4. LA PROVISIÓN DE SANIDAD

Isaías 53

Este es el cuarto sermón de la serie “El poder de la fe”, es una buena aventura el caminar en la fe verdadera. Estoy seguro que cada vez hay una nueva expectativa sobre el aprender a vivir conforme a la fe. Ahora es un nuevo tema que en los últimos años ha sido polémico y no sólo polémico, es un medio para timar a las personas, para beneficiarse económicamente; también como método proselitista, para atraer personas a la iglesia.

Cuando suceden eventos donde la anuncia el don de sanidad, la gente acude con la esperanza de ser sanado, se llenan estadios, auditorios, salas. En esos eventos se dan casi las mismas cosas: alabanza, predicación sobre la fe en la sanidad con ejemplos bíblicos, oración de preparación para ambientar y que las personas se predispongan al acto “milagroso”, luego piden a una persona del público en silla de ruedas se ponga de pie para demostrar el milagro de la sanidad, en ocasiones son personas contratadas para fingir sanidad.

Les comparto todo esto para alertarlos y no les tomen el pelo, en este tipo de eventos tiene como finalidad enajenar a las personas y sacarles dinero. Este tipo de predicadores viven de estos eventos donde hay un lleno total del estadio o auditorio. Utilizan técnicas de mercadotecnia y manipulación psicológica. Ellos saben que el 85% de nuestras enfermedades son psicosomáticas, así que si convencen a las personas a cerrar círculos emocionales y convencerlas que no hay enfermedad, ellos desactivan su mecanismo interno (emocional) que provocó la enfermedad, se debilita y se desarticula para romper con la codependencia con la enfermedad.

Con esto no quiero decir que no existan milagros de sanidad, Dios puede sanar en cualquier momento y a cualquier persona. El propósito de este sermón es que distingas entre sanidad de Dios y la sanidad que manejan estos vendedores del evangelio de Jesús. Una de las mejores evidencias para ventanear a estos charlatanes, es que la gente termina creyendo y teniendo fe en el sanador en vez que al Dios de la sanidad.

El profeta Isaías describe al Señor Jesús como el Siervo sufriente. En  Isaías 53  se ilustra gráficamente el sufrimiento de nuestro Señor en la cruz. Observa lo que dice el siguiente versículo Isaías 53:4 Ciertamente él ha llevado nuestros padecimientos, y con nuestros dolores él se cargó; mas nosotros le reputamos como herido, castigado de Dios y afligido. Los padecimientos en hebreo (choliy), se puede traducir como dolencia, ansiedad, calamidad, y significa aflicción, enfermedad, quebranto. El siguiente término importante en el versículo, es dolores (makob). Esta palabra a menudo se traduce, «dolor», «quebranto», y parece que se refiere al dolor emocional, mientras que la palabra que antecede parece indicar dolor físico.

Isaías 53  enseña con claridad que la sanidad corporal está incluida en la obra expiatoria, el sufrimiento y la cruz de Cristo. Las palabras hebreas para «dolores» y «enfermedades» (v.  4) se refieren específicamente a la aflicción física. Esto se verifica en el hecho de que Mateo 8:17 De modo que se cumpliera lo que fue dicho por medio del profeta Isaías, que dijo: Él mismo tomó nuestras enfermedades, y cargó con nuestras dolencias. Son los actos de sanidad que efectuó Jesús.

Además, está claro que las palabras «llevó» y «sufrió» se refieren a la obra expiatoria de Jesús, porque son las mismas que se utilizan para describir a Cristo cargado con nuestros pecados. Isaías 53:5 Pero El fue herido (traspasado) por nuestras transgresiones, Molido por nuestras iniquidades. El castigo, por nuestra paz, cayó sobre El, Y por Sus heridas (llagas) hemos sido sanados. Estos textos vinculan inequívocamente la base de la provisión, tanto de nuestra salvación como de nuestra sanidad, con la obra expiatoria del Calvario. Sin embargo, ninguna de estas cosas se recibe automáticamente, porque ambas deben alcanzarse por la fe. La obra de Cristo en la cruz las pone a nuestra disposición, y las recibimos, según sea nuestra elección, mediante un acto sencillo de fe.

De qué manera Dios hace provisión de la sanidad sin necesidad de acudir a un show o un espectáculo bien fabricado para sanar a las personas. Cómo se da la sanidad que proviene de Dios, qué efectos tiene, cuál es su origen. Veamos tres aspectos bíblicos de la fe sanadora.

  1. La sanidad proviene de la salvación.

En el poder de la fe, Dios nos da la seguridad de que él está interesado por nuestra salud. Cuando Dios creó al ser humano, lo hizo perfecto y libre, en su libertad se incluye sobre la enfermedad. La primera generación de humanos creados por Dios, no se enfermaban, sólo la entrada del pecado provocó no sólo un distanciamiento con la presencia de Dios, también las enfermedades se apoderarían de nosotros.

Todos los virus, parásitos, bacterias, y aquello que nos provoca enfermedad, son producto del pecado. Por eso, Dios se interesa por nuestra sanidad porque se interesa por nuestra salvación. Antes de darte la sanidad, él quiere darte la salvación. En muchos versículos de la Biblia, salvación y sanidad son sinónimas, la salvación implica sanidad, la sanidad significa salvación, operan de manera similar.

Por esta razón, él desea primero que conozcas la salvación por medio de la conversión. La salud es consecuencia de la conversión a Dios, cuando tu corazón se convierte o se dirige a la voz de Dios, él empieza a provocar salud plena en tu vida; observa este texto: Hechos 28:27 Porque el corazón de este pueblo se ha vuelto insensible, y con dificultad oyen con sus oídos; y sus ojos han cerrado; de otro modo verían con los ojos, y oirían con los oídos, y entenderían con el corazón, y se convertirían, y yo los sanaría. Cuando experimentas la salvación en tu vida, Dios empieza a operar tu sanidad interior y exterior por medio de la fe. Eso decía el apóstol, si tan sólo se convierten, el Señor los sanaría.

En el poder de la fe, la sanidad proviene de la salvación, no de una persona, nadie tiene el poder para sanar. La sanidad divina opera por la conversión del corazón de piedra a carne. En poder de la fe se hace una realidad por la obra salvadora de Cristo en la cruz por ti. Él entregó todo para que gozaras de vida eterna y sanidad. Sólo Dios puede cambiar una realidad de enfermedad. La persona enferma no es el resultado de su descuido o influencia genética, es consecuencia de su pecado. La manera en cómo opera la fe sanadora es por la salvación. 2 Crónicas 7:14 Si se humillare mi pueblo, sobre los cuales ni nombre es invocado, y oraren, y buscaren mi rostro, y se convirtieren de sus malos caminos; entonces yo oiré desde los cielos, y perdonaré sus pecados, y sanaré su tierra.

Quieres conocer la verdadera sanidad que proviene de Dios, debes conocer primero la salvación.

La sanidad es prometida en la Biblia.

La sanidad es una promesa para los hijos de Dios, pero no es un fin en sí mismo. El problema de los shows de sanidad masiva, es que la sanidad se convierte en un fin para adquirir nuevos adeptos que para los sanadores significa dinero, mejores entradas y fama. La sanidad, Dios no la utiliza como un fin para hacerse fama, lo utiliza como un medio para mostrar su salvación y el cumplimiento de sus promesas.

Recuerda que salvación y sanidad están estrechamente relacionadas, sus promesas de sanidad están basadas en la acción de salvación. La salvación te la da Jesús para gozar de sus beneficios. Cuando te eligió desde antes de la creación del mundo, también decretó sanidad en tu vida. Dios no necesita de nadie para cumplir sus promesas, cuando él usa instrumentos, siempre es Dios quien está al centro y no el instrumento. Él puede usar cualquier ser como un medio para cumplir sus promesas, hasta la misma naturaleza, Apocalipsis 22:2 Y sus aguas pasaban por en medio de la calle principal de la ciudad. A cada lado del río había árboles que daban su fruto una vez al mes, o sea, doce veces al año. Sus frutos dan vida eterna, y sus hojas sirven para sanar las enfermedades de todo el mundo.

Dios obra milagrosamente en toda edad cuando y como le plazca. En tiempos de enfermedad, debe ejercitarse la fe en Dios para que, siendo su voluntad, Él sane. Las enfermedades, como todas las otras aflicciones y pruebas, son frecuentemente medios para perfeccionar y ejercitar tu fe. La fe sanadora no es exhibición, es edificación.

El énfasis de la promesa sanadora no está en el sanador, porque si un hombre tuviera el don de sanidad de parte de Dios, entonces la responsabilidad de la curación recaería sobre él, y no sobre el enfermo. No depende de sanadores, sino de la promesa del Señor.

La provisión amorosa de Dios para sanidad está enraizada en la obra propiciatoria de su Hijo sobre la cruz, en el poder de Dios por medio del ministerio del Espíritu Santo y en el carácter de Dios, quien está comprometido a buscar la sanidad completa del ser humano. Mirándolo desde otro punto de vista, Dios en su naturaleza es un Dios de sanidad. En cuanto al poder, no hay nada imposible para Dios. En lo legal, la obra de Cristo en la cruz abrió la puerta para que el Dios santo opere su misericordia sanadora en personas que de otra manera estarían descalificadas para recibir su toque sanador.

El tercer aspecto de la provisión de sanidad es…

La sanidad refuerza nuestra confianza.

En las últimas décadas se han construidos nuevos hospitales de diversas especialidades para atender a la gran demanda de población de necesidad de salud. Debemos reconocer que también se tratado de atender a la población de escasos recursos, sin embargo, el Estado no se da abasto de tantos enfermos. Todavía existen muchas personas que no tienen acceso a la atención médica. Qué esperanzas tienen. Mucha gente clama por las calles por su salud. En las iglesias siempre vemos y escuchamos a hermanos quebrantados por su salud.

A veces nos preguntamos, ¿Dios tiene compasión de ellos? Por supuesto, pero algunos cuestionan, ¿Por qué Dios no me sana o porqué me envía esta enfermedad? Lo primero que debes de entender es que Dios no te castiga enviándote enfermedades, dice el Salmo 103 que él jamás nos ha cobrado conforme a nuestros pecados. Así que no pienses que tus enfermedades se debe algún pecado que cometiste, sólo aquellas que te provocaste por ti mismo por descuido o deliberadamente. Las enfermedades como los problemas son tribulaciones o pruebas por las que pasamos de manera temporal. Las enfermedades son un medio para aprender a confiar en Dios, a depender de su gracia y misericordia.

Muchos predicadores del don de sanidad se dirigen a Dios exigiéndole sanidad por el enfermo porque él lo prometió en la Biblia. No puedes exigir a Dios que te sane porque sus propósitos son más grandes que tus expectativas y anhelos, porque sus propósitos son más grandes que tus enfermedades. Por supuesto, él puede sanarte en estos momentos, pero primero debes de entender que su plan es perfecto, que sus caminos son más amplios que los tuyos. Las enfermedades son un medio para aprender a confiar nuestra vida al Creador y dador de la vida, porque el que te dio el crecimiento en el vientre de tu madre, es el mismo que sabe de tus quebrantos.

El apóstol Pablo viajó durante muchos años predicando el Evangelio, pasó por peligros, amenazas de muerte, fríos, encarcelamientos, persecución, hambres, y todo vivió con alegría y gozo, porque sabía que era por la causa de Cristo. Sólo tuvo una queja, él decía que tenía un aguijón en la carne o un sufrimiento. Era una enfermedad que cargó con ella el resto de su vida, algunos decían que era migraña, otros decían alguna enfermedad estomacal. Realmente nadie sabía, pero lo que sí era cierto que en muchas ocasiones se quejaba. ¿Cómo un hombre que sirvió a Jesús arriesgándolo todo, que hizo milagros, predicó a miles, tenía una enfermedad? ¿A caso Dios no tenía compasión de Pablo? ¿Se quiso cobrar las que Pablo le hizo antes de su conversión? Por supuesto que no, Dios amaba entrañablemente a Pablo, sólo una cosa le dijo: "Mi gracia te es suficiente, porque mi poder se perfecciona en la debilidad". Dios no le quitó la enfermedad no porque lo castigara, sino para que Pablo siempre recordara que la gracia de Dios es lo único que nos sostiene. Las enfermedades nos enseñan a tener fe, a practicar el poder de la fe, a depender del poder de la fe, a vivir conforme al poder de la fe.

Cuando Dios te devuelve la salud en su misericordia, no es porque te lo merecías o porque presionaste a Dios a cumplir sus promesas; es simplemente que antes de la sanidad ya confiabas, pero en la sanidad es para que tu fe se refuerce o se fortalezca más que al principio, para que observes con tus propios ojos la misericordia. No tiene que esperar la salud para confiar en Dios, la confianza la adquieres en medio de la enfermedad, pero en la salud, refuerzas tu sistema de confianza, de seguridad en él.

Tu salud es gracias al poder de Dios en tu vida, no importa si usó a los médicos o algún hermano, ellos son solamente instrumentos de la gracia de Dios, lo importante es que te acerques con confianza a él y haga su obra en ti. Este versículo nos confirma esto, Santiago 5:15 Si oran con confianza, Dios les responderá y sanará al enfermo, y si ha pecado también lo perdonará.

Fuente: Pastor Alberto Arenas

4. Algunas promesas de Dios para ti

1. ¿Hiciste esto por mí?

2. «Yo compartiré tu lado oscuro»

La promesa de Dios en el escupo del soldado

3. «Yo los amé tanto que me hice como uno de ustedes»

La promesa de Dios en la corona de espinas

4. «Yo te perdoné»

La promesa de Dios en los clavos

5. «Te hablaré en tu propio idioma»

La promesa de Dios a través del letrero

6. «Te dejaré que escojas»

La promesa de Dios a través de las dos cruces

7. «No te abandonaré»

La promesa de Dios en el camino

8. «Te daré mi túnica»

La promesa de Dios

9. «Te invito a entrar a mi presencia»

La promesa de Dios a través de la carne lacerada

10. «Yo entiendo tu dolor»

La promesa de Dios en la esponja empapada en vinagre

11. «Yo te he redimido y te guardaré»

La promesa de Dios en la sangre y el agua

12. «Te amaré para siempre»

La promesa de Dios en la cruz

13. «Yo puedo transformar tu tragedia en victoria»

La promesa de Dios en el sudario

14. «Yo he alcanzado la victoria»

La promesa de Dios en la tumba vacía

15. ¿Qué dejarás tú en la cruz?

3. LA DECISIÓN DE CREER

Marcos 4:35–41

Bienvenidos al tercer mensaje de la serie “El poder de la fe”, estoy seguro que Dios ha empezado a desafiarte tremendamente a que actives tu fe, a que vivas conforme a ella. La verdadera fe te hace ver lo que otros no ven, creer lo imposible, a creer antes de tener o ver.

En esta serie comenzamos hablando de los testimonios que dan evidencia de la fe poderosa, el que posee esta fe tiene la seguridad de que las promesas de Dios se cumplen y entonces puedes aferrarte a ella, confesarla y anhelarla. En el segundo sermón hablamos que la fe poderosa es un don de Dios, por lo tanto, la fe proviene de Dios, es obra del Espíritu Santo y por lo tanto, se activa por él y no por estímulos externos.

Si ya te queda claro que la fe poderosa no es algo que provenga de tu inteligencia o de tu motivación interna, sino de Dios, entonces, necesitas ponerla en práctica y qué mejor las situaciones difíciles como un área de oportunidad en tu vida para practicar tu fe. La mejor evidencia de poner en práctica la fe, es la acción de creer. Creer cuando ya tienes la fe poderosa, es una decisión, es una elección espiritual.

Existen varios incidentes de la vida del Señor Jesús que ilustran la importancia de elegir bien. Uno de ellos fue cuando él dio la orden de pasar al otro lado del lago, pero en el camino se atravesó una tormenta que casi sucumbía la barca donde Jesús y sus discípulos viajaban.

Es notable ver que Jesús reprendió tanto a la tormenta como a los discípulos. Aunque calmó la tormenta externa, Él esperaba que ellos confrontaran la tormenta interna. Si lees los relatos de los evangelios, te sorprenderá ver cuán a menudo Jesús ejerce control sobre los eventos climatológicos; sin embargo, casi nunca lo verás ejerciendo control sobre las decisiones internas de los discípulos. Él reprendió a la tormenta en el mar de Galilea. Esperaba que ellos podían reprender a la tormenta de temor y dudas que estaban sintiendo.

Cuando Él pregunta: « ¿Todavía no tienen fe?» Estaba sugiriendo que era posible tener fe; que se necesitaba una decisión. Ellos podrían haber elegido creer en vez de ceder a las dudas y temores. Hoy día eso es también valedero para nosotros. En su sabiduría, Dios nos ha hecho responsables a ti y a mí de los asuntos de fe. Sólo nosotros podemos controlar nuestras dudas y temores. ¿Qué pasaría si decides creer? ¿Qué efectos en tu vida tendrías? Veamos tres beneficios obtenidos por la decisión de creer.

1. Creer desecha el temor.

Utiliza una concordancia y podrás ver la orden de no temer aparece más de 50 veces en la Biblia. El consejo no aparecería si no fuera posible hacer caso. Si Jesús dice: «No teman», ¡para nosotros debe ser posible recibir el dominio sobre el temor! Romanos 8:15 Porque el Espíritu que Dios les ha dado no los esclaviza ni les hace tener miedo. (Phobia , phobos) Alarma o consternación, tener temor, en exceso, terror, de donde se deriva phebomai (estar atemorizado). Todo futuro es incierto y lo desconocido nos causa temor por naturaleza, mucha gente le tiene miedo a la muerte porque es algo desconocido e incierto. Cuando vienen los problemas o las fuertes dificultades a muchas personas les aparece el sentimiento del temor, porque no saben qué va a pasar en su futuro, porque hay una posibilidad que los resultados no sean favorables, y hay miedo de enfrentar a lo desconocido.

Cuando los discípulos se vieron en problemas en la tempestad que azotaba el barco, se pusieron primero nerviosos, preocupados; luego, estresados por la impotencia; y finalmente, temerosos por su futuro incierto, porque temían morir, así le reclamaron a Jesús: “¿No te importa que muramos?” La falta de fe te genera temor antes las vicisitudes, temor ante las amenazas, temor ante los problemas, temor ante las malas noticias de enfermedad.

El temor es muy común en el ser humano. Por esta razón debes de aprender a vivir con el poder de la fe, porque el creer en Jesús te quita el temor. Jesús les dijo a sus discípulos “pasemos del otro lado”, ¿no crees que Jesús ya sabía lo que iba a pasar en el trayecto? Por supuesto, él sabía de la tempestad antes de iniciar el trayecto, por eso se acostó a dormir tranquilamente. Los discípulos tenían miedo por su futuro incierto, no creían en la palabra de Jesús que les dijo “pasemos al otro lado”.

Cuando no crees en las promesas de Jesús, tendrás temor de las cosas que suceden en tu vida. Cuando pierdes el trabajo y tienes miedo sobre cómo vas a solventar tus gastos, pagar la colegiatura, abonar tu casa, es porque no has creído en la promesa del Señor que te dijo anteriormente: “yo te sustentaré, y te sostendré con la diestra de mi mano”. Cuando te han dicho que tienes cáncer y que tal vez sólo te quedan seis meses de vida, y tienes temor de la muerte, es porque no has creído en la promesa de Jesús que te dijo anteriormente: “yo soy tu sanador”. Cuando eres víctima de los secuestros express o de asalto a tu auto con arma en mano y tienes miedo sobre tu seguridad ante la amenaza de muerte, es porque no has creído en la promesa del Espíritu que antes te dijo: “caerán a tu lado mil y al otro diez mil, mas a ti no llegará”.

Todo esto es una decisión clara, creer o no creer, confiar en las promesas o tener miedo. Si los discípulos hubieran decidido creer en la promesa de Jesús (“pasemos al otro lado”) no hubieran tenido miedo. Porque Dios nos da el valor cuando confiamos, cuando creemos, nos fortalece y nos da paz, mira lo que dice: 2 Timoteo 1:7 Porque el Espíritu de Dios no nos hace cobardes. Al contrario, nos da poder para amar a los demás y nos fortalece para que podamos vivir una buena vida cristiana.

2. Creer te da autocontrol.

Si e creer te da la posibilidad de desechar el temor y tener valentía ante los problemas, también, te produce autocontrol o dominio propio. 2 Timoteo 1:7 porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio. (sophronismos) disciplina, autocontrol, sanidad mental.

Indica el dominio que una persona puede tener de sus reacciones, sentimientos e impulsos a través de una determinación voluntaria para poder hacerlos surgir o crecer, mantener o someter según su libre decisión. También el "Autocontrol" indica la capacidad de gestión eficiente del futuro. Se refiere a la habilidad de estar baja control durante circunstancias difíciles, pensar acertadamente baja presión.

Toda personas tiene la posibilidad de perder el autocontrol por dos causas: internas (problemas emocionales, estrés, baja autoestima, culpabilidad, depresión) y externas (enfermedad, alcohol, drogas, peligros, amenaza). Pero las causas internas de la pérdida del dominio propio o autocontrol e la falta de credibilidad. Cuando no tienes seguridad de ti mismo, eres proclive a perder el control, porque no confías en tus habilidades y potencial para responder. Pero aún con todo y la seguridad en sí mismo, las personas estarán en riesgo de perder el control y eso se debe a que no tienen un sistema de creencia superior al suyo, es decir, la fe en Dios.

Los discípulos perdieron el control, ante el peligro y la amenaza (causas externas). Estaban desesperados, no sabían si echarse al mar, tirar mercancía, no sabían si llorar, gritar, clamar o todo al mismo tiempo; pensaban que hasta ese momento, sus vidas terminaban, se había perdido toda esperanza y control de la situación. Observaron un detalle, uno de ellos estaba muy tranquilo durmiendo, sin pena alguna. Por eso lo despertaron, porque estaba fuera de control a causa de falta de fe en las promesas de Dios, acudieron a él, como el último recurso, sin pensar que en realidad en nuestro primer y único recurso.

Puedes decidirte a creer. También puedes elegir el pánico, dejando lugar a las dudas y a los temores. Pero la decisión es tuya. El Señor Jesús dijo: «Pasemos al otro lado», se puede asumir correctamente que tú también llegarás a la meta. Si decides confiar y creer en sus promesas tendrás la oportunidad de sentirte seguro y bajo control. El autocontrol lo obtendrás no con un curso de autoayuda, por el desarrollo de tus habilidades, sólo por medio de la Palabra, Romanos 10:17 Así que las personas llegan a confiar en Dios cuando oyen el mensaje acerca de Jesucristo.

3. Creer te genera confianza.

El diccionario de la Real Academia dice que la confianza es “esperanza firme o seguridad que se tiene en que una persona va a actuar o una cosa va a funcionar como se desea”. Cuando la fe es asunto de elección, puedes estar seguro de que el Espíritu de Dios habla la palabra sobre la cual puedes basar tu decisión de creer. Usando de nuevo la historia de la tormenta en Marcos 4, recuerda que los discípulos tenían la palabra o promesa de Jesús («pasemos al otro lado»), pero también su presencia (estaba con ellos en el bote). ¡Qué más confianza puedes pedir! si Jesús está a tu lado en todo tiempo, no sólo te ha dado una promesa (y todas ellas se cumplen), sino que está presente en tu vida en todo tiempo.

¡Él está contigo! Su presencia es más que suficiente para decidir creer para confiar, debes tomar buenas decisiones, decisiones en fe. Se diligente en tratar con tus dudas y temores. No olvides: Jesús reprenderá la tormenta de afuera. Sólo puedes reprender su tormenta interna. Salmos 56:3 En ti pondré, oh Altísimo, mi confianza el día que tenga miedo.

No es correcto ni verdadero decir: «No tengo temor». Pero sí está bien decir: «No temeré». No está bien decir: «No tengo dudas». Pero sí es bueno decir: «No permitiré que las dudas se adueñen de mí». La fe genuina se centra en el Señor y en su Palabra. Se basa en Él (la Verdad) y en su Palabra que es verdad (Juan 14:6; 17:7). Isaías 12:2 ¡Vean cómo es él, el Dios que me salva! En él confío y no tengo más miedo, pues Yavéh es mi fuerza y mi canción, él ha sido mi salvación.

Evalúa tus decisiones recientes como asuntos de fe en las siguientes circunstancias: Describe modos que te permitan tomar la decisión de creer:

En mi hogar

En mi trabajo

En mi salud

En mis emociones

En mi ministerio

Fuente: Pastor Alberto Arenas

3. La Fe

Por: Marylitza Vazquez
http://www.evangelistico.org/fe.htm

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Qué es la Fe?

La fe e la garantía de lo que se espera, la certeza de lo que no se ve. Es una seguridad personal en Dios. Por la fe entendemos que todo a sido creado por Dios, por tanto lo visible proviene de lo que no se ve. No se puede agradar a Dios sin fe porque primero debes creer que Dios existe y que recompensa a todos los que le buscan. La fe viene por el oir. Romanos 10:17

Fe Salvadora

Es la fe que viene al hombre que no conoce al Señor y a través de la Palabra es salvo. Cuando se predica la Palabra el Espíritu Santo obra y el incrédulo cree en Jesucristo como su Salvador. Es la fe que causa que una persona se vuelva Cristiana y nos hace parte de la familia de Dios. La fe salvadora proviene de la gracia de Dios. Efesios 2:8-9

Fe Servidora

Es la fe que nos permite seguir a Dios y hacer lo que El nos pide. Nos permite vencer los obstáculos en el camino de la vida. Como resultado de la fe servidora obtenemos la promesa de que todo lo que pidamos al Padre en el nombre de Jesús nos lo dará siempre y cuando esté en su voluntad. Juan 14:12-14

Fe Como Fruto del Espíritu (Gálatas 5:22)

Es la plena confianza en Dios alimentada por la Palabra. Salmo 23

Fe Como Don del Espíritu (1Corintios 12:9)

El don es una capacitación que Dios nos da para servirle. El don de fe es una fe sobrenatural. Es creer sin importar las circunstancias o las situaciones. Lucas 17:6

Si no hay fe como fruto, el don no se puede manifestar.

Efectos de la fe

  1. Produce salvación. Sin fe no hay salvación.
  2. Produce seguridad. Quien está en Cristo vive en seguridad aunque las circunstancias sean adversas. Salmos 46:1-3 y 27:1-3
  3. Conduce a la victoria. La fe siempre ve posibilidades. 1Juan 5:4-5
  4. Produce esperanza. Romanos 5:2
  5. Produce confianza. 2Corintios5:7
  6. La fe testifica al incrédulo.

Cosas que debilitan la fe del creyente

  1. Tribulaciones y persecuciones. Mateo 24:9-12
  2. Amor al mundo. 2 Timoteo 4:10
  3. Descuido de la salvación. Hebreos 2:1-3
  4. No congregarse. Hebreos 10:22-25
  5. No obrar de acuerdo a la fe, porque la fe sin obra es fe muerta. Santiago 2:20

Importancia de la fe para el creyente

1. Sin fe es imposible agradar a Dios. Hebreos 11:6

2. La fe obra por el amor. Gálatas 5:6

3. La fe es elemento necesario para la oración eficaz. Mateo 21:22

4. La paz es el fruto de la oración de fe.

5. Por la fe somos salvos. Efesios 2:8

6. Mediante la fe somos sanos. Tito 1:13

Debemos recordar que con nuestra fe podemos conseguir lo que queramos siempre y cuando esté en la voluntad de Dios. Hebreos 11:32-34

¿Cómo aumenta la fe?

1. Mediante ayuno y oración. Mateo 17:17-21

2. Por escuchar su Palabra. Romanos 10:17

3. Mediante la oración. Lucas 22:32

¿Cuanta fe necesito?

Tanta como un grano de mostaza.

"porque de cierto os digo, que si tuviereis fe como un grano de mostaza, diréis a este monte: Pásate de aquí allá, y se pasará; y nada os será imposible" Mateo 17:20

2. LA FE COMO DON

1 Corintios 12:7-11

Muchas personas dicen que para lograr algo en la vida debes de tener fe, por lo general dicen: “ten fe en ti mismo”. El uso de la fe en este comentario es sinónimo de confianza; debes tener confianza en ti mismo, en tu coach, en tus padres, en la vida, entre otros.

Las personas que no conocen a Dios, consideran que el origen de la fe está en nosotros mismos. Efectivamente, cada uno de nosotros tiene un alto grado de confianza en lo que hacemos, decimos o pensamos. Cuando tenemos una autoestima adecuada y equilibrada, tenemos un alto grado de confianza en sí mismo.

Sin embargo, no vamos a hablar de la fe en ti mismo, aunque es importante tener confianza en sí mismo, no puedes depender del todo en esto, porque como ser humano eres imperfecto, y estás expuesto a equivocarte. Por eso tienes que obtener una confianza que sea realmente segura, que no se equivoca, que es eterna, que no provenga de ti.

En esta serie de sermones “El Poder de la Fe”, buscamos que tengas claro que la verdadera fe no proviene de ti, sino de una fuente eterna, segura y eficaz. La fe que Dios te ha dado, es un don, es decir un regalo, un obsequio, una dote. Así que veamos, cómo es la fe considerada como don.

  1. La fe como don tiene su origen en Dios.

Estamos en el segundo sermón de la serie “El poder de la fe”. En esta serie Dios busca que te entrenes en la fe, que seas capaz de vivir conforme a ella, que logres tus sueños no por tus fuerzas, sino con el poder de la fe. Pero la fe no es algo que puedas comprar o puedas conseguir con esfuerzos; tampoco la fe es producto de tu vida religiosa o mejor aún, de tu vida devocional con Dios. Todo creyente que posee la fe, debes estar consciente de que no te pertenece, porque la fe, es algo externo, que llegó a tu vida, que proviene de Dios. La fe es un don de Dios. Pero una vez que la posees como don de Dios, es tu trabajo que esa fe se lleve a cabo, se ejercite.

Aún las personas de gran fe deben admitir que la fe es un don que proviene de Dios, y que además, es una experiencia común y corriente, es cuestión de voluntad. El creyente que posee la fe como don, tiene su origen en Dios, en la obra del Espíritu Santo. En este día estudiaremos la faceta de la obra del Espíritu de Dios en que la fe funciona como un «don», porque el Espíritu Santo ha decidido darla en una situación en que tú, algún otro cristiano o yo «aparece» como el instrumento que El ha elegido para ministrar ese «don». A este don se refiere 1 Corintios 12:9 « Unos reciben fe por medio del mismo Espíritu, y otros reciben el don de curar enfermos. ». Aclaremos algunos conceptos:

ü Fe, (pistis). Significa persuasión: creencia, convicción moral de una verdad religiosa o confianza en Dios. Acarrea la connotación de seguridad, credo, creencia, fe, fidelidad.

ü Don, (carisma). Significa un regalo (divino): liberación (de peligro o pasión), dote espiritual o facultad milagrosa, obsequio gratuito.

Si unimos estas dos palabras, «fe» y «don», y le agregamos la idea de que este carisma de fe viene por la obra del Espíritu Santo, tenemos algunas posibilidades extraordinarias.

  1. La fe como don funciona sin estímulo externo.

Recibes la fe como don, la fe que llevas a adentro, no viene de un factor externo; es sobrenatural, no natural. Además se basa en el conocimiento de Cristo, en vez de basarse en algún comentario proveniente de una autoridad terrenal o generada por la voluntad humana o el celo religioso.

De camino a Roma (cuarto viaje misionero de Pablo, Hechos 27.1—28.16). Estando en Jerusalén tras su tercer viaje misionero, Pablo se encontró en dificultades con los judíos que lo acusaron de profanar el templo (Hechos 21.26—34). Fue colocado bajo custodia romana en Cesarea durante dos años, pero después de apelar al César, se le envió por barco a Roma. Al zarpar de la Isla de Creta, el grupo de Pablo naufragó frente a Malta debido a una gran tormenta. Todos los tripulantes pensaron que se iban a morir ahogados. Pero Pablo se puso de pie y les dijo que no estuvieran tristes porque ninguno se iba a morir, que él tenía un mensaje del ángel del Señor.

Seguramente la gente no le creía, estaba más preocupada por su vida que el mensaje de Pablo. La gente que no tiene la fe en Jesús, siempre estará angustiada en los problemas, y muchas veces no están dispuestas a escuchar de Dios, dicen: “no me hables ahorita de Dios en estos momentos”. Pero la fe de Pablo fue contundente ante las circunstancias, lo único que dijo fue en Hechos 27:25 Por tanto, señores, anímense, porque tengo confianza en Dios y estoy seguro de que las cosas sucederán como el ángel me dijo.

La verdadera fe no es impulsada por los estímulos externos para que se cumpla las promesas de Dios. El estímulo externo en muchas ocasiones es adverso a los ideales de las personas. Se requiere una gran confianza en Dios en medio de la adversidad para estar seguro que las promesas de Dios se cumplen. Si Dios ya te ha dado una promesa, debes de creer totalmente que se cumplirá a pesar de que las circunstancias son llenas de peligro, adversidad o duda. La fe como don sobrepasa lo natural, los estímulos externos.

En el Antiguo Testamento existen varios ejemplos similares de fe sobrenatural que funciona sin el estímulo externo. Una de ellas es la historia de los doce espías enviados por Moisés a Canaán; debían informar de vuelta a Israel. Diez de los espías ofrecieron un informe negativo, humanamente real y militarmente práctico. Como contrapartida, dos de los espías dieron un informe positivo que parecía obviar los desafíos a los que se enfrentaban, Números 13:30 Entonces Caleb hizo callar al pueblo que estaba ante Moisés, y dijo: –¡Pues vamos a conquistar esa tierra! ¡Nosotros podemos conquistarla!

Podremos, (yakol): Tener la habilidad, el poder, la capacidad para vencer o tener éxito. Este verbo se usa 200 veces en el Antiguo Testamento. Generalmente se traduce de varias formas, pero todas encierran ideas similares. Caleb utiliza la repetición intensiva de yakol , a fin de indicar su clara y firme convicción de que el pueblo poseía todos los recursos físicos y espirituales para lograr la victoria: «porque más podremos nosotros que ellos» Obviamente Caleb habla con una fe asombrosa. ¿De dónde viene esta? ¿Cómo puede Caleb hablar con tal confianza, cuando los otros hombres tienen una versión totalmente opuesta?

La respuesta está en Números 14:24 Pero a mi servidor Caleb lo haré entrar a esa tierra a la que ya entró, y se la daré a su posteridad, porque tuvo un espíritu distinto y me siguió sin vacilar. . ¿Qué clase de «espíritu» tiene Caleb? «Espíritu» se refiere al hombre interior de Caleb, no al Espíritu Santo; es decir, es una referencia que nos ayuda a ver cómo la fe como don funciona en nosotros.

A Caleb no le asustaron los gigantes que vio durante sus cuarenta días de espionaje. No lo asombraron las ciudades amuralladas o el tamaño enorme de la tierra. Al contrario, él «decidió ir en pos de [Dios]», ¡no vio sólo a los gigantes, también vio al Señor! Aunque vio las ciudades amuralladas, también vio al Señor. Caleb vio la enormidad de la tierra, pero también vio que el Señor es mayor aún. Aquellos que siguen al Señor, lo ven en medio de sus circunstancias. Conocen los desafíos; no juegan con la mente, pretendiendo negar la realidad de la situación que enfrentan, sino que ven al Señor por encima de los problemas.

  1. La fe como don fluye hacia quienes permiten al Espíritu Santo obrar en ellos.

La fe como don, la obra sobrenatural del Espíritu Santo, viene a los que son llenos del Espíritu. Como todos los otros dones, La confesión de Caleb muestra su carácter y voluntad por creer. Sin embargo, tal como con Pablo en el barco, cuando examinamos la situación no se puede ver una influencia externa que justifique la confesión de Caleb. Los gigantes, el tamaño de la tierra y las ciudades amuralladas sugieren que el informe de los otros espías es más acertado.

Pero el reporte de Caleb es diferente, no sólo por su carácter o por su decisión, sino por la influencia del Espíritu Santo de Dios. Es un don sobrenatural que dice: « ¡Somos capaces de vencer!» Es la obra del Espíritu Santo la que produce en nosotros el poder de la fe para vencer obstáculos, vencer adversidades, enfermedad, falta de dinero, problemas emocionales. No existe algo más grande que la obra del Espíritu Santo que nos influye para creer en la victoria sobre estas cosas.

Nuestra vida de fe será completa sólo si damos lugar a la acción del Espíritu Santo. Existirán momentos en que el Espíritu de Dios te dará la capacidad sobrenatural de creer. La fe como don fluirá desde tu interior, y frente a circunstancias difíciles sentirás que crece una confianza sólida. Aunque no exista nada en tu situación que concuerde con tu fe, oirás o sentirás en tu interior algo que dice: «Todo va a estar bien. Voy a salir adelante». ¿Por qué sientes esta confianza? Porque la presencia del Espíritu Santo te da el don de fe.

Pero también considera otros momentos cuando evalúa las circunstancias que vives a la luz de la cruda realidad y no sientes confianza. Sin embargo, oye la Palabra de Dios en tu corazón, susurrándote al alma. O tal vez una promesa que memorizaste mucho tiempo antes. En este momento, eres quien decide: Puedes ceder tu fe al análisis práctico de la circunstancia o puedes decidirte a creer las promesas llenas de poder como se encuentran en la Palabra de Dios. Este es el tipo de situación que todos vivimos cuando enfrentamos la decisión de fe. Así lo enseña el apóstol Pablo en Gálatas 5:5 En cambio, a nosotros, el Espíritu nos da la seguridad de que Dios va a aceptarnos, pues confiamos en Cristo.

Fuente: Pastor Alberto Arenas

2. Acerca de la FE

Es provechoso revisar,.. Hermanos, que es la FE.

En este tiempo de confusión, estamos acostumbrados a escuchar que:
“la fe viene por el oír”. Rom.10:17. La encontramos expresada de esta forma en las versiones de la Biblia de: Nacar- Colunga, Straubinger, Jerusalén, Versión Moderna, de las Americas, Popular y en la Nueva Versión Internacional.

Las versiones de la Biblia Reina-Valera correspondientes a las ediciones 1909,1960 y 1995 expresan el citado versículo de Rom.10:17 tal cual se encuentra en el original griego: “la fe ES por el oír ..”

Nadie mejor que el conocido autor D.L. Moody puede conducirnos a comprender la diferencia entre la interpretación de la primera expresión, la cual es incorrecta y la segunda y verdadera según el original,.. dice Moody:

“Oraba yo pidiendo fe, y pensaba que algún día la fe caería sobre mí desde el cielo, como un rayo. Pero la fe no parecía venir. Un día leí en el capítulo diez de Romanos: “la fe es por el oír; y el oír por la Palabra de Dios”, antes cerraba mi Biblia y pedía fe, ahora abro mi Biblia y comienzo a estudiar y desde entonces mi fe no ha cesado de crecer”.

Por interpretar mal, durante tiempo nuestras experiencias han sido como las de Moody, esperar que la fe nos ”viniera” desde el cielo, desde Dios o desde los púlpitos,...sin embargo la fe ES!!, no viene, la fe debe ser, ES producida por la incorporación de la Palabra a nuestro espíritu,(¡¡NO A NUESTRA MENTE!!),..CREER la Palabra, CONFESAR la Palabra, y practicarla en nuestro diario vivir!!

¿Que es la FE?

Conocemos la definición que nos enseña el libro de Hebreos, pero podríamos añadir algo más, basamos nuestra FE sobre los hechos de la Palabra de Dios.

Leemos la verdad espiritual e histórica de la Biblia y nuestra FE descansa sobre su verdad, sabiendo que Dios nunca miente.

Basamos nuestra FE, en la persona del Hijo de Dios hecho hombre, anunciado en Gen. 3:15, el consumador del nuevo pacto de Dios con los hombres, el mayor ejemplo del cumplimiento de la Palabra anunciada: Jesucristo, Dios hecho hombre, Salvador y Señor, el hombre que quebró la historia humana en dos, antes y después de Él!, para que la historia de la humanidad ya no fuera más la misma.

“Y por la fe en su nombre, a éste, que vosotros veis y conocéis, le ha confirmado su nombre; y la fe que es por él ha dado a éste esta completa sanidad en presencia de todos vosotros.” Hechos 3:16


“para que abras sus ojos, para que se conviertan de las tinieblas a la luz, y de la potestad de Satanás a Dios; para que reciban, por la fe que es en mí, perdón de pecados y herencia entre los santificados.” Hechos 26:18

Por tanto la FE, no es creer en una algo “etéreo”, sino arraigar nuestra creencia en el resultado ciertísimo de los hechos históricos profetizados acerca de la persona del Hijo de Dios, Jesucristo, su obra salvifica y redentora, única y suficiente para la salvación de todos aquellos que quieran proceder al arrepentimiento de una vida de pecado y alejada del Dios Altísimo.

"Con la mira de manifestar en este tiempo su justicia, a fin de que él sea el justo, y el que justifica al que es de la fe de Jesús." Romanos 3:26.


Recibimos FE como don de Dios, cuando el Espíritu Santo opera en nuestras vidas para convencernos de pecado, de justicia y de juicio, en su obra practica de acercarnos a Dios (San Juan 16:7-11), hecho que sucede en la salvación y continua hasta el día que venga a buscarnos.


Hasta entonces nos hallábamos sin fe en nuestro ser interior, la FE es dispensada en nosotros para que hallemos salvación, hasta ahí, no entendemos, ni sabemos nada sobre la fe, lo tremendo es que muchos continúan luego en esa condición, creyendo que la Fe viene por el oír y se dedican a escuchar sin escudriñar jamás!!


Lamentablemente en el mundo de confusión doctrinal en el que estamos inmersos actualmente, ocurre que muchos hermanos ya salvos, siguen sin comprender nada sobre la FE, muchos interpretan la fe como una realidad fetichista, algo mágico, algo que es ajeno a ellos.


¡Que poco se enseña sobre la FE!.


Que poco consideramos que a través de la misma, obrando en nuestra vida cotidiana, por la gracia de Dios, aprendemos a pensar con cordura acerca de nosotros mismos, conforme a la medida de la fe repartida por Dios, en cada uno de los componentes del edificio de Dios. (Rom. 12:3).


Que poco se considera la fe, de manera que cada integrante del cuerpo del Señor (tal cual lo dice la Escritura) pueda expresar el don o los dones recibidos conforme a la medida de la fe en cada uno (Rom. 12:6).

En vez, de la medida de fe, expresada por cada integrante del Cuerpo como un hecho natural de la vida de y en la iglesia, prevalece en la actualidad, la ””dedocracia””.,que hace que solo algunos puedan expresar la medida de fe que le ha sido dada por Dios, y hayan transformado las congregaciones con pocos protagonistas y muchos observadores.

La FE, tiene dos aspectos, el objetivo y el subjetivo.

La fe objetiva, es la Palabra de Dios, ella, la Palabra es TODO lo que Dios desea dispensar al espíritu y alma de sus Hijos. ¿Por qué es objetiva?, porque su existencia es independiente del creer en ella o no. Creas o no creas, la Palabra de Dios ¡existe, ha sido revelada!.

La fe subjetiva, es nuestra fe interior, esta se produce cuando la fe objetiva es dispensada en cada uno de nosotros por la Palabra, una vez salvos, ya no depende de nadie más, sino de cada cristiano en su actitud de búsqueda y de apreciación por la Palabra, en el escudriñar, cuando consideramos la Palabra de Dios, más fe es producida en el ser interior, la fe crece por el continuo dispensar de la Palabra de Dios.

¿De que nos sirve trasladar un monte si no tenemos amor?, por tanto la FE, tiene propósito en quienes somos Hijos de Dios:
““obteniendo el fin de vuestra fe, que es la salvación de vuestras almas.” 1 San Pedro Apóstol 1:9.

He aquí la gran tarea que depende exclusivamente del acto voluntario de comer y beber a Cristo es decir comer y beber de la Palabra quien producirá entonces la salvación de nuestras almas, ...pues somos salvos en espíritu, pero nuestra alma que es el mundo de nuestra mente, nuestra voluntad y nuestras emociones deben ser ganados y conquistados por la Palabra...


A través de la FE, Dios, nuestro Padre, Jesucristo nuestro hermano mayor, y el Espíritu Santo operando como espíritu y vida en cada uno de nosotros, intentan la increíble tarea de: "...presentar perfecto en Cristo Jesús a todo hombre." Colosenses 1:27.
__________________
Silvia de Rosario
Tomado de ForoCristiano.com

http://estudios.iglesia.net/index.php?/estudios-biblicos/leer/acerca-de-la-fe/

I) REFERENCIAS A LOS TEXTOS BIBLICOS.

El sistema usado en casi todos los estudios bíblicos impresos es el mismo que estaré explicando para encontrar las citas bíblicas.  Así que usted podrá entender las referencias en otros estudios si comprende las mencionadas en éste.

(Ejemplo de referencia: II Corintios 10-12).

1. La Biblia se compone de 66 libros y Cartas o Epístolas.
2. Cada libro y carta se compone de capítulos, con algunas excepciones.
3. Cada capítulo se compone de versículos.
4. Los nombres de libros y cartas se escriben con letra inicial en mayúscula, aún si están abreviados.

Hechos <= Referencia a todo el libro. Puede abreviarse así: Hch.
Hechos 7 <= Referencia a todo el capítulo 7 de Hechos.
Hechos 7:1 <= Referencia al versículo 1 del capítulo 7 de Hechos. (Los dos puntos separan el capítulo del versículo).
Hechos, Romanos  <= Referencia a los libros Hechos y Romanos.  (La coma es usada cuando se hace mención a más de un libro, capítulo o versículo. Se lee "y").
Hechos 7,8 <= Referencia los capítulos 7 y 8 de Hechos.
Hechos 7: 1,2  <= Referencia a los versículos 1 y 2 del capítulo 7 de Hechos.
Hechos - Gálatas <= Referencia a los libros Hechos, Romanos, 1 y 2 Corintios y Gálatas. (El guión es usado cuando se hace mención a más de dos libros, capítulos o versículos. Se lee "al" o "hasta").
Hechos 7-10  <= Referencia a los capítulos 7, 8, 9 y 10 de Hechos.
Hechos 7: 1-4  <= Referencia a los versículos 1, 2, 3 y 4 del capítulo 7 de Hechos.
Hch. 7:1; 8: 4-6,9 <= Referencia al versículo uno  del capítulo siete  y versículos 4, 5, 6 y 9 del capítulo ocho de Hechos.

Fuente: http://www.iglesiadecristo.biz/html/vistazo.html

II) CLASIFICACION DE LOS 66 LIBROS DE LA BIBLIA.

ANTIGUO TESTAMENTO.

LA LEY - 5 Libros (Génesis, Exodo, Levítico, Números, Deuteronomio).
HISTORIA DE LA LEY - 12 Libros (Josué, Jueces, Rut, I y II Samuel, I y II Reyes, I y II Crónicas, Esdras, Nehemías, Ester).
POESIA - 5 Libros (Job, Salmos, Proverbios, Eclesiastés, Cantares).
PROFETAS MAYORES - 5 Libros (Isaías, Jeremías, Lamentaciones, Ezequiel, Daniel).
PROFETAS MENORES - 12 Libros (Oseas, Joel, Amós, Abdías, Jonás, Miqueas, Nahum, Habacuc, Sofonías, Hageo, Zacarías, Malaquías).

NUEVO TESTAMENTO.

EVANGELIOS - 4 Libros (Mateo, Marcos, Lucas, Juan).
INICIA LA IGLESIA - 1 Libro (Hechos).
EPISTOLAS PAULINAS - 13 Cartas (Romanos, I y II Corintios, Gálatas, Efesios, Filipenses, Colosenses, I y II Tesalonicenses, I y II Timoteo, Tito, Filemón).
EPISTOLAS GENERALES - 8 Cartas (Hebreos, Santiago, I y II Pedro, I, II y III Juan, Judas).
REVELACIONES - 1 Libro (Apocalipsis).

Fuente: http://www.iglesiadecristo.biz/html/vistazo.html

III) TEMAS DE CADA LIBRO DE LA BIBLIA.

ANTIGUO TESTAMENTO.

GENESIS: La creación; el pecado; penuria y promesa de redención.
EXODO: Salida de Egipto; recepción de la ley mosaica.
LEVITICO: Leyes en cuanto al sacerdocio y los sacrificios.
NUMEROS: Israel en el desierto.
DEUTERONOMIO: Ultimas palabras de Moisés a Israel.
JOSUE: Conquista de Canaán (cumplimiento de la promesa).
JUECES: Inconstancia de Israel; paciencia y fuerza de Dios.
RUT: Linaje de Cristo preservado y Dios obrando en una gentil.
I SAMUEL: Reino hebreo establecido bajo Saúl y David.
II SAMUEL: Reinado de David.
I REYES: Reinado de Salomón y división del reino.
II REYES: El reino dividido, degenerado y destruido.
I CRONICAS: Historia del reino hebreo, especialmente bajo David.
II CRONICAS: Reinado de Salomón y división del reino.
ESDRAS: Regreso del cautiverio; reconstrucción del templo.
NEHEMIAS: Reconstrucción de los muros de Jerusalén.
ESTER: Liberación del pueblo por la providencia de Dios.
JOB: Cuando el sufrimiento humano es permitido por Dios.
SALMOS: Alabanzas, oraciones.
PROVERBIOS: Consejos sabios sobre la vida práctica.
ECLESIASTES: Búsqueda de la felicidad y propósito de la vida.
CANTARES: Poema de amor.
ISAIAS: Exhortaciones al arrepentimiento y profecías mesiánicas.
JEREMIAS: Advertencias sobre el cautiverio; profecías mesiánicas.
LAMENTACIONES: Lamentación por la destrucción de Jerusalén.
EZEQUIEL: Visiones sobre la destrucción de Jerusalén.
DANIEL: Cautivos en Babilonia; La soberanía de Dios.
OSEAS: Justicia y amor de Jehová.
JOEL: La venida del Señor; derramamiento del Espíritu Santo.
AMOS: Predicciones del castigo y restauración de Israel.
ABDIAS: Predicción del castigo de Edom.
JONAS: Amor de Dios por el pecador y falta del mismo en Jonás.
MIQUEAS: Predicción de la destrucción de Samaria y Judá.
NAHUM: Predicción de la destrucción de Nínive.
HABACUC: Predicción de la invasión a Judá.
SOFONIAS: Predicción de la destrucción y restauración de Judá.
HAGEO: Exhortación urgente a reconstruir el templo.
ZACARIAS: Reconstrucción del templo y predicciones mesiánicas.
MALAQUIAS: Corrupción e indiferencia religiosa y advertencias.

NUEVO TESTAMENTO.

MATEO: Jesucristo cumple las profecías del A.T.
MARCOS: Las obras del Salvador.
LUCAS: La historia de Jesucristo en forma ordenada.
JUAN: Jesús es el Cristo el Hijo de Dios.
HECHOS: Establecimiento de la Iglesia y sus primeros días.
ROMANOS: Justificación por fe.
I CORINTIOS: La doctrina de la cruz y su aplicación social.
II CORINTIOS: Defensa del apostolado de Pablo.
GALATAS: Constitución de la libertad en Cristo.
EFESIOS: La Iglesia gloriosa.
FILIPENSES: El gozo cristiano.
COLOSENSES: La preeminencia de Cristo.
I TESALONICENSES: La segunda venida de Cristo.
II TESALONICENSES: Predicción de la apostasía.
I TIMOTEO: Rechazar a los falsos maestros.
II TIMOTEO: La sana doctrina.
TITO: La obra del evangelista.
FILEMON: Orientaciones sobre el trato entre siervo y amo.
HEBREOS: Superioridad de Cristo sobre el Antiguo Pacto.
SANTIAGO: La religión práctica.
I PEDRO: Fuerza y ánimo en medio de persecuciones.
II PEDRO: El peligro de las falsas enseñanzas.
I JUAN: El amor, obediencia a Dios y fidelidad a la doctrina.
II y III JUAN: Condenación a falsos maestros y advertencias.
JUDAS: Advertencia contra falsos maestros.
APOCALIPSIS: La victoria de Cristo y el cristiano fiel.

Fuente: http://www.iglesiadecristo.biz/html/vistazo.html

IV) PANORAMA DE LA BIBLIA.

La Biblia es el libro inspirado por Dios (2Timoteo 3:16). Esto significa que Dios sopló (inspiró) las mentes de los escritores, llenándolos de conocimiento con el objetivo de evitar errores al momento de elaborar los libros y epístolas de La Biblia.
El propósito principal de La Biblia es revelar la voluntad de Dios al ser humano para que éste alcance la salvación. Cada libro de La Biblia es fundamental o esencial a la hora de formar el mensaje íntegro.

IV.A) EL ANTIGUO TESTAMENTO (DOCE PERIODOS O EPOCAS).

1. Antediluviano.
2. Después del diluvio.
3. Patriarcal.
4. Estancia en Egipto.
5. Peregrinaje en el desierto.
6. Conquista de Canaán.
7. Período de jueces.
8. El reino unido.
9. El reino dividido.
10. Judá solo.
11. El cautiverio babilónico.
12. Después del cautiverio.

1. ANTEDILUVIANO (Génesis 1- 8:4).

La Biblia comienza con un registro de la creación. El hombre y la mujer, lo último creado por Dios, fueron puestos en el Jardín del Edén, pero a causa del pecado cometido por ambos Dios los echó. Según Génesis 3:15 Dios les promete salvación a pesar de que no la merecían. Caín, mató a su hermano Abel. El pecado se multiplicó a través de varias generaciones, hasta que Dios decidió destruir a la humanidad mediante un diluvio, excepto a Noé y su familia.

2. DESPUES DEL DILUVIO (Génesis 8:15-11:25).

Noé y su familia fueron parte de un nuevo principio. Surgieron grandes ciudades pero el orgullo del ser humano y su aire de autosuficiencia otra vez lo alejaron de Dios; la construcción de la Torre de Babel es una muestra de la rebelión del hombre con su Creador. Dios cambió los idiomas durante la edificación de esta torre para evitar mayor corrupción. Dios escogió a Abraham como su agente en el plan de bendecir a todas las naciones.

3. PATRIARCAL (Génesis 11:26-38:30).
Antes del diluvio el hombre se había hecho tan malo que fue necesaria su destrucción y hacer un nuevo principio para poder desarrollarse el programa de bendición preparado por Dios. Dios ahora escoge a Abraham y su descendencia para crear condiciones apropiadas en el desenvolvimiento de su plan salvador.
Patriarcas:
- Abraham, Padre de Isaac.
- Isaac, Padre de Jacob y Esaú.
- Jacob, Llamado Israel (Génesis 32:28).
- Israel (Jacob), Padre de 12 tribus (El pueblo de Dios).
Doce tribus de Israel:
- Rubén - Simeón - Leví - Judá - Isacar - Zabulón
- José - Benjamín - Dan - Neftalí - Gad – Aser

4. ESTANCIA EN EGIPTO (Génesis 39-Éxodo 12).

Antes que los descendientes de Abraham pudieran cumplir su papel en la salvación mundial habría un período para que todas las condiciones necesarias se cumplieran. Los israelitas necesitaban ser humillados para que cuando alcanzaran grandeza como pueblo no se creyeran poderosos en sus propios esfuerzos sino que reconocieran la fortaleza divina en ellos. José (bisnieto de Abraham) fue vendido por sus hermanos a Egipto, subió al poder y desde ahí hizo llamar a su familia para vivir con ellos. En Egipto los israelitas se multiplicaron y fueron convertidos en esclavos después de muerto José. Dios, continuando su plan redentor, escogió a Moisés para guiar a su pueblo hacia la libertad. Una serie de milagros fueron presenciados por todo Egipto e Israel, mostrando así Dios que con su poder los libraría de la esclavitud.

5. VAGANDO EN EL DESIERTO (Exodo 12:37-40:38; Levítico-Deuteronomio).

Después de salir de la esclavitud, los israelitas se dirigieron a la tierra de Canaán la cual Dios había prometido entregarles. Para ello debían cruzar el desierto. No deseaba Dios que su pueblo anduviera 40 años vagando por el desierto antes de entregarles Canaán, sino que por rebeldía y desconfianza de los mismos israelitas fueron condenados a morir en este peregrinaje, excepto Josué, Caleb y los niños.

6. LA CONQUISTA DE CANAAN (Josué).

Una nueva generación, descendiente de Abraham, fue necesaria para conquistar la tierra prometida. Bajo la jefatura de Josué cruzan el río Jordán. Jericó cae, Hai es destruida y así muchas otras ciudades son conquistadas. Finalmente el territorio es dividido entre las doce tribus.

7. EL PERIODO DE LOS JUECES (Jueces; Rut; I Samuel 1:1- 10:16).

La conquista de Canaán inició con éxito. Después cada tribu debía ganar su propio territorio. Los israelitas comenzaron a aceptar la cultura y religión de los cananeos, o sea que se contaminaban al unirse con naciones paganas. Por este motivo Dios permitió que fueran vencidos por otras naciones pero los rescataría si se arrepentían. Fue cuando los jueces entraron en acción para liderear a Israel. Fueron tiempos brutales en los que debemos considerar a los jueces como habitantes de esa época y no pensar en ellos como infalibles sino como hombres al fin.

8. EL REINO UNIDO (1Samuel 10:17-2Samuel; 1Crónicas 10-2Crónicas 9; 1Reyes 1-11).

Los filisteos amenazaron constantemente a Israel. Esto hizo que desearan un gobierno fuerte y exigieron un rey como las demás naciones lo tenían. El primer rey fue Saúl, quien tenía grandes cualidades para serlo. Le siguió en el trono David, quien mostró también buenas aptitudes. Salomón, hijo de David, heredó el reino; fue el más grande sabio, edificó un imperio brillante y a pesar de esto, por su desviación e idolatría, fue el causante principal de la división del reino.

9. EL REINO DIVIDIDO (1Reyes 12-2Reyes 17; 2Crónicas 10-28).


Después de la muerte de Salomón el reino se partió en dos. Las doce tribus (el reino) se dividieron de esta manera: Las Tribus del Norte (conocidas como Israel) escogieron a Jeroboam como rey. Las Tribus del Sur (conocidas como Judá) permanecieron leales a Roboam. Los reyes de Israel pertenecieron a diferentes familias, mientras los de Judá fueron todos descendientes de David. Mientras el reino se mantuvo dividido existieron cuatro períodos:
De hostilidad mutua (931 - 869 A.C.) De cooperación (869 - 841 A.C.)
De hostilidad renovada (851 - 753 A.C.) En declinación (753 - 721 A.C.)
Nota: Las fechas indicadas arriba son aproximadas.

10. JUDA SOLO (2Reyes 18-25; 2 Crónicas 29-36).

Asiria empezaba a decaer y Babilonia crecía como imperio. Judá es cautiva sin que nada pudiera hacer. Y aquella gran nación, aquél gran reino, el pueblo escogido por Dios vuelve a la cautividad no por voluntad divina sino por la rebeldía de ellos mismos.

11. EL CAUTIVERIO BABILONICO (Daniel, Ezequiel, Abdías).

Judá en cautiverio quería ser una gran nación. Separados del templo aprendieron que la religión debe ser personal y ética. El remanente espera con ansiedad el regreso a casa en Jerusalén.

12. DESPUES DEL CAUTIVERIO (Esdras, Nehemías, Ester).

La misión de Israel estaba más allá de sí misma. La historia política de Israel era insignificante al compararse con el surgimiento y caída de grandes imperios. La grandeza de Israel duró poco y la época del reino dividido fue de sufrimiento y cautiverio. De esto aprendemos algunas cosas, entre ellas la verdadera misión del pueblo de Dios: ser ejemplo y mantenernos alejados de malas costumbres y corrupciones. El pueblo de Dios al fin es liberado mediante su providencia. Se reconstruyen los muros de Jerusalén y también el templo.

IV.B) EL NUEVO TESTAMENTO (TRES DIVISIONES).
1. La vida de Jesús. 2. La Iglesia misionera. 3. La Iglesia perseguida.

1. LA VIDA DE JESUS.

NACIMIENTO.

Jesús nació en Belén de Judea cuando vino el cumplimiento del tiempo (Gálatas. 4:4), o sea cuando todas las condiciones y circunstancias ya estaban preparadas. En Belén fue visitado por unos magos. Herodes el grande mandó matar a todos los niños de Judea, esto obligó a que José huyera con María y el niño hacia Egipto. Cuando José oyó que Herodes ya no reinaba se fue a vivir a Nazaret de Galilea.

PREPARACION Y MINISTERIO.

Juan el bautista comenzó a predicar en el desierto de Judea. Poco después Jesús vino para ser bautizado por Juan. Después de 40 días de ayuno fue tentado en el desierto. Poco después llamó a sus primeros discípulos (Simón, Andrés, Jacobo y Juan). Con estos discípulos Jesús participó en la celebración de un casamiento donde convirtió el agua en vino, luego fue a Capernaúm por unos días y estuvo presente en la fiesta de la pascua. En esta ocasión echó a los cambistas del templo, habló con Nicodemo y continuó predicando en Judá. Como en estos días Juan fue encarcelado.

MINISTERIO GALILEO.

Las jornadas exactas de Jesús son difíciles de ubicar en una cronología exacta. Los eventos y enseñanzas de esteperíodo ocupan una gran porción de Mateo, Marcos y Lucas. Por lo menos dos viajes de predicación son mencionados pero no se da el itinerario exacto.

Algunos acontecimientos importantes fueron:

a) El rechazo de Nazaret.

b) Llamado de los primeros discípulos.

c) Los doce escogidos (Marcos 3: 13-19).

d) El sermón del monte.

e) El segundo rechazo en Nazaret.

f) Envío de los doce.

EL PERIODO DE RETIROS.

Cuando la oposición de los líderes judíos se hizo más pronunciada y la lealtad de las multitudes se mostró egoísta, Jesús se retiró del escenario público lo más posible para enseñar a sus discípulos y prepararlos para el trabajo de ellos que tomaría lugar después de su muerte y resurrección.

LA ULTIMA CENA.

Jesús entró a Jerusalén triunfante y tras El una multitud. No inició una revolución política como pensaron algunos. El siguiente día echó a los cambistas de nuevo. Durante la semana chocó vez tras vez con autoridades judaicas. Judas conspiró para ayudar en la captura de Jesús. Jesús instituyó la Santa Comunión, luego se fue al Getsemaní para orar.

CRUCIFIXION Y RESURRECCION.

Después de ser condenado por el concilio fue llevado ante Pilato quien finalmente dio permiso para la crucifixión. El primer día de la semana, al visitar ciertas personas la tumba, encontraron que Jesús había resucitado. Apareció a varios ese día, como también en los siguientes 40 días. Antes de ascender al Padre mandó a sus discípulos que fueran por todo el mundo e hicieran discípulos a todos los hombres y mujeres.

2. LA IGLESIA MISIONERA.

LA IGLESIA EN JERUSALEN.

Diez días después de la ascensión de Cristo, en el día de Pentecostés, los discípulos recibieron al Espíritu Santo y comenzaron a hablar en lenguas desconocidas. Al juntarse una gran multitud, Pedro predicó el Evangelio.

AVANCE DE LA IGLESIA.

La persecución de la Iglesia resultó en que muchos cristianos salieron huyendo y mediante esto anunciaron el Evangelio en otros lugares. Felipe fue a Samaria y tuvo éxito en la conversión de samaritanos. Saulo fue convertido en Damasco y el Señor le encomendó anunciar el Evangelio a los gentiles.

LA OBRA ENTRE LOS GENTILES.

Una iglesia predominante se levantó en Antioquía. Bernabé fue enviado por la iglesia en Jerusalén y trajo a Saulo (Pablo) para trabajar juntos en Antioquía. La admisión de gentiles a la Iglesia precipitó la necesidad de una conferencia de los apóstoles en Jerusalén quienes acordaron que los gentiles no necesitaban circuncidarse (hacerse judíos) para llegar a ser cristianos. Regresó Pablo a Antioquía y predicó en Derbe, Listra, Iconio, Antioquía de Pisidia, Troas y muchos otros lugares. Su ministerio fue algo muy especial y esto lo demuestra en parte la cantidad de epístolas escritas por él. En Jerusalén fue víctima de un tumulto en el templo, luego fue llevado a Cesarea para escapar de un complot judío y después de dos años fue enviado a Roma para pasar por un juicio.

3. LA IGLESIA PERSEGUIDA.

En los años 60 al 70 la situación de la Iglesia cambió. Cuando se incendió Roma, en el año 64, Nerón culpó a los cristianos, de quienes había desconfianza general para ese tiempo. Antes la lucha había sido contra la oposición judía pero a partir de esta acusación de Nerón se declaró a la Iglesia como ilegal y a los cristianos como criminales. Santiago fue asesinado por un tumulto fanático en Jerusalén. Pedro y Pablo sufrieron el martirio en Roma según datos históricos. Ya en las cartas de Pablo observamos el crecimiento de herejías. Los nombres de los practicantes de tales herejías no los conocemos pero sus características concuerdan con la de gnósticos y judaizantes que existieron en esa época. Después de las persecuciones de Nerón la Iglesia no recibió oposición activa de parte de Roma. Después de la década de los 70 Domiciano retomó las medidas severas en contra del cristianismo. Fue durante este terrorismo que el apóstol Juan fue exiliado a Patmos y desde ahí escribió Apocalipsis.

ES DIFICIL ENTENDER EL ANTIGUO TESTAMENTO SIN CONOCER EL NUEVO
Y
ES DIFICIL ENTENDER EL NUEVO TESTAMENTO SIN CONOCER EL ANTIGUO

Fuente: http://www.iglesiadecristo.biz/html/vistazo.html

Los Profetas

¿Cómo nació el profetismo?

En el plan de salvación, Dios siempre ha llamado algunas personas quienes fueran sus enviados para el pueblo. Siempre, pues, en Israel hubo profetas, hombres llamados a ser intérpretes de su voluntad salvífica ante Israel. Ya Abraham es llamado "profeta" (Génesis 20:7), Moisés es considerado el más grande de los profetas (Amós 2:10).

Profetas Mayores

Sin embargo, cuando hablamos en la Biblia de los "Profetas", nos referimos a aquellos que dejaron escritos sus pensamientos y sus profecías y constan en el Canon Bíblico.
Conozcamos sumariamente quienes son los "profetas bíblicos". Mayores, por la extensión larga de sus libros

· ISAÍAS: Vivió en el siglo VIII a.C. unos años antes del destierro. Es el profeta mesiánico, cuya palabra golpea y consuela.

· JEREMÍAS: Profeta muy delicado, dotado de gran sensibilidad, en él pugna la necesidad de paz y ternura con la dureza del mensaje que tiene que anunciar, porque vivió momentos terribles para su pueblo: El período de la humillación y del exilio.

· EZEQUIEL: Es el profeta del cautiverio, del exilio a Babilonia. En su libro, lleno de esperanza y de consejos, busca tener viva la fe del pueblo.

· DANIEL: Es de carácter totalmente distinto a los anteriores. La primera parte de su obra consta de narraciones en el período de Babilonia; la segunda trata de visiones en las que se presentan las grandes fuerzas impulsadoras de la historia.

Profetas Menores

12 profetas MENORES, así llamados por la menor extensión de sus escritos.

· OSEAS: Marido abandonado por su mujer; el matrimonio roto le hace comprender el drama de la fidelidad entre Dios y el pueblo.

· JOEL: Hizo resonar su voz en el momento de una espantosa plaga de langostas.

· AMÓS: Campesino del norte con un lenguaje duro y concreto sobre la justicia comunitaria se estima que es el más antiguo de los profetas escritores (780 a.C).

· ABDÍAS: Sólo nos ha dejado una "postal", por la pequeñez de su escrito.

· JONÁS: Un profeta, ¡a pesar de su mala gana! Su historia es una narración ficticia, simbólica, con un mensaje universal. Jesús se refería a él varias veces en su predicación.

· MIQUEAS: Es contemporáneo de Isaías. Su profecía contiene las bellas palabras mesiánicas de la descendencia de David, referente a Belén.

· NAHUM: Con su breve mensaje y oráculos contra Nínive.

· HABACUC: Con su gran pregunta sobre la justicia de Dios y el cántico solemne a su Gloria.

· SOFONÍAS: Es el profeta del "Día del Señor".

· AGEO: Profeta del tiempo de la restauración, eso es del regreso del exilio.

· ZACARÍAS: Contemporáneo de Ageo, habla del futuro Redentor, que será manso y montará sobre un pollino.

· MALAQUÍAS: Habla de la venida de Dios para desterrar toda miseria y necesidad.

Características de los profetas

Leyendo los libros proféticos, podemos darnos cuenta de unas características comunes: en su vocación, su vida y su mensaje. Leer por ejemplo: Amós 7-9; Isaías 6; Ezequiel 1-3; Isaías 40:3-8. A estos textos se pueden añadir la vocación de Eliseo (1Reyes 19:19) de Samuel (1Samuel 3:1) y Moisés (Éxodo 3-4).
Toda vocación profética es única, personal e irrepetible, sin embargo podemos destacar unos elementos comunes en todos:

· La vocación es libre iniciativa de Dios y no-determinación del hombre.
A veces es una llamada sin aparente preparación, sino repentina
(Amós 7:14-15).

· Es una llamada irresistible, capaz de vencer cualquier temor: El profeta normalmente experimenta incapacidad y se resiste, hasta ser investido por una fuerza que lo seduce (Jeremías 20:7).

· La llamada de Dios reviste al profeta de una Misión: Ser la voz de Dios. Ellos tienen la clara conciencia de hablar con la autoridad de Dios, no con la propia.

· La llamada de Dios nace siempre en una experiencia fuerte de Dios, de su Gloria (Ezequiel), de su presencia (Isaías), de un diálogo con Él (Jeremías).

Fuente: http://www.rosario.org.mx/doctrina/forma0304/tema%2014.htm

1. EL TESTIMONIO DE LA FE

Hebreos 11:1-10

Alguien dijo que el mundo necesita desesperadamente héroes, y por eso, los comics comenzaron a crear personajes encubiertos en el anonimato para salvar al mundo, también los hay en los deportes. En la historia universal antigua, el personaje principal de la historia, casi siempre, son es el héroe de la película. La visión de la historia en algunos momentos de la reflexión, es una historia triunfalista. En lo que respecta a la fe, abundan. En cada época, la iglesia los ha tenido y han sido debidamente honrados. Sin embargo, la historia más emocionante de héroes de la fe se encuentra en  Hebreos 11.

En esta lista larga aparecen juntos tanto quienes experimentaron gran victoria como los que vivieron su fe sin disfrutar jamás de una de sus victorias. Sin embargo, Dios los capacitó en la fe e hicieron grandes proezas: Hebreos 11.33–34  Ellos confiaron en Dios, y por eso conquistaron países; y como actuaron con justicia, recibieron lo que Dios les había prometido. Cerraron la boca de leones y apagaron grandes incendios. Escaparon de que los mataran con espada, recibieron fuerzas cuando más débiles estaban, y en la guerra fueron tan poderosos que vencieron a los ejércitos enemigos.

Estamos iniciando esta nueva serie de sermones titulada “El poder de la Fe” donde se contempla doce temas vinculados con el título de la serie, el objetivo es que ampliemos nuestro concepto de fe y lo pongamos en práctica. Dios te ha dado el don de la fe, pero es tu responsabilidad que esa fe se desarrolle como una gran habilidad de práctica cristiana. La fe no la puedes guardar como recuerdo, es el motor espiritual que te impulsa a alcanzar tus objetivos, tomar en posesión lo que Dios ya te ha dado de antemano, te mueve a compartir a otros las obras de Dios en tu vida.

El poder de la fe, no es una serie más de sermones, es un estilo de vida, nuestra intención es motivarte a activar tu fe, que estés consciente que Dios te ha dado de su poder para alcanzar nuevos horizontes. Es el poder de Dios que actúa en ti.

En la Biblia hay mucho mensaje y enseñanza sobre cómo activar tu fe, cómo vivir una vida de victoria. 1 Juan 5:4  «En realidad, todo el que es hijo de Dios vence lo malo de este mundo, y todo el que confía en Jesucristo obtiene la victoria». Una pregunta sensata acerca de la «fe» es: ¿Cómo se obtiene la victoria? Nuestra sociedad sugiere que la experiencia de victoria sólo puede ser verdadera cuando obtienes aquello que quieres y cuando lo quieres. Sin embargo, la Biblia nos enseña que tú ganas no cuando consigues lo que quieres, sino en el momento en que crees. Si estoy rodeado de problemas, no gano cuando encuentro la solución, sino en el momento en que creo que Dios me sustentará durante los tiempos difíciles o más allá. Si estoy enfermo, triunfo sobre la enfermedad no en el momento en que encuentro sanidad sino cuando confío en las promesas de Dios, que confirman a Jesucristo como Sanador vivo y real para mí. Si me encuentro en pobreza, obtengo la victoria en el momento en que creo en lo que Dios ha dicho acerca de mi situación económica. Tú y yo somos más que vencedores a partir del momento en que ponemos nuestra fe en el Hijo de Dios, y en lo que nos dice su Palabra.

En  1 Juan 5:4, la palabra «vence», se traduce de la palabra griega nike. ¿No se parece el nombre de un fabricante de calzado deportivo muy famoso? Por supuesto, ellos eligieron este nombre para identificar a su compañía, puesto que también es el nombre de la diosa de la victoria en la mitología griega. Pero la victoria militar o atlética, aquello a lo que se referían los griegos, y que se ocupa sólo de los objetivos humanos, es simplemente un mito. Lo verdadero y fundamental es esto: Cuando depositas tu fe en el Hijo de Dios, te transforma en un vencedor y te da una victoria que nadie te puede quitar.

Lo que Define el Testimonio de la Fe

En el libro de los Hebreos nos da una larga lista de los héroes de la fe, los que hicieron proezas con la fe en Dios. Hombres y mujeres dieron testimonio de la fe (Abel, Enoc, Noé, Abraham, Moisés, entre otros). Cada personaje de distinguió en algo de su vida, pero todos tienen algo en común. El autor alienta a sus lectores a perseverar, terminando con un aliento a “imitar a aquellos que por medio de la fe y la paciencia heredan lo que se les ha prometido”; a mantener la “confianza” y “perseverancia” en la fe, a fin de obtener “lo prometido”.

El libor de los Hebreos en esta larga lista de héroes, muestra el vínculo entre la fe, la esperanza, la obediencia y la perseverancia, ilustrando que se trata de algo más que un asentimiento intelectual a determinadas creencias. La fe que honra a Dios es la que confía en sus palabras y vive en esperanza y obediencia en el presente, esperando que cumpla sus promesas. Esa fe trae sufrimiento y persecución de varias maneras.

El mismo autor nos define lo que significa fe. Hebreos 11:1 Confiar en Dios es estar totalmente seguro de que uno va a recibir lo que espera. Es estar convencido de que algo existe, aun cuando no podamos verlo. Es posible traducir “la fe es la sustancia (hypostasis) de las cosas esperadas” o “la fe da sustancia a nuestras esperanzas”. Tal traducción sugiere que las cosas que se esperan llegan a ser reales y tener sustancia por medio del ejercicio de la fe. ¡Esto no significa que el evangelio es verdadero sólo porque creemos en él! Más bien, la realidad de lo que esperamos es confirmada para nosotros en nuestra experiencia cuando vivimos por la fe en las promesas de Dios. Una vez más, la fe es estar seguro de los hechos que no se ven. Es la forma de “probar” las realidades invisibles tales como la existencia de Dios, su fidelidad a su palabra y su control sobre nuestro mundo y lo que ocurre en él.

La Naturaleza del Poder de la Fe

  1. La fe es segura. Pablo utiliza esta palabra cuando dice que está seguro de que nada puede separar al creyente del amor de Dios en Cristo (Romanos 8:38). Esto implica siempre un proceso mental; el convencimiento requiere procesamiento, tiempo. El utiliza la misma palabra de nuevo para hablar de la confianza que tiene en que Cristo ha de terminar la buena obra que ha empezado en todo creyente Filipenses 1:6 Estando convencido precisamente de esto: que el que comenzó en vosotros la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Cristo Jesús.

Posiblemente el uso más conmovedor de esta palabra ocurre cuando Pablo escribe a Timoteo, quien había comenzado a combatir al temor en su pastorado en Éfeso. Como un padre amoroso, invita a Timoteo a tomar su lugar en la obra de la fe, diciendo: 1 Timoteo 1:12« Le doy gracias a nuestro Señor Jesucristo, porque ha confiado en mí y me ha dado fuerzas para trabajar por él. ». La palabra griega es peitho. Significa que uno ha participado de un debate donde han tenido expresión todas las ideas relevantes al tema en cuestión. Luego, habiendo considerado el mérito de todas las posiciones expuestas, uno toma una decisión basada en toda la evidencia y en la convicción interna. Cuando esto ocurre, estás convencido.

¿Cómo convence la fe? El convencimiento viene al considerar todo lo que la Palabra de Dios dice respecto de los temas en cuestión y al exponerse en persona al Verbo, el Señor Jesús. La combinación de la Palabra escrita de Dios y la Palabra revelada en la persona de Jesucristo consigue afirmar esta seguridad gloriosa. Qué «palabras» de promesa conforman tu fe en la actualidad.

  1. La fe se aferra. A veces Pablo instruye a los creyentes a «saludarse» unos a otros; esta es la palabra a que hacemos referencia. Puede significar envolver a alguien en sus brazos, saludar o dar la bienvenida. Así como la seguridad de la fe viene de considerar las promesas y ser convencido por ellas, «abrazarlas» significa interiorizarlas. Ahora que las ves con claridad, salúdalas, abrázalas, tenlas, dales la bienvenida a tu vida. Así como abrazarías a un ser querido, debes tratar a las promesas que Dios ha hecho a tu vida. Tenlas por amigas. En distintas interpretaciones llega a tener la connotación de gran afecto, y se puede traducir como «beso». ¿Qué «palabras» bíblicas de fe has incorporado a tu vida como amigas?
  2. La fe confiesa. La palabra griega homologeo significa dar consentimiento, compromiso o reconocimiento. Es como una obligación de contrato, como cuando estás por comenzar la construcción de un edificio. Jesús usa esta palabra cuando dice: Lucas 12:8 «Aquel que me confesare delante de los hombres, también el Hijo del Hombre le confesará». Significa estar en la misma sintonía. La fe almea la persuasión y el abrazo con la confesión. ¿Qué deberías confesar en tu situación actual? Deberías confesar aquello que te ha persuadido y que has recibido en tu vida. Enfoquémoslo desde un punto de vista negativo: ¿Qué es lo que no deberías confesar? No deberías confesar aquello que no te ha persuadido. No deberíaa confesar cosas que no anhelas para tu propia vida.

Jesús dijo: Mateo 12:34 «De la abundancia del corazón habla la boca». «La Palabra de Dios siempre te dirá lo que pasa en el corazón de Dios. ¡Desafortunadamente, las tus palabras siempre te dirán lo que sucede en tu corazón!» La pregunta es: ¿Cuál es la condición de tu corazón con respecto a las promesas de Dios, según indica en lo que confiesas?

  1. La fe declara con claridad. No sólo es lo que declaras, también cómo lo dices, las palabras que empleas son la condición de tu corazón en cuanto a las promesas de Dios. La palabra griega que se traduce como manifestar es emphanidzo , se usa para describir la manifestación de la vida, lo que otros pueden ver claramente por el estilo de vida y diálogo. Jesús utiliza esta palabra cuando habla de la manifestación espiritual que Él y su Padre producirán en todo creyente cuando reciban el Espíritu Santo, Juan 14:21 El que me obedece y hace lo que yo mando, demuestra que me ama de verdad. Al que me ame así, mi Padre lo amará, y yo también lo amaré y le mostraré cómo soy en realidad. La «declaración sin rodeos» ciertamente puede involucrar al lenguaje, pero es mucho más que eso. Si estás cerca de alguien que «declara sin rodeos» (como se usa aquí), oirás lo que habla a través del movimiento corporal, las decisiones, las acciones y las palabras que usa. Su vida «declara sin rodeos». En este caso, la vida de estos creyentes «declaraba sin rodeos» que la promesa de Dios los había convencido; que habían dado la bienvenida a la Palabra de Dios en sus vidas, que hablaban acerca de lo que Dios había prometido y que su vida entera era una prueba de la realidad de su fe. ¿Qué dice tu vida a las personas que mejor te conocen?
  2. La fe anhela. La palabra griega oregamai significa una decisión interna para alcanzar un objetivo, estirarse uno mismo en una posición de vulnerabilidad, como si dijera: «Esto es lo que quiero hacer con mi vida». Es la palabra que se utiliza en 1 Timoteo cuando Pablo dice que es bueno anhelar el obispado. En su forma negativa, también se usa para describir a alguien que codicia un objeto que aún no posee. En tono positivo, utilizarías esta palabra en la siguiente frase: «Este es el anhelo de mi vida». La fe anhela el cumplimiento de la promesa de Dios. ¿Cuál es el anhelo de tu vida? Job 11:18 Entonces confiarás, porque hay esperanza, mirarás alrededor y te acostarás seguro.

 

Fuente: Pastor Alberto Arenas

La carreta…

image Caminaba con mi padre, cuando él se detuvo  en una curva y después de un pequeño silencio me preguntó:
- Además del cantar de los pájaros, ¿Escuchas alguna cosa más?

Agudicé mis oídos y algunos segundos después le respondí:
- Estoy escuchando el ruido de una carreta...
- Eso es, dijo mi padre. Es una carreta vacía.

Pregunté a mi padre:
¿Cómo sabes que es una carreta vacía si aún no la vemos?

Entonces mi padre respondió:
- Es muy fácil saber cuándo una carreta está vacía, escuchando el ruido.
Cuánto más vacía la carreta, mayor es el ruido que hace.
 

Me convertí en adulto y hasta hoy, cuando veo a una persona hablando demasiado, interrumpiendo la conversación de todos, siendo inoportuna, presumiendo de lo que tiene, de lo que sabe, de sus logros, sintiéndose superior al resto, haciendo de menos a la gente, tengo la impresión de oír la voz de mi padre diciendo:

"Cuanto más vacía la carreta, mayor es el ruido que hace".

 

La humildad consiste en callar nuestras virtudes y permitirles a los demás descubrirlas.
Y recuerden que existen personas tan pobres que lo único que tienen es dinero o conocimientos, pero no han logrado trasformar esos conocimientos en “sabiduría”, están llenas de información pero incapaces de auto transformarse y conquistar su propio mundo.


"Nadie está más vacío que aquel que está lleno del Yo mismo”

Seamos lluvia serena y mansa que llega profundamente a las raíces, en silencio: nutriendo en forma constante.

PECADOS INVOLUNTARIOS

LA MENTIRA (Colosenses. 3:9), en la que creemos que por ser una mentira blanca o piadosa no daña a nadie,

LAS MALAS PALABRAS (Colosenses. 3:8), sobre todo cuando estamos enojados y perdemos el control de nuestra lengua profiriendo palabras deshonestas;

EL USO INADECUADO DEL LENGUAJE (Santiago 3:10-11) cuando hablamos o aceptamos el doble sentido de las palabras, o bien cuando maldecimos;

JURAR (Santiago 5:12) en México es muy común escuchar frases como “te lo juro por diosito santo” o “verdad de Dios”, o simplemente “por Dios que si”;

MALAS ACCIONES como el egoísmo y falta de amor para con los demás (Gálatas 5:19-21) a veces nos comportamos muy insensibles ante el sufrimiento y necesidades de los demás;

HIPOCRESIA (Mateo 24:51), cuantas veces no le decimos a alguien “que gusto de verte” sin que esto sea verdad, de hecho la hipocresía es una modalidad de la mentira;

LOS MALOS PENSAMIENTOS (Mateo 15:19-20) a veces deseamos mal para alguien y lo imaginamos en nuestra mente, o bien fantaseamos en nuestra mente dando libertad a la carnalidad;

ASTROLOGIA (Isaías 47:13-14), hay quienes gustan de leer su horóscopo pensando que no tiene nada de malo ni hace mal a nadie saber que le deparan los astros, cuando esto no agrada a Dios;

ADIVINACION, los AMULETOS o la BRUJERIA (Deuteronomio 18:10-12), quizá se sorprendan, pero hay muchos “Cristianos” que recurren a esto, y quienes han hecho de la Biblia su amuleto, y conozco a quienes han recurrido a personas que no aceptan llamarse brujos, pero si hacen todo tipo de limpias con hierbas y pases mágicos, otros tienen ciertas hierbas en casa para alejar los malos espíritus, y argumentan que no hacen daño a nadie y que esto no afecta su relación con Dios;

LA IDOLATRIA (1 Corintios 10:14) hay quienes han hecho de la Biblia un ídolo, o de la misma Iglesia con actitudes de “completa entrega” descuidando el resto de sus responsabilidades en la vida;

LA MURMURACION Y EL CHISME (1 Corintios 10:10), cuando hablamos mal de alguien o desvirtuamos la información acerca de alguien.

Estos pecados que menciono (aunque hay más) es muy común que caigamos en ellos de forma involuntaria, muchas veces porque no sabíamos que eso es pecado, sobre todo a los hermanos nuevos  recién nacidos en el Señor.

Fuente: http://www.blogextremo.com/eltellama/Estudios%2BBiblicos/

Aclaración

Este Blog no tiene fines de lucro, ni propósitos comerciales, el único interés es compartir los gustos y las preferencias de su autor, con personas afines. Julio Carreto. Predicador