8 “Si decimos que no tenemos pecado, nos engañamos y la verdad no está en nosotros.” La traducción Phillips dice: “Vivimos en un mundo de ilusión.” La Biblia Viviente dice: “Simplemente nos engañamos a nosotros mismos.” El punto es que si realmente quiero dejar de engañarme a mí mismo, tengo que dejar de engañarme a mí mismo. Y dejar de pretender que es la culpa de alguien más – cuando la verdad es que soy yo responsable de lo que sucede.

3. Solicitar perdón a Dios.

1 Juan 1:9 “Si libremente admitimos que hemos pecado encontramos que Dios es completamente confiable. El perdona nuestro pecado y nos limpia por completo de todo lo que es malo.” Si libremente lo admitimos, Dios nos perdonará. ¿Cuál es la forma correcta de pedirle perdón a Dios? ¿Cómo hago esto?

III. CÓMO OBTENER EL PERDÓN DE DIOS:

1. No supliques. No tienes que suplicar a Dios que te perdone. El quiere perdonarte de antemano. Dios quiere perdonarte más de lo que deseas pedirle perdón. El es un Dios perdonador. No tienes que suplicar.

2. No negocies. No digas: “Si tan solamente me perdonas, nunca haré esto otra vez.” Si esa es tu área de debilidad, probablemente estás fingiendo. No tienes que negociar con Dios para obtener Su perdón. No tienes que suplicar.

3. No sobornes. No digas: “Dios si me perdonas, te prometo hacer muchas cosas buenas. Iré a la iglesia, diezmaré, haré esto o aquello...” Solamente cree que El te perdonará. Cuando libremente admitimos que hemos pecado, descubrimos que Dios es completamente confiable. El perdona nuestro pecado y nos limpia completamente de toda maldad. “Admitir” es una palabra griega de donde obtenemos la palabra “confesar.” Significa hablar lo mismo. Admitir, o confesar, significa hablar lo mismo acerca del tema en lista del que Dios habla. Yo digo: “Dios, estás en lo cierto, esto está mal.” Eso es lo significa confesar. Simplemente significa decir, Dios, es cierto, esto está mal. Estar de acuerdo con Dios. Lo base para el perdón es que El es completamente confiable. Esa es la naturaleza de Dios. Cuando eres conducido a este paso, el paso del perdón, habrá cambios dramáticos en tu vida. No hay pecado tan malo, tan grande que él no pueda perdonar. Pide perdón a Dios. Isaías 1:18 “No importa cuan profunda sea la mancha de sus pecados, puedo quitarla y dejarla tan limpia como nieve fresca recién caída.” Dios dice: “No importa cual sea la mancha, yo puedo quitarla.”

4. Admitir mis faltas a otra persona. Dios dice que esto es absolutamente esencial para tu recuperación. Santiago 5:16 “Admitan sus faltas, unos a otros y oren unos por otros para que puedan ser sanados.” ¿Cómo somos sanados? Admitiendo nuestras faltas unos a otros. ¿Por qué tengo que involucrar a otra persona en esto? ¿Por qué no simplemente lo admito ante Dios? Porque la raíz de nuestro problema es relacional. Nos mentimos unos a otros. Nos engañamos unos a otros. Somos deshonestos unos a otros. Nos ponemos máscaras. Pretendemos tener todo bajo control. Pero no es así. Y negamos nuestros verdaderos sentimientos, y jugamos. Eso nos aísla unos de otros y eso impide la intimidad. Terminamos viviendo con vergüenza y nos hace inseguros. Si ellos verdaderamente supieran la verdad acerca de mí, me rechazarían.

5. Acepto el perdón de Dios y me perdono a mí mismo. Romanos 3:23-24 “Todos hemos pecado.” Todos han pecado. Todos estamos en el mismo barco. Solamente somos un grupo de pecadores. ¿A quién tratamos de engañar? Nadie es perfecto. Todos hemos hecho algo. Todos hemos cometido errores: mentimos, guardamos rencor, manipulamos, tenemos malos pensamientos, damos mordidas, propiciamos la corrupción, nos peleamos con el vecino, le gritamos a la esposa, levantamos falso testimonio, etc. Todos tenemos diferentes problemas, solamente áreas diferentes. 1 Juan 1:9 “Todos hemos pecado, pero Dios nos declara sin culpa si confiamos en Jesucristo quien libremente quita nuestro pecado.” ¿Qué sucede cuando doy este paso? ¿Cómo perdona Dios?

a. Dios perdona instantáneamente. No espera. El momento en que haces esto eres perdonado. El nunca hace que suframos por un momento.

b. El perdona libremente. El libremente quita nuestros pecados. No lo mereces, no te lo ganaste, no puedes trabajar por obtenerlo. Jesús lo hizo por ti.

c. El perdona completamente. El lo cancela. Romanos 8:1 “No hay condenación para los que viven en unidos a Cristo Jesús.” No perdona a medias, ni deja pendiente cosas, la obra de Cristo es completa, Dios no hace jerarquías de pecado, persona desde una mentira simple hasta un adulterio. Siempre rinde cuentas a Dios y él te perdonará completamente.

Fuente: Pastor Alberto Arenas Mondragón.

3. DEJANDO LO QUE TE LASTIMA

Mateo 11:28-30

En una ocasión un camión que transportaba canarios a una veterinaria, iba parando en cada semáforo, al llegar en cada uno, salía corriendo hacia la parte posterior del camión, agarraba un pedazo de madera y comenzaba a golpear a un lado del camión. Nadie podía entender lo que estaba haciendo, así que finalmente alguien le preguntó, “¿Qué está haciendo?” El dijo: “Este es un camión solo para dos toneladas y estoy transportando 4 toneladas de canarios y tengo que mantener dos toneladas de ellos en el aire todo el tiempo.”

Muchos de ustedes que están allí golpeándose a ustedes mismos, tratando de mantener todo en el aire para que no se vaya hacia abajo. Tenemos una tendencia a estancarnos en la vida. Nos estancamos en las relaciones. Nos estancamos con hábitos. Nos atascamos en duelo cuando perdemos a un ser querido. Nos estancamos en ira. Nos estancamos en nuestro trabajo, en una relación sexual. Y luego no podemos salir de allí y luego caemos en un círculo vicioso. Una vez que te estancas entonces comienzas a sentirte culpable por haberte detenido. Dices: Desearía poder salir de esto y no puedo cambiar; y luego viene la ira y dices: “debería ser capaz de cambiar”, y te molestas contigo mismo. Deberías ser capaz de salir de esto. Pero no lo haces. Y luego tu ira se vuelve un temor que nunca vas poder salir de ese problema. Luego tu temor eventualmente se vuelve depresión y comienzas a sentirte mal por ti mismo y a sentir lástima y a resignarte, “Me doy por vencido no puedo cambiar.” Y comienza el ciclo de nuevo y te estancas mucho más. ¿Cómo romper con ese estancamiento?

Eso es de lo que hemos estado hablando por las últimas semanas den esta campaña.

Paso 1 – Admitirlo, tengo un problema. El paso de la realidad.

Paso 2 – El paso de la Esperanza – No solamente soy incapaz sino que Dios tiene el poder y El está dispuesto a ayudarme. El conoce mis problemas y se interesa por mis problemas y por mí también. El conoce todo lo que sucede en mi vida. El ofrece ayudarme a cambiar. Y ese el paso de la Esperanza.

Pero no es suficiente saber que Dios te ayudará. Tienes que actuar. Tienes que tomar decisiones. Tienes que cruzar la línea.

PASO 3 - - CONCIENTEMENTE ELIJO ENTREGAR TODA MI VIDA Y VOLUNTAD AL CUIDADO Y CONTROL DE CRISTO.

Este paso está basado en lo que Jesús dijo en Mateo 11:28 “Vengan a mí todos ustedes que están cansados y fatigados y les daré descanso. Lleven mi yugo sobre ustedes y aprendan de mí porque mi yugo es fácil y mi carga es ligera.” Jesús dice, “Vengan a Mí.” Es la invitación de Dios. Haré tu vida más fácil. Haré tu carga más ligera. Tendrás alivio. Tendrás liberación. Tendrás descanso. Serás rejuvenecido. Dame el control y cuidado de tu vida y observa lo que hago. La vida será mucho más fácil. Menos estresante.

I. ¿Qué me detiene de hacer eso?

1. El Orgullo. Prov. 18:12 “La gente arrogante va camino a la ruina porque no admitirán cuando necesiten ayuda.” ¿Cuántos padres no se detendrán para pedir direcciones? Prov. 10:8 “El necio auto suficiente cae directamente sobre su rostro.” Quizás no estés listo para dar este paso. Quizás no estás listo para decir: “Le doy el control y cuidado de mi vida a Cristo. No estoy listo para hacer eso todavía.” Todo lo que necesitas es una gran dosis de dolor. Dios alegremente permitirá que lo obtengas para llamar tu atención.

2. La Culpa. Quizás me avergüenza pedirle a Dios que me ayude. Salmos 40:13 “Problemas muy grandes para resolver aumentan sobre mi cabeza. Mientras tanto, mis pecados también muchos, me han atrapado y tengo vergüenza de levantar mi rostro.” ¿Te has sentido así alguna vez? “Me da vergüenza levantar mi mirada. No quiero pedirle ayuda a Dios. Tú sabes cuantas veces le has pedido a Dios que te ayude y has hecho promesas y las ha roto. Dios si tan solamente me sacaras de esta... Me avergüenza pedirle ayuda a Dios. No sabes todas las cosas malas que he hecho. No podría ir ante Dios y pedirle ayuda.” Estás equivocado. No hay pecado que Dios no pueda perdonar. Y El desea ayudarte. No permitas que el orgullo o la culpa te detengan de dar este paso. El desea perdonar tu culpa.

3. El Temor. Tengo miedo de lo que tenga que dejar. Gritabas: “¡Alguien que me ayude!” Escucha la voz de Dios: “Este es el Señor, confía en Mí, suéltate y te sostendré.” Dios es el último recurso. ¿Conoces lo que es la libertad? La libertad es decidir quien controla tu vida. Cuando das tu vida al cuidado y control de Cristo. El te libera. El dijo: “Los que pecan son esclavos del pecado, pero si conoces la verdad, la verdad te hará libre.” Jesús dice, “Yo te hago libre.” “Vas a tener que servirle a alguien.” Aún si tengas que ser tu propio ego. La verdadera libertad es elegir quien será tu amo. Así que, ¿a qué le temes? ¿De qué te estás sosteniendo que piensas: “No puedo soltar esto como para entregar mi vida a Dios” Una relación, ambición, un hábito, un estilo de vida, una posesión.

“¿De qué le sirve al hombre si gana el mundo entero y pierde su alma en el proceso? ¿Hay algo que tenga más valor que su alma?” No. Cuando des este Tercer paso entrega todo. Porque Él toma lo que le haz entregado, Él lo cambia, Le das nuevo significado, un nuevo sentido, nueva validez, se lo das de regreso en una forma completamente nueva.

Si has tenido temor de abrir tu vida al cuidado y control de Cristo, no te preocupes acerca de las cosas específicas que tengas que entregar. No te preocupe por eso. Si te enfocas en las cosas específicas nunca tomarás la gran decisión la cual es el paso a la recuperación. Simplemente ven a Dios

4. La Preocupación. Esto te detiene de entregar tu vida al cuidado y control de Cristo. Confundimos la fase de tomar la decisión con la fase de resolución de problemas. Hace tiempo en 1963 cuando JF Kennedy anunció públicamente “vamos a poner a un hombre en la luna al final de la década.” Esa fue la decisión. ¿Tenía todos los problemas resueltos cuando tomó esa decisión? No. Si eres un buen gerente sabes que nunca debes confundir el tomar decisiones con resolver problemas. Si los confundes, nunca tomas la decisión. Debes tomar la decisión y luego resolver los problemas. Kennedy dijo, “Vamos a ir a la luna,” luego fue la NASA el resolver esos problemas.

La vida Cristiana es una decisión seguida de un proceso. Lo mismo con la recuperación. Es una decisión seguida de un proceso. De todo lo que estoy hablando hoy es de la decisión. Está bien, hagámoslo, apropiémonos.

Llegas a un punto donde dices: “Sí, necesito algo más allá de mí mismo.” Estás ablandando tu orgullo. “Necesito ayuda. Necesito a Dios en mi vida. Hay mucho estrés.” Cuando das este paso lo que está sucediendo es que Dios quiere para tu vida la conversión o ser nacido de nuevo. Solamente significa que Dios pone su presencia en mi vida. ¿Significa eso que todo en mi vida es perfecto? Absolutamente no. Significa que Dios está en tu vida, El te va a liberar poco a poco. Es un proceso. Así que no te preocupes por eso. Solamente confía en Dios. “Deposita toda tu ansiedad en Dios porque El tiene cuidado de ti.” El dice: “Tengo cuidado de ti. Te sostengo en mi mano.”

Cuando mis hijos y yo cruzamos una calle muy transitada los agarro fuertemente de sus manos. Y mientras cruzamos la calle ellos desean, como todo niño, salir corriendo y soltarse. Pero no importaba cuanto ellos desean salir corriendo, no los dejo soltarse de mis manos porque los amo. Hay momentos en tu vida que tomas decisiones, “Dios, yo no creo que quiera ser un creyente en este momento.” Es un poco difícil mantener mi ética y pueda que me resista y quiera soltarme de tu mano, pero una vez que te hayas tomado de Su mano, El también toma la tuya y no te soltará. 2 Timoteo 1:12 dice, “El es fiel para cuidar lo que le he confiado hasta aquel día.” Y en Filipenses 1:6. ”El que comenzó en usted la buena obra, será fiel en ayudarle a crecer en Su gracia hasta que Su obra este finalmente completada”

5. La Duda. “Quiero creer pero mi fe parece ser tan pequeña.” Necesitas conocer la historia de un hombre en la Biblia llamado Jairo. Jairo vino en una ocasión a Jesús “Señor se que puedes sanar a las personas. Mi hija necesita ser sanada.” Jesús le respondió “Si tienes fe entonces ella sanará.” Jairo fue verdaderamente honesto. El dijo, “Señor, tengo muchas dudas. Quiero creer. Ayúdame con mi incredulidad.” Jesús dijo, “Eso es suficiente.” Y sanó a la niña. Quizás necesitas decir como Jairo, “Dios quiero creer que me ayudarás con mi vida. Ayúdame con mi incredulidad.” Eso es suficiente. ¿No tengo que tener una gran fe? Mira lo que dice la Biblia Mateo 17:20 “Si tienes fe tan pequeña como una semilla de mostaza, nada será imposible para ti.” No es el tamaño de su fe lo que importa, es el tamaño de lo que pones en ella, el tamaño de tu Dios. Puedes tener una fe gigante, aplicándola en algo incorrecto y no obtener resultados. Fe no es el punto. El punto es que lo que pones en ella. Un poco de fe en un gran Dios logras grandes resultados. No permitas que ninguna de estas cosas te detengan de dar este paso.

II. ¿CÓMO DOY ESTE PASO?

1. Acepto al Hijo de Dios como mi Salvador. Necesito ser salvo. Necesito ayuda. Me doy cuenta que lo necesito en mi vida. “Cree en el Señor Jesús y serás salvo.” ¿Qué significa? Significa comprometerme tanto como entienda en este momento a lo que entienda que es Cristo en este momento. Eso es suficiente.

2. Acepto la Palabra de Dios como parámetro de mi vida. Desde ahora en adelante tengo un manual por medio del cual voy a vivir mi vida. Es la Biblia. Dios dice este es su modelo por medio del cual evalúan la vida a tu alrededor. 2 Timoteo 3:16 “Toda la Escritura es inspirado por Dios y útil para enseñar la fe, y corregir errores y para volver a iniciar la dirección en la vida de un hombre, entrenándolo en buena vida.”

3. Acepto la voluntad de Dios como mi meta en la vida. Dios, ¿Qué quieres que haga? La primera pregunta que siempre hago es “Señor, tu me despertaste esta mañana. Obviamente significa que tienes otro día para mí, un propósito para mi vida. ¿Qué quieres que haga con eso?” Como David dice “Me deleito en hacer tu voluntad.” Busco siempre la voluntad de Dios. “Dios, Estoy dispuesto a hacer todo, donde sea, cuando sea. Ni tan siquiera tengo que entenderlo pero estoy viviendo mi vida en Tus términos porque Tu me hiciste por una razón. Tienes un propósito y quiero cumplir ese propósito para el cual me hiciste.” Y la voluntad de Dios se vuelve la estrategia para mi vida, ya sea que la entienda o no.

4. Acepto el poder de Dios como mi fuerza. Filipenses 4:13 “Puedo hacer todo lo que Dios me pida con la ayuda de Cristo quien me da el poder y la fuera.” Ya no más tengo que confiar en mi propia energía. Las cosas funcionan mejor cuando están conectadas. Conéctate a Dios, no estás tan cansado todo el tiempo. Dios dice te daré Mi poder para hacer todo lo que quiero que seas.

Jesús dice En Apocalipsis 3:20 “Estoy a la puerta y llamo. Si alguno oye Mi voz y abre la puerta entraré y tendré comunión con el.” Jesús dice “Estoy a la puerta de tu vida y estoy tocando y estoy diciendo que quiero entrar en tu vida” pero El es un caballero. El no derrumba la puerta. El Paso Tres significa abrir la puerta. La llave que abre esa puerta es la disposición. “La fuerza de voluntad es disposición para aceptar el poder de Dios.” No necesitas fuerza de voluntad; necesitas disposición para aceptar el poder de Dios en tu vida, vivir bajo Su control, Su sistema. El quiere controlarte a su manera, ser tu propio jefe, dictar tu propio destino aún si eso significa volar directo hacia una montaña o árbol.

Es muy importante para que permitas que alguien más sepa de tu decisión y tomar este compromiso.

Fuente: Pastor Alberto Arenas Mondragón.

2. CÓMO OBTENER AYUDA CUANDO ESTAS HERIDO

CÓMO OBTENER AYUDA CUANDO ESTAS HERIDO

Hebreos 11:6

La semana pasada dijimos que todos nosotros necesitamos vivir en libertad porque ninguno de nosotros es perfecto. El mundo es imperfecto, todos hemos sido dañados en alguna área emocional, todos tenemos problemas, todos tenemos malos hábitos que nos gustaría cambiar. Todos necesitamos ser libres. Los pasos son los mismos a pesar de cuál sea tu problema: una herida, un mal hábito, una adicción. Hablamos la semana pasada que la raíz que causa todo esto es, mi deseo de controlar las cosas. Entre más inseguro eres, más quieres controlar las cosas: quieres controlar tu vida, la vida de otras personas, tu ambiente – En el fondo deseas ser Dios. Quieres ser el centro de tu universo. Cuando tratamos de controlar todo esto terminas con fatiga, frustración, y fracaso.

¿Cómo romper con eso? Tienes que superar la negación. La negación es lo que nos aleja de movernos hacia la libertad. Nos excusamos: “Realmente no es un problema... Realmente estoy bien... Puedo manejar la situación.” Nos justificamos y acusamos a otros: “Si mi esposa tan sólo actuara correctamente entonces nuestro matrimonio estaría bien.” Y jugamos el juego de la culpa. Y acusamos y nos excusamos y somos cortos de vista. Decimos, “¿Cómo te va?” “Bien, estoy bien.” Así que tenemos que aprender a como tratar con la negación.

¿Cuál es el antídoto para la negación? ¿Qué hace que finalmente afronte mis problemas? El antídoto de Dios para la negación es el dolor. Raramente cambiamos cuando vemos la luz. Cambiamos cuando sentimos el calor. No cambiamos hasta que nuestro dolor excede a nuestro temor a cambiar. La mayoría de las personas casi nunca se mueven hacia la libertad hasta que son forzados a moverse hacia ella, porque ya no hay opción.

Dijimos la semana pasada que el PRIMER PASO A LA LIBBERTAD ES QUE DEBO COMPRENDER QUE NO SOY DIOS, ADMITIR QUE NO SOY CAPAZ DE CONTROLAR MI TENDENCIA A HACER LO MALO Y QUE MI VIDA ES INMANEJABLE. Ese es el primer paso, el paso de la realidad.

El segundo paso a la libertad es: el de la Esperanza. El paso 1 dice, lo admito. Necesito ayuda. No soy capaz. El Paso 2 dice, Hay un poder que tiene buenas noticias. Hay un poder al que se puede conectar para controlar las cosas que no puede dominar por ti mismo.

Sinceramente creo que Dios existe, que le intereso, y que él tiene el poder apara ayudarme en mi libertad. Este segundo paso está basado en Hebreos 11:6 “Cualquiera que se acerca a Dios, debe creer que El existe y que El recompensa a los que sinceramente le buscan.”

Hay tres acciones para tomar el Paso 2 en este camino a la libertad.

I. RECONOCE LA EXISTENCIA DE DIOS.

La mayoría de ustedes no tienen problemas con esto. Ya no quedan muchos ateos. Hay menos ateos hoy que los que había hace 50 años. ¿Por qué? Porque sabemos más del universo hoy que hace 50 años. Entre más descubrimientos científicos tenemos, menos personas están dispuestas a seguir creyendo que todo sucedió por accidente. Donde hay una creación, debe haber un Creador. Donde hay un efecto, debe haber una causa. Donde hay un diseño, debe de haber un diseñador. Entre más conocemos del universo, más convencidos estamos que hay un Creador. Reconoces Su existencia. Romanos 1:20 “Ya que la creación del mundo, las cualidades invisibles de Dios, Su eterno poder, y Su divina naturaleza han sido claramente vistas.” Salmo 19:1 “Los cielos declaran la gloria de Dios.”

De hecho, la Biblia dice que es una necedad no creer en Dios. Es irracional. Es ilógico no creer en Dios. El punto es que Dios cambia vidas hoy en día. Dios existe. El problema no es si hay un Dios. Eso es algo que la mayoría cree. El meollo del asunto es, ¿Qué clase de Dios es él? ¿Cómo es él verdaderamente? El problema es que tenemos algunas ideas bastante extrañas de cómo es Dios.

Desafortunadamente algunos tienen ideas acerca de Dios pensando que El es como un padre de familia. Como tu papá o mamá. Esto es trágico. Porque si tu padre era distante y no era cariñoso, entonces tiendes a pensar que Dios, tu Padre, está distante y no es cariñoso. Si tu padre era alguien a quien se le tenías temor, entonces tiendes a pensar: “Necesito tenerle miedo a Dios.” Si tu padre fue abusivo, entonces tiendes a pensar que Dios es igual. Si tu padre no era amoroso, entonces piensas que también Dios es así. En lugar que Dios te haga a Su imagen, haces a Dios a tu imagen.

II. ENTIENDE EL CARÁCTER DE DIOS

El segundo paso a la libertad no solamente es reconocer su existencia, sino también entender Su carácter. ¿Cómo es Él realmente? Afortunadamente Dios desea que le conozcamos cómo es él. Así que vino a la tierra hace más de 2000 años y vino en forma de ser humano. Vino como Jesucristo. Y él dijo: “así es Dios.” Él si sabe como es Dios. Es por eso que celebramos Navidad y la Semana Santa. Colosenses 1:15 “Cristo es la expresión visible del Dios invisible.” Si deseas saber cómo es Dios, solamente mira a Jesús, porque Él es la expresión visible del Dios invisible.

Si lees acerca de Jesús y estudias su vida, aprenderás mucho de Dios. Específicamente tres cosas son las que aprendemos de Dios por medio de Jesús, eso me ayuda a vencer mis temores, heridas y rencores:

(1) Dios conoce todo acerca de mi situación.

Aprendí que Dios conoce todo con respecto a mi situación, porque Él conoce mis problemas, heridas, y necesidades. Él conoce lo bueno y lo malo. Algunos de ustedes han tenido una semana, un mes, o una vida difícil. Mira lo que dice la Biblia, Salmos 56:8 “Sabes cuan atribulado estoy. Has visto todas mis lágrimas.” ¿No es eso increíble? La Biblia dice que Dios te conoce personalmente y de cerca. Él ha visto tus lágrimas. “Nadie conoce el infierno por el que estoy pasando en este matrimonio.” Estás equivocado, Dios lo conoce. “Nadie sabe cómo estoy luchando por romper con esta adicción, pero no lo puedo sacar de mi mente.” Dios si lo sabe. “Nadie conoce la depresión y el temor por el que estoy atravesando.” Dios sí. Y el ha visto tus lágrimas. El las conoce todas. Nada escapa de Su conocimiento. Salmo 31:7 “Has visto la crisis en mi alma.” Dios está al tanto de tus necesidades y la Biblia dice que El conoce lo que necesitas antes que se lo pidas. El ve la crisis en tu alma en este momento. Salmo 69:5 “Sabes cuan insensato he sido.” A veces deseamos olvidar esta parte. No queremos que Dios sepa todas nuestros equívocos. El hecho es que no hay nada que esté fuera de la vista de Dios. Siempre tienes una audiencia las 24 horas al día. Él conoce los días buenos, y los malos, las malas decisiones, y sorprendentemente todavía te ama. El hecho es que Dios no se sorprende por tu pecado. El no se sorprende, El no se altera, El no se decepciona. El le conoce.

(2) Dios se interesa por mi situación.

Salmo 103:13 “El es como un Padre para nosotros, tierno y compasivo, porque El conoce que somos hechos de polvo.” Dios sabe que somos frágiles, no somos súper humanos. Dios es tierno y compasivo. Esa es la clase de Dios que quiere acercarse a ti. Dios desea ser el Padre que muchos nunca tuvieron. Tierno y compasivo. Dios dice: “Te he amado con amor eterno.” ¿Cómo puede ser eso? ¿Cómo puede Dios amarme? El me ama en los días buenos, en los malos, cuando le sirvo y cuando no lo hago, cuando estoy en lo correcto, y cuando me equivoco. ¿Cómo es que me sigue amando? Porque Su amor es incondicional. No está basado en tu desempeño. Está basado en el carácter de Dios. La Biblia dice que Dios es amor. Y Él dice: “Te he amado con amor eterno”. El no solamente conoce tu situación, El se interesa por eso. “Dios mostró Su gran amor por nosotros, enviando a Cristo a morir por nosotros.” –- Romanos 5: 8.

Algunos de ustedes quienes han trabajando los Doce Pasos conocen que el Paso 2 es el Paso del Poder Supremo. Me gustaría presentarte a su Poder Supremo hoy. Su nombre es Jesucristo. Jesucristo es ese poder al que se puede conectar, porque él conoce tu situación y le interesa. Las mejor de todo es que El tiene el poder para cambiar dicha situación.

(3) Dios puede cambiar mi vida y mi situación.

Esas son buenas noticias. Dios puede cambiar mi vida y mi situación. A veces cambia mi vida, a veces Él cambia la situación. Algunas veces cambia las dos. Pero El está esperando que lo hagas. Y Él tiene el poder. El dice: “tengo el poder.” Si Dios puede levantar a Jesucristo de los muertos, El puede restaurar una relación rota. El puede levantar a una persona que está mal de salud. El puede hacerte libre de una adicción. El puede ayudarte a cerrar la puerta al pasado para que esos recuerdos dejen de perseguirle, si sólo confías en El. Lucas 18:27”Lo que es imposible para los seres humanos, es posible para Dios.” La Biblia dice que nada hay tan difícil para Dios. Dices: “¡No entiendes mi situación. He intentado cambiar pero no puedo!” Nada es imposible con Dios. Y esa situación que parece sin esperanza, no lo es.

Aquí está el punto. Entre más atrases tu dolor, más lejos está tu liberación. Entre más lo niegues, atrases y digas: “No hay problema, no es gran cosa, puedo manejarlo”. Algunas personas, cuando experimentan dolor que es intenso por algún problema actual, se estancan en el pasado en lugar de tratar con el problema de ese momento, enfocan toda su vida en el pasado.

III. ACEPTA LA AYUDA DE DIOS.

No es suficiente solamente creer en Dios. La mayoría de ustedes creen en Dios. Pero eso no quita la herida. Tienes que conectarse al poder y eso es más que creer. Aquí está lo que Dios tiene para ofrecer. Filipenses 2:13 “Porque Dios es quien obra en ustedes, dándoles la voluntad y el poder para alcanzar Su propósito.” Dios dice: “La fuerza de voluntad por ti mismo no es suficiente. Las buenas intenciones no son suficientes. Lo que necesitas es Mi voluntad y Mi poder par ayudarte a cambiar. Yo te haré cambiar.”

¿Qué sucede cuando dispongo mi vida al poder de Dios? ¿Cuándo le pido a Dios que ponga el Espíritu de Jesucristo en mi vida? ¿Qué hace él? La Biblia nos dice exactamente lo que sucede cuando el Espíritu de Dios entra a nuestras vidas. Efesios 5:9 “El Espíritu que Dios da nos llena con su poder, amor y dominio propio.” Eso es lo que requiero en mi vida. Primero, requiero el poder de Dios en mi vida. Quiero poder de Dios para romper con rencores que no puedo romper. Quiero poder para hacer las cosas que sé que son correctas pero que no puedo hacerlas por mi mismo. Quiero poder para ser libre del pasado y permitir que esos recuerdos se vayan. Quiero el poder de Dios para empezar a vivir la clase de vida que Dios desea que vivas.

Después quiero amor. Quiero ser capaz de amar a las personas y que me amen y soltar las heridas para no construir barreras contra las personas, sino un acercamiento genuino porque no tengo miedo de amar verdaderamente y no tengo temor de ser verdaderamente amado. Esa es la clase de poder y amor que Dios da. Y dice que también nos da dominio propio. Tú no estás en verdadero control hasta que Cristo está en control de tu vida y el Señor domina las circunstancias de tu vida. Y luego entiendes lo que significa tener todo bajo control por primera vez en tu vida porque no estás tratando de detenerse por ti mismo. Poder, amor, y dominio propio.

Hay un principio en el universo. Las cosas funcionan mejor cuando están conectadas. El microondas, licuadoras, televisores, radios; las cosas funcionan mejor cuando están conectadas y Dios quiere que tú y yo estemos conectados a El. ¿Cómo me conecto al poder de Dios? Muy simple. Cree y recibe. Primero, yo creo que Dios existe y creo que El me conoce y se interesa en mí y tiene el poder de ayudarme y luego lo recibo en mi vida – Jesucristo pon Tu Espíritu en mí. El segundo paso de recuperación involucra una palabra de cinco letras. Requiere de mucho valor usar esta palabra.

Dios necesito tu ayuda en mi vida. El Camino a la Libertad no es fácil. Significa afrontar algunos problemas que he querido ignorar. Significa tomar riesgos. Significa ser honesto, confiar en Dios. Pero cuando das este segundo paso de repente tu libertad ya no es simplemente un asunto de fuerza de voluntad, Dios dice: “Yo estaré contigo”. Isaías 43:2 “Cuando atravieses aguas profundas y grandes problemas Yo estaré contigo. No te ahogaras. Cuando atravieses los fuegos de opresión, no te quemarás.” Dios dice Yo estaré contigo la próxima semana, el próximo mes, el próximo año mientras enfrentas esas cosas de las que has temido afrontar en tu vida.

¿En qué área de tu vida te sientes herido? ¿Estás atravesando aguas profundas? ¿Sientes como si está será la última vez? ¿Estás atravesando el fuego en este momento y la situación está difícil en tu vida? ¿Crees que voy a consumirme o a extinguirme? ¿Sientes que estás como estancado en una rutina y dices “yo no tengo el poder de cambiar”? Me siento incapaz. Hay un poder al que te puedes conectar. Su nombre es Jesucristo. El nombre sobre todo nombre. Te invito a abrir tu corazón y tu vida a El este día. Da este segundo paso.

 

Fuente: Pastor Alberto Arenas Mondragón.

1. INICIANDO EL CAMINO A LA LIBERTAD

Recientemente un padre de familia estaba tratando de dormir su siesta un domingo por la tarde en la sala de su casa y su pequeño hijo seguía interrumpiéndole diciendo: “Papi, estoy aburrido.” Por lo que su padre, tratando de inventar un juego, encontró un dibujo de un mundo en un periódico, una foto del mundo. Lo cortó en casi 50 pedazos y le dijo, “Hijo, este es un rompecabezas. Quiero que lo armes.” Luego se acostó para terminar su siesta, pensando que por lo menos dormiría de una hora y media a dos. En casi 15 minutos su hijo lo despertó diciendo, “Papi, ya terminé. Ya lo armé.” “Estás bromeando.” El sabía que su hijo no conocía todas las posiciones de los países y cosas como esas. El dijo, “¿Cómo lo hiciste?” El niño dijo: “Papá, había una foto de una persona en el reverso de la página de ese periódico y cuando terminé de armar esa persona el mundo se miraba bien.”

Estamos comenzando una nueva serie mensajes, y se llama el “Viviendo la libertad”; y Dios va obrar en tu persona. Es sorprenderte cómo el mundo se ve mejor cuando tu persona es puesta en orden en la forma correcta. En esta serie hablaremos de cómo manejar y cómo vencer las heridas en tu vida, los hábitos que están destruyendo tu vida y los complejos que han causado dolor en tu vida.

El versículo electo como tema en nuestra campaña “Viviendo la libertad” es Isaías 57:18, Dios hablando: “He visto cómo han actuado pero los sanaré, les guiaré y consolaré a los que lloran. Ofrezco paz a todos los que están cerca y a los que están lejos.” Esta es una gran promesa de Dios. Nota que hay cinco áreas importantes para iniciar un camino hacia la libertad.

Primero, si has sido herido, Dios dice: “Quiero sanarte.”

Si estás confundido, “Quiero guiarte.”

Si alguna vez te has sentido sin ayuda para cambiar algo, “Deseo ayudarte a cambiar eso.”

Si alguna vez te has sentido que nadie entiende tu problema, “Quiero consolarte.”

Si te sientes ansioso, preocupado y temeroso, “Quiero ofrecerte paz.”

El hecho es que la vida es difícil. Vivimos en un mundo imperfecto. Somos dañados por otros y nos herimos a nosotros mismos y herimos a los demás. La Biblia dice, “Todos hemos pecado.” Eso significa que ninguno de nosotros es perfecto, todos nos hemos equivocado, todos hemos cometido errores. Dañamos y dañamos a otros.

Esta campaña es para todos. Todos en este lugar necesitamos vivir libres de las heridas, al menos que hayas vivido una vida perfecta y saludable. Pero si no has vivido una vida perfecta, si has sido herido, si has cometido algo malo, necesitas recuperación, necesitas libertad de lo que te oprime.

¿DE QUE NECESITAS SER LIBRE?

La buena noticia es esta: a pesar del problema que te encuentras, ya sea emocional, financiero, relacional, espiritual, sexual o lo que sea, a pesar de eso de lo que necesitas recuperación, los pasos para ser libre son siempre los mismos. Los principios para vivir una vida plena y libre se encuentran en la Biblia. Jesús dijo antes de irse, Juan 8:32y conocerán la verdad, y la verdad los hará libres. Es la guía original de la libertad. En 1935 un par de muchachos formularon, basados en las Escrituras, los que hoy son conocidos como los clásicos 12 Pasos de los Alcohólicos Anónimos y hoy en día son usados en cientos de otros grupos de recuperación y miles de hombres y mujeres recuperándose. La base de la recuperación y de la libertad es la Palabra de Dios. Estudiaremos los principios de la libertad en base a la Palabra de Dios para que tú los asumas y empieces a experimentar la verdadera libertad.

El primer paso a la Libertad es RECONOCER.

Reconozco y Comprendo que no soy Dios. Admito que soy incapaz de controlar mi tendencia hacer lo malo y que mi vida es inmanejable.

¿Te quedas despierto hasta tarde cuando sabes que necesitas dormir?

¿Comes o bebes más calorías que lo que tu cuerpo necesitas?

¿Sientes que debes hacer ejercicio pero no lo haces?

¿Conoces lo correcto pero no lo haces?

¿Sabes que algo está malo pero de todas formas lo haces?

¿Te has dado cuenta alguna vez que no debes ser egoísta pero por lo contrario eres egoísta?

¿Has intentado alguna vez de controlar a alguien o algo y te has dado cuenta que tú mismo eras incontrolable?

Si tu respuesta es “Sí” a cualquiera de estas preguntas, bienvenido a la carrera humana. Todos necesitamos ser libres de esto que te oprime y no te deja vivir en armonía.

I. LA CAUSA DE MI PROBLEMA: MI NATURALEZA PECAMINOSA

Mi naturaleza de pecado me lleva a toda clase de problemas. Hago cosas que no son buenas para mí. Las hago aún cuando son autodestructivas y no hago cosas que son buenas para mí. Contesto de la manera incorrecta cuando soy herido y solamente aumenta el daño, en lugar de disminuirlo. Reacciono en la manera incorrecta con las personas. Las trato de la manera equivocada y luego me afecta a mí, cuando sé que no va a funcionar. Intento resolver problemas y a menudo cuando los arreglo se vuelven peor de lo que estaban cuando comencé. Proverbios 14:12 dice A algunos su camino les parece recto, pero al final del camino está la muerte.

Siempre vas a tener esta naturaleza pecaminosa contigo, este deseo de hacer lo malo. Por esta razón necesitas experimentar la verdadera libertad, necesitas ser libre de esto. Todos tus problemas lo vas a tener contigo hasta que llegues a la presencia de Dios donde se respira la libertad. Y aun cuando seas cristiano, todavía tendrás deseos que te lleven hacia el mal porque necesitas experimentar la vida en libertad de manera plena. Pablo entendió esto. En Romanos 7:15 él dijo, “No me entiendo para nada. Porque realmente quiero hacer lo que es correcto, pero no puedo. Hago lo que no quiero hacer y lo que odio. Sé perfectamente bien que lo que estoy haciendo es incorrecto, pero no lo puedo evitar. Es el pecado que está dentro de mí que es más fuerte que yo, el que me hace hacer cosas malas. ¿Les suena familiar estas palabras? Termino haciendo lo que no quiero hacer y termino no haciendo lo que quiero hacer.

El primer paso para la libertad es que debes entender la causa de este problema. ¿Por qué sucede esto en mi vida? Necesitas entender la causa de esto, luego las consecuencias del problema, y luego la cura.

¿Cuál es la causa de mi problema? La causa de todos tus problemas es esta – “Quiero ser Dios”. ¿Te gustaría decidir lo que es bueno y lo que es malo? Dices: “No quiero que nadie me diga o lo que es bueno y lo que es malo, quiero ser libre para decidir lo que es bueno y lo malo. Quiero hacer lo que yo quiero, quiero hacer mis propias reglas. Me quiero poner en el centro del universo. Quiero ser mi propio jefe, vivir a mi manera. No quiero que nadie me diga qué hacer con mi vida.” Eso no es libertad, se llama jugar a ser Dios. Lo que dices es: “Quiero controlar.” Y entre más inseguro seas, más te propones controlar. Entre más inseguro seas, deseas controlarte a ti mismo, controlar a otras personas, controlar tu ambiente. Eres llevado a hacer esto. Y eso se llama jugar a ser Dios.

Este es el problema más antiguo del hombre. Aún Adán y Eva lo tuvieron. Dios los puso en el Paraíso y vivían en verdadera libertad, pero después la perdieron cuando trataron de controlar el Paraíso. Dios dijo: “Pueden hacer todo lo que quieran en todo este Paraíso excepto una sola cosa – No coman de este árbol.” ¿Qué hicieron ellos? Fueron directamente hacia ese árbol. Lo único en el Paraíso a lo que Dios le había puesto límites. Satanás dijo, “Come este fruto y serán dioses.” Ese ha sido el problema desde el principio. Quiero ser Dios. Quiero tomar las decisiones yo mismo. Quiero vivir mi propia vida y mi libertad sin Dios.

Queremos estar en control. ¿Cómo jugamos a ser Dios? Negando nuestra humanidad y tratando de controlar todo por razones egoístas. Quiero ser el centro del universo. Quiero tener el control, donde pueda controlarme a mí mismo, a otras personas, y todo lo que está a mí alrededor.

¿CÓMO JUGAMNOS A SER DIOS?

1. Tratamos de controlar nuestra imagen. Deseas controlar lo que otros piensan de ti. No quieres que otras personas te conozcan realmente como eres. Jugamos, usamos mascaras, pretendemos ser otros, somos falsos, queremos que la gente vea ciertos aspectos de nosotros y escondemos otras partes, y negamos nuestras debilidades y nuestros sentimientos (“No estoy molesto, No estoy disgustado, No estoy preocupado, No estoy asustado”), no vives en libertad. No queremos que las personas vean nuestro verdadero yo. ¿Por qué tengo miedo de decirte quién soy? La respuesta es: Si te digo quien realmente soy y no te gusta, mala suerte para mí porque soy todo lo que tengo. Por lo que tratamos de esconder y controlar nuestra imagen.

2. Tratamos de controlar a otras personas. Los padres tratan de controlar a sus hijos; los hijos tratan de controlar a sus padres. Las esposas tratan de controlar a sus esposos; los esposos tratan de controlar a sus esposas. Las personas tratan de controlar a otras personas. Los países tratan de controlar otros países. Usamos muchas estrategias para manipularnos unos a otros. Usamos la culpa para controlar, usamos el temor, usamos alabanza, algunos usan el látigo del silencio para controlar, enojo, ira. Tratamos de controlar a las personas.

3. Tratamos de controlar nuestros problemas. Somos buenos para esto. Usamos frases como: “Lo puedo manejar, realmente no es un problema.” Eso es tratar de jugar a ser Dios. “Puedo manejarlo, estoy bien.” Controlamos nuestros problemas: no necesito ayuda y realmente no necesito consejo. Tratamos de controlar nuestros problemas: Puedo dejarlo en cualquier momento, Lo haré a mi manera. Entre más trate de arreglar su problema por sí mismo, peor se vuelve el problema.

4. Tratamos de controlar nuestro dolor. ¿Has pensado alguna vez cuánto tiempo desperdicias huyendo del dolor? Tratando de evitarlo, negarlo, reduciéndolo, posponiéndolo, escapando. La gente trata de posponerlo de diferentes maneras. Algunas veces tratamos de posponerlo comiendo o no comiendo. Tratamos de posponerlo tomando o fumando o consumiendo drogas, involucrándonos en una y otra relación. “Esta relación es lo que verdaderamente necesito sentir, completa y significante.” Y entonces inicias esa relación – “Oh, no era esa” y termina esa relación. Es una relación tras la otra. O desarrollas algún tipo de hábito compulsivo para tratar de controlar tu dolor. O te vuelves abusivo y te enojas con otras personas o te vuelves crítico o prejuicioso para esconder tu dolor. O te deprimes. Hay muchas, muchas formas de tratar de controlar nuestro dolor.

El dolor viene cuando nos damos cuenta, en nuestros tiempos a solas, que no somos Dios y que no podemos controlar nada y eso nos atemoriza. Ese es el primer paso hacia la libertad. No vas a mejorar por ti mismo, afróntalo. No lo niegues.

¿CUÁLES SON LAS CONSECUENCIAS DE JUGAR A SER DIOS?

Cuatro problemas que siempre suceden cuando tratamos de jugar a ser Dios:

1. Temor. Cuando trato de controlar todo me atemorizo. Adán dijo, “Tuve miedo, porque estaba desnudo y me escondí.” Nos atemoriza el que alguien descubra quienes somos realmente, que somos falsos, farsantes, realmente no tenemos el control, que no somos perfectos. Por lo que no permito que nadie se acerque realmente a mí porque descubrirán que interiormente estoy asustado. Y por lo tanto que lo disfrazamos y pretendemos que no es real, llenamos nuestras vidas con temor, atemorizados que alguien nos va a rechazar, que no nos amarán, o que no les seremos simpáticos porque no saben realmente lo que somos. Solo les gusta una imagen de mí. Si supieran realmente como era, no les gustaría. Así que me resiento por eso. Y somos llenos de temor cuando tratamos de jugar a ser Dios.

2. Frustración. Es frustrante tratar de ser Dios. Me gusta jugar con el juego del mazo donde salen los hipopotamitos para golpearlos. En el momento que golpeas a una, otra sale. Es frustrante porque cada vez que tratar de golpear un a otra se levanta y golpea esa y otra sale... Así es la vida. Terminamos con una compulsión y otra sale a flote. Terminamos con un problema y otro aparece. Terminamos con una relación conflictiva y aparece otra. Es tan frustrante porque no puedes terminar al mismo tiempo con todas. Caminas pretendiendo ser Dios – Soy poderoso, puedo manejarlo. Si es tan poderoso porque no simplemente termina con todo. Frustración.

3. Fatiga. Es cansado jugar a ser Dios. Tratar de controlar todo, pretendiendo que todo está bien, negar algo lleva mucha energía. En Salmos 32:3 David dice: “Mi fuerza se evaporó como el agua en un día soleado hasta que finalmente admití todos mis pecados y deje de esconderlos.” La mayoría de las personas tratan de esconder su dolor y huyen de él manteniéndose ocupados porque pensamos “No me gusta cómo me siento cuando me deprimo. No me gusta lo que viene a mi mente cuando pongo mi cabeza sobre mi almohada y no me gustan esos sentimientos y lo que escucho por lo que me mantengo ocupado.” Huyes del dolor al estar constantemente en el ir, trabajas hasta el cansancio. O te involucras en algún pasatiempo o algún deporte y se vuelve algo compulsivo. O te puedes aún involucrar en actividades religiosas, en la actividad de la iglesia puedes esconder tu dolor. Esperas que cansarte tanto que cuando te acuestes y pongas tu cabeza sobre su almohada, estarás tan fatigado, que te dormirás y no tendrás que escuchar tu dolor. Si estás en un estado constante de fatiga, siempre agotado, pregúntate, “¿De qué dolor estoy huyendo? ¿Qué problema no quiero afrontar que me motiva y me conduce a trabajar y trabajar para estar en este estado constante de fatiga?”

4. Fracaso. Cuando tratas de jugar a ser Dios, esa es una descripción del trabajo en el que se garantiza que terminará. Proverbios 28:13 “Nunca tendrás éxito en la vida si tratas de esconder tus pecados. Confiésalos. Entrégalos. Entonces Dios mostrará su misericordia sobre ti.” Necesitas ser honesto y aceptar tu debilidad y tus faltas y fracasos.

II. LA CURA

El primer paso en el camino a la libertad es admitir mi incapacidad. La Biblia dice que al admitir mi debilidad encuentro fortaleza. Este es el primer paso esencial para iniciar la vida en libertad. Admite que eres incapaz de hacerlo por ti mismo. Necesitas a otras personas y necesita a Dios. Admitir que no soy Dios significa que reconozco tres hechos importantes de la vida. La madurez viene cuando reconozco estos tres hechos de la vida:

1. Admito que soy incapaz de cambiar mi pasado. Duele, todavía lo recuerdo, pero todo el resentimiento en el mundo no lo vas a cambiar. Soy incapaz de cambiar mi pasado.

2. Admito que soy incapaz de controlar a otras personas. Trato, me gusta manipularlos, utilizo toda clase de pequeños trucos, pero no funciona. Soy responsable de mis acciones, no de las de otros. No puedo controlar a otras personas.

3. Admito que no soy capaz de hacer frente a mis hábitos, comportamientos, y acciones dañinos. Las buenas intenciones no son suficientes. Cuantas veces has intentado y has fracasado. La fuerza de voluntad no es suficiente. Necesitas algo más que fuerza de voluntad. Necesitas a Dios, porque El te hizo para necesitarle, sólo así serás libre.

Santiago 4:6 – Dios se opone a los orgullosos, pero trata con amor a los humildes.” Gracia es el poder para cambiar. Gracia es el poder que Dios me da para hacer los cambios en mi vida que quiero hacer y que El desea que haga – el poder para cambiar. Y para que te recuperes de las heridas, complejos y problemas en tu vida, necesitas la gracia de Dios. ¿Cómo la obtengo? Solamente de una forma. El se la da al humilde.

¿Qué cambios necesitas en tu vida? ¿Qué herida o hábito has estado tratando de ignorar? Para muchos de ustedes este paso será el más difícil. Me alegra que sea el número uno, porque cuando termines este paso, pasa la dificultad, y esa es solamente admitir, “tengo un problema, tengo una necesidad, tengo una herida.” Es difícil para muchos de nosotros admitir eso porque es humillante. Pero significa ser honesto y afrontar un problema que has querido ignorar por mucho tiempo.

 

Fuente: Pastor Alberto Arenas Mondragón.

Aclaración

Este Blog no tiene fines de lucro, ni propósitos comerciales, el único interés es compartir los gustos y las preferencias de su autor, con personas afines. Julio Carreto. Predicador