El me promete ser feliz

¿Quién no ha dado nunca un solo paso en falso, y querer de nuevo regresar atrás?
¿Quién no ha estado al borde de un abismo blanco a punto de saltar?
¿Quién va a declararse libre de pecado,
de no haber causado nunca ningún mal?
¿Quién a medianoche no se ha despertado
con ganas de empezar sin querer a llorar?

Yo también cometí tantos errores,
tantas veces he tenido que sufrir,
esperando ver llegar tiempo mejores,
me he entregado al Señor para vivir.

El me promete ser feliz. El me promete ser feliz. El me promete ser feliz. El me promete ser feliz.

¿Quién no ha visto un día derrumbarse todo, y crecer de nuevo a su alrededor?
¿Quién no ha visto hojas en un tronco roto salvadas por la lluvia y el sol?

Yo también conservé mis ilusiones,
aun a punto de tenerme que rendir,
esperando ver llegar tiempos mejores.
Me he entregado al Señor para vivir.

El me promete ser feliz. El me promete ser feliz. El me promete ser feliz. El me promete ser feliz.

Siete pasos para recibir respuesta a la oración

Por el Pastor Ricardo Botto

En esta enseñanza vamos a tratar los aspectos fundamentales de la oración que da resultados. Si un creyente sigue fielmente estos pasos, recibirá respuesta a cualquier oración que haga.

Primer Paso: Decide lo que Quieres Recibir

Santiago 1:6-8

6 Pero pida con fe, no dudando nada; porque el que duda es semejante a la onda del mar, que es arrastrada por el viento y echada de una parte a otra.

7 No piense, pues, quien tal haga, que recibirá cosa alguna del Señor.

8 El hombre de doble ánimo es inconstante en todos sus caminos.

Una persona que no sabe lo que quiere nunca recibirá nada de Dios.

La palabra que se usa para dudar es diakrino, que significa: “separar entre dos” u “oscilar”.

Cuando era niño, mis abuelos tenían un reloj de péndulo en la sala de su casa; yo veía que marcaba el tiempo yendo de izquierda a derecha una y otra vez, sin parar. Muchos creyentes hacen lo mismo, están de un lado a otro, sin saber lo que quieren.

El hombre de doble ánimo es como el niño al que se le lleva a la juguetería, quiere todos los juguetes que hay, no sabe por cual decidirse, y al final el padre es el que escoge por el niño.

Debemos aprender a decidirnos.

Juan 15:7

7 Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid todo lo que queréis, y os será hecho.

Al momento de orar debemos saber lo que queremos. Notemos que el verso dice: querer y no necesitar.

Mucha gente piensa que Dios solo quiere darnos las cosas que necesitamos; pero este verso dice que podemos pedir lo que queremos y Dios no los dará.

Marcos 10:46-52

46 Entonces vinieron a Jericó; y al salir de Jericó él y sus discípulos y una gran multitud, Bartimeo el ciego, hijo de Timeo, estaba sentado junto al camino mendigando.

47 Y oyendo que era Jesús nazareno, comenzó a dar voces y a decir: ¡Jesús, Hijo de David, ten misericordia de mí!

48 Y muchos le reprendían para que callase, pero él clamaba mucho más: ¡Hijo de David, ten misericordia de mí!

49 Entonces Jesús, deteniéndose, mandó llamarle; y llamaron al ciego, diciéndole: Ten confianza; levántate, te llama.

50 El entonces, arrojando su capa, se levantó y vino a Jesús.

51 Respondiendo Jesús, le dijo: ¿Qué quieres que te haga? Y el ciego le dijo: Maestro, que recobre la vista.

52 Y Jesús le dijo: Vete, tu fe te ha salvado. Y en seguida recobró la vista, y seguía a Jesús en el camino.

Notemos que en la sanidad de Bartimeo, Jesús le preguntó: ¿Qué quieres que te haga? Para poder recibir algo de Dios, Bartimeo necesitaba quererlo.

Mucha gente no recibe nada de Dios porque no quieren nada.

Dios te pregunta hoy: ¿Qué quieres que haga por ti? Así que decide lo que quieres y se determinado en ello.

Segundo Paso: Encuentra las Escrituras que Prometan lo que Quieres

Si ya sabes lo que quieres necesitas el respaldo de los versos que prometen lo que quieres recibir de Dios.

1 Juan 5:14-15

14 Y esta es la confianza que tenemos en él, que si pedimos alguna cosa conforme a su voluntad, él nos oye.

15 Y si sabemos que él nos oye en cualquiera cosa que pidamos, sabemos que tenemos las peticiones que le hayamos hecho.

Aquí encontramos la clave para la oración respondida, pedir de acuerdo a Su voluntad. Y, ¿dónde encontramos su voluntad? En Su Palabra.

Si queremos tener respuesta a nuestras oraciones siempre debemos orar basados en la Palabra de Dios.

Lucas 4:1-12

1 Jesús, lleno del Espíritu Santo, volvió del Jordán, y fue llevado por el Espíritu al desierto

2 por cuarenta días, y era tentado por el diablo. Y no comió nada en aquellos días, pasados los cuales, tuvo hambre.

3 Entonces el diablo le dijo: Si eres Hijo de Dios, dí a esta piedra que se convierta en pan.

4 Jesús, respondiéndole, dijo: Escrito está: No sólo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra de Dios.

5 Y le llevó el diablo a un alto monte, y le mostró en un momento todos los reinos de la tierra.

6 Y le dijo el diablo: A ti te daré toda esta potestad, y la gloria de ellos; porque a mí me ha sido entregada, y a quien quiero la doy.

7 Si tú postrado me adorares, todos serán tuyos.

8 Respondiendo Jesús, le dijo: Vete de mí, Satanás, porque escrito está: Al Señor tu Dios adorarás, y a él solo servirás.

9 Y le llevó a Jerusalén, y le puso sobre el pináculo del templo, y le dijo: Si eres Hijo de Dios, échate de aquí abajo;

10 porque escrito está: A sus ángeles mandará acerca de ti, que te guarden;

11 y, En las manos te sostendrán, para que no tropieces con tu pie en piedra.

12 Respondiendo Jesús, le dijo: Dicho está: No tentarás al Señor tu Dios.

Durante la tentación en el desierto Jesús usó tres veces la Palabra de Dios para derrotar al diablo.

La Palabra de Dios es lo que nos trae victoria en cualquier circunstancia en la que nos encontremos y nos da la respuesta deseada.

2 Pedro 1:3-4

3 Como todas las cosas que pertenecen a la vida y a la piedad nos han sido dadas por su divino poder, mediante el conocimiento de aquel que nos llamó por su gloria y excelencia,

4 por medio de las cuales nos ha dado preciosas y grandísimas promesas, para que por ellas llegaseis a ser participantes de la naturaleza divina, habiendo huido de la corrupción que hay en el mundo a causa de la concupiscencia

Todas las cosas que necesitamos y deseamos en esta vida ya han sido provistas por Dios. Así que nosotros podemos disfrutar de todas estas cosas.

Tercer Paso: Pídele a Dios las Cosas que Necesitas

Este paso es tan obvio que parece tonto darlo; pero la verdad es que muchos creyentes no le piden a Dios las cosas que desean. Dan por descontado que Dios les dará las cosas que no le piden lo que necesitan.

Mateo 7:7-11

7 Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá.

8 Porque todo aquel que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá.

9 ¿Qué hombre hay de vosotros, que si su hijo le pide pan, le dará una piedra?

10 ¿O si le pide un pescado, le dará una serpiente?

11 Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre que está en los cielos dará buenas cosas a los que le pidan?

Aquí el énfasis está en que debemos pedir si es que queremos recibir.

Santiago 4:2

2 Codiciáis, y no tenéis; matáis y ardéis de envidia, y no podéis alcanzar; combatís y lucháis, pero no tenéis lo que deseáis, porque no pedís.

Las personas no reciben las cosas que desean porque no las piden.

Es como una persona que va a un restaurante, se sienta en la mesa, lee el menú, se queda una hora y se va a su casa sin comer nada. ¿Por qué no comió nada? Porque no pidió nada.

Si quieres algo debes ir y pedirle a Dios, que Él te responderá.

Cuarto Paso: Cree que Recibes

Marcos 11:23-24

23 Porque de cierto os digo que cualquiera que dijere a este monte: Quítate y échate en el mar, y no dudare en su corazón, sino creyere que será hecho lo que dice, lo que diga le será hecho.

24 Por tanto, os digo que todo lo que pidiereis orando, creed que lo recibiréis, y os vendrá.

En este verso vemos que debemos creer antes de recibir.

El verso 24 en la Versión Amplificada dice: “Cuando ores, ten confianza y cree que se te ha concedido, y lo tendrás.”

Mucha gente está esperando ver la respuesta para empezar a creer; pero si ya lo tienes para que necesitas creer que lo tendrás.

Uno cree primero y después ve la respuesta.

Juan 20:24-29

24 Pero Tomás, uno de los doce, llamado Dídimo, no estaba con ellos cuando Jesús vino.

25 Le dijeron, pues, los otros discípulos: Al Señor hemos visto. El les dijo: Si no viere en sus manos la señal de los clavos, y metiere mi dedo en el lugar de los clavos, y metiere mi mano en su costado, no creeré.

26 Ocho días después, estaban otra vez sus discípulos dentro, y con ellos Tomás. Llegó Jesús, estando las puertas cerradas, y se puso en medio y les dijo: Paz a vosotros.

27 Luego dijo a Tomás: Pon aquí tu dedo, y mira mis manos; y acerca tu mano, y métela en mi costado; y no seas incrédulo, sino creyente.

28 Entonces Tomás respondió y le dijo: ¡Señor mío, y Dios mío!

29 Jesús le dijo: Porque me has visto, Tomás, creíste; bienaventurados los que no vieron, y creyeron.

Aquí vemos a Tomás diciendo: “Ver para creer”.

Tomás es como mucha gente que está esperando ver primero para luego empezar a creer. Pero la fe no funciona así, tu primero crees lo que has pedido y luego lo verás.

Notemos que Jesús llamó incrédulo a Tomás por decir “ver para creer”; y dijo además: “Bienaventurados los que no vieron y creyeron”.

¿Por qué? Porque él que cree antes de ver recibirá cualquier cosa que pida.

Quinto Paso: Rehusa Dudar

Como dijo F. F. Bosworth: “Cree en tus creencias y duda de tus dudas”.

Aunque la mayoría de los creyentes hacen las cosas al revés, creen en sus dudas y dudan de sus creencias.

Santiago 1:6-7

6 Pero pida con fe, no dudando nada; porque el que duda es semejante a la onda del mar, que es arrastrada por el viento y echada de una parte a otra.

7 No piense, pues, quien tal haga, que recibirá cosa alguna del Señor.

Como vimos antes la palabra duda nos habla de oscilar.

El problema en la iglesia es que hay muchos “creyentes margaritas”. Son creyentes que hoy creen, mañana dudan, al día siguiente creen y luego vuelven a dudar. Están siempre a ambos lados del péndulo.

Son como el joven que deshojaba una margarita mientras pensaba en su novia y decía: “Me quiere, no me quiere, me quiere, no me quiere, me quiere, no me quiere...”.

Así están muchos creyentes: “Creo que recibo, no creo que recibo, creo que recibo, no creo que recibo...”. Ese tipo de persona nunca recibirá de Dios.

Mateo 14:22-32

22 En seguida Jesús hizo a sus discípulos entrar en la barca e ir delante de él a la otra ribera, entre tanto que él despedía a la multitud.

23 Despedida la multitud, subió al monte a orar aparte; y cuando llegó la noche, estaba allí solo.

24 Y ya la barca estaba en medio del mar, azotada por las olas; porque el viento era contrario.

25 Mas a la cuarta vigilia de la noche, Jesús vino a ellos andando sobre el mar.

26 Y los discípulos, viéndole andar sobre el mar, se turbaron, diciendo: ¡Un fantasma! Y dieron voces de miedo.

27 Pero en seguida Jesús les habló, diciendo: ¡Tened ánimo; yo soy, no temáis!

28 Entonces le respondió Pedro, y dijo: Señor, si eres tú, manda que yo vaya a ti sobre las aguas.

29 Y él dijo: Ven. Y descendiendo Pedro de la barca, andaba sobre las aguas para ir a Jesús.

30 Pero al ver el fuerte viento, tuvo miedo; y comenzando a hundirse, dio voces, diciendo: ¡Señor, sálvame!

31 Al momento Jesús, extendiendo la mano, asió de él, y le dijo: ¡Hombre de poca fe! ¿Por qué dudaste?

32 Y cuando ellos subieron en la barca, se calmó el viento.

En este pasaje podemos ver un ejemplo de lo que es la duda.

Pedro estaba en la barco y cuando vio a Jesús le dijo: “Si eres tu manda que yo camine sobre las aguas”. Y Jesús le dijo: “Ven”.

Pedro salió de la barca y empezó a caminar sobre el agua. Mientras el camino sobre las palabras de Jesús, siguió caminando por encima de las aguas; pero cuando puso sus ojos en el mar, las olas y el viento empezó a hundirse.

La duda es sacar los ojos de la Palabra de Dios y ponerlos en las circunstancias.

Marcos 11:23

23 Porque de cierto os digo que cualquiera que dijere a este monte: Quítate y échate en el mar, y no dudare en su corazón, sino creyere que será hecho lo que dice, lo que diga le será hecho.

Siempre habrán circunstancias que se levanten en contra de lo que estamos creyendo; pero nosotros debemos rehusar dudar y ordenarle a ese monte de circunstancias adversas que se mueva.

Sexto Paso: Medita las Promesas

Josué 1:8

8 Nunca se apartará de tu boca este libro de la ley, sino que de día y de noche meditarás en él, para que guardes y hagas conforme a todo lo que en él está escrito; porque entonces harás prosperar tu camino, y todo te saldrá bien.

La clave para el éxito en nuestra vida cristiana es la meditación de la Palabra de Dios.

La palabra hebrea para meditar es hagah (hagah) que significa: gemir, refunfuñar, proferir, hablar, decir, meditar, reflexionar, ponderar, murmurar.

El meditar no es poner la mente en blanco repitiendo un sonido como hacen las religiones orientales, sino mas bien colocando algo en ella.

Proverbios 4:20-22

20 Hijo mío, está atento a mis palabras; inclina tu oído a mis razones.

21 No se aparten de tus ojos; guárdalas en medio de tu corazón;

22 Porque son vida a los que las hallan, y medicina a todo su cuerpo.

El meditar la Palabra de Dios es ponerla delante de nuestros ojos. Es decir, vernos en posesión de las cosas que le hemos pedido a Dios; y hacer planes como que ya son una realidad en nuestra vida.

Marcos 5:25-29

25 Pero una mujer que desde hacía doce años padecía de flujo de sangre,

26 y había sufrido mucho de muchos médicos, y gastado todo lo que tenía, y nada había aprovechado, antes le iba peor,

27 cuando oyó hablar de Jesús, vino por detrás entre la multitud, y tocó su manto.

28 Porque decía: Si tocare tan solamente su manto, seré salva.

29 Y en seguida la fuente de su sangre se secó; y sintió en el cuerpo que estaba sana de aquel azote.

En el verso 27 vemos que la mujer decía; no dice que dijo; si no que decía, esto nos habla de una continuidad en el decir; ella decía una y otra vez: “Si tan solo toco el manto de Jesús seré sana, si tan solo toco el manto de Jesús seré sana, si tan solo toco el manto de Jesús seré sana....”; y fue tocó el manto de Jesús y fue sana.

Al decir estás palabras ella estaba meditando la Palabra; se estaba viendo sana, y al hacerlo ella fue y recibió su sanidad.

Un hermano dijo: “Si lo puedes ver, lo puedes tener.”

Eso es lo que debes hacer, debes ir una y otra vez a las promesas de la Palabra que te prometen lo que quieres recibir de Dios, hasta que se hagan una realidad en tu vida.

2 Corintios 4:13

13 Pero teniendo el mismo espíritu de fe, conforme a lo que está escrito: Creí, por lo cual hablé, nosotros también creemos, por lo cual también hablamos.

Si tu has creído la Palabra debes empezar ha hablarla hasta que se haga una realidad en tu vida.

La Dra. Lillian Yeomans; pionera de la sanidad a principios del siglo pasado; tenía casas de sanidad donde ministraba a los enfermos con la medicina de Dios.

Ella cuenta que un día llego una mujer que tenía tuberculosis en su grado terminal. La ministró con la Palabra, le dio un cuarto y le dijo que repitiese: “Por las llagas de Jesús he sido sanada.”

La mujer lo repitió sin parar durante tres días, al cabo de los cuales se levantó completamente sana.
La meditación de la Palabra trajo completa sanidad a esta mujer.

Debemos meditar en las promesas para recibir lo que Dios ya nos proveyó.

Séptimo Paso: Alaba a Dios por la Respuesta

Alguien dijo que la alabanza es el nivel mas alto de fe; y yo lo creo, porque tu estás dando gracias a Dios por la respuesta aunque todavía no hayas visto nada.

Romanos 4:20-22

20 Tampoco dudó, por incredulidad, de la promesa de Dios, sino que se fortaleció en fe, dando gloria a Dios,

21 plenamente convencido de que era también poderoso para hacer todo lo que había prometido;

22 por lo cual también su fe le fue contada por justicia.

Eso fue lo que hizo Abraham; dio gracias de antemano, aún no había nacido Isaac, sin embargo, él daba gracias a Dios porque estaba plenamente convencido de que era capaz de hacer todo lo que había prometido.

Debemos mantenernos firmes alabando y dando gracias a Dios por respondernos aunque aun no se haya manifestado físicamente nuestra respuesta.

Filipenses 4:6

6 Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias.

De nada nos sirve afanarnos y orar una y otra vez la misma oración; pues al orar por segunda vez le estás diciendo a Dios que no te escuchó la primera vez.

Cambia el afán por la alabanza, dándole gloria a Dios porque Él es poderoso para hacer todo lo que ha prometido.
Dale las gracias porque ya respondió tu oración.

Conclusión

Si eres fiel en seguir estos pasos recibirás la respuesta a tu oración.

Fuente: http://ow.ly/4igl1

Lo Que es la Fe

Por el Pastor Ricardo Botto

Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve. Hebreos 11:1

Este es el versículo clave para entender lo que la fe es. Por eso veamos este verso en varias versiones. Me he tomado la libertad de traducir literalmente algunas traducciones en idioma ingles.

Reina Valera 1909. Es pues la fe la sustancia de las cosas que se esperan, la demostración de las cosas que no se ven.

La Biblia al Día. Ahora bien, la fe es la garantía de lo que se espera, la certeza de lo que no se ve.

Dios Habla Hoy. Tener fe es tener la plena seguridad de recibir lo que se espera; es estar convencidos de la realidad de cosas que no vemos.

Moffat (Inglés). Pues, la fe quiere decir que tenemos la confianza de tener lo que esperamos, estar persuadidos de lo que no vemos.

Versión Amplificada. Ahora la fe es la seguridad (la confirmación, el titulo de propiedad) de las cosas que [nosotros] esperamos, siendo la prueba de las cosas que [nosotros] no vemos y la convicción de su realidad [la fe percibe como hecho real  lo que no ha sido revelado a nuestros sentidos].

Nueva Versión Internacional. Ahora bien,  la fe es la garantía de lo que se espera,  la certeza de lo que no se ve.

La Biblia de Jerusalén. La fe es garantía de lo que se espera; la prueba de las realidades que no se ven.

La Nueva Biblia de los Hispanos. Ahora bien, la fe es la certeza (sustancia) de lo que se espera, la convicción (demostración) de lo que no se ve.

La Biblia en Lenguaje Sencillo. Confiar en Dios es estar totalmente seguro de que uno va a recibir lo que espera. Es estar convencido de que algo existe, aun cuando no podamos verlo.

Al ver estas versiones podemos entender mas claramente lo que es la fe.

La fe es el título de propiedad que nos garantiza que las cosas que esperamos son nuestras a pesar de que no las veamos con nuestros ojos físicos. La fe nos da la seguridad de las cosas que estamos creyendo ya son nuestras. La fe es el brazo que se extiende al mundo espiritual y recibe las cosas que Dios ya nos dio.

La Fe es la Certeza de lo que se Espera

Para entender la fe, debemos entender que la fe y la esperanza son cosas diferentes, pero que trabajan juntas para que podamos recibir de Dios

La fe se encuentra en el tiempo presente mientras que la esperanza en el futuro.

Un joven fue un día a un negocio y le pidió al dueño que le fíe una gaseosa, el dueño le mostró un cartel que decía: “Hoy no fío, mañana si.” Al día siguiente fue de nuevo a la tienda y encontró el mismo cartel: siguió haciendo lo mismo durante varios días y siempre veía el mismo cartel, hasta que un día se dio cuenta que podía seguir yendo una y otra vez pero nunca le iban a fiar.

La esperanza esta siempre en el futuro, nunca nos ofrece la seguridad que tendremos las cosas que queremos recibir. Lo que nos da la seguridad es la fe.

Lo que hace la esperanza es trazarnos la meta, mientras que la fe la realiza.

Mi abuelo era ingeniero y mi papá es arquitecto. Cuando trabajaban juntos mi papá realizaba los planos de la casa y luego la construía mi abuelo.

Eso es lo que hace la esperanza dibuja el planos de lo que queremos recibir de Dios, y la fe lo trae a nuestras vidas.

Una hermana enferma de cáncer decía: “Yo se que Dios me sanará algún día.” Y se murió. Algunos hermanos se preguntaban porque esas palabras llenas de fe no funcionaron. La respuesta es sencilla no eran palabras llenas de fe sino llenas de esperanza.

Marcos 11:24 (Reina Valera 1960). 24 Por tanto, os digo que todo lo que pidiereis orando, creed que lo recibiréis, y os vendrá.

Biblia al Día. Por eso os digo: Creed que ya habéis recibido todo lo que estéis pidiendo en oración, y lo obtendréis.

Dios Habla Hoy. Por eso les digo que todo lo que ustedes pidan en oración, crean que ya lo han conseguido, y lo recibirán.

Nueva Biblia de los Hispanos. Por eso les digo que todas las cosas por las que oren y pidan, crean que ya las han recibido, y les serán concedidas.

La fe cree que recibe ahora; la esperanza en el futuro. La fe y la esperanza son dos tiempos diferentes para recibir de Dios.

A veces cuando termino de hacer la oración de acuerdo (Mateo 18:19) con alguien le pregunto: “¿Cuándo vas ha recibir tu respuesta?”  Si me dice ahora se que ya lo tiene porque está en fe, si me dice “Dios me lo dará algún día”, o algo parecido, se que no está en fe sino en esperanza, porque ha puesto su respuesta en el futuro y se que no recibirá de Dios.

Hagamos ajustes en nuestro creer, pongámoslo en el tiempo presente. La fe dice: “Es mío, lo tengo ahora.”

La Fe es la Evidencia de lo que No Se Ve

Hace unos años estaba en la ciudad minera de Calama, en la Segunda Región de Chile; recién habíamos llegado a la ciudad y fuimos a almorzar con el pastor que me invitó. Cuando salimos del restaurante vimos que la ventana trasera del furgón del pastor estaba abierta y faltaban dos maletas. Una de ellas tenía mi pasaporte, mi dinero y toda mi ropa. 

Cuando nos dimos cuenta, el diablo empezó a decirme: “Hoy día vas a predicar con blue jean y polera.” Yo le respondí: “No, diablo, la Biblia dice en Proverbios 6:30-31 que si el ladrón fuese descubierto devolverá siete veces, así que tu me vas a devolver siete veces lo que me has robado.”

Fuimos a la estación de carabineros, y mientras esperaba que me atendieran ví que entraba un carabinero con dos maletas; el capitán me pregunto: “¿Para que ha venido?” Yo le respondí: “Para recoger mis maletas.”

Me pidieron que revisara el contenido y vimos que no faltaba nada.

Al cabo de tres semanas había recibido siete veces más de lo que me había robado el diablo.

¿Qué me dio la confianza de que iba a recuperar mis cosas? ¿Qué me dio la seguridad de que iba a recibir siete veces más? La fe, la fe en la Palabra de Dios.

La fe en Dios cree en la Palabra de Dios a pesar de las circunstancias en las que estemos.

2 Corintios 4:18. No mirando nosotros las cosas que se ven, sino las que no se ven; pues las cosas que se ven son temporales, pero las que no se ven son eternas.

¿Qué es algo temporal? Una cosa que está sujeta a cambio.

El problema o necesidad que tienes puede cambiar; no importa cual sea la circunstancia que estés pasando, está sujeto a cambio.

¿Existe algo que sea eterno? Si, la Palabra de Dios

Mateo 24:35. El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán.

La Palabra de Dios es eterna.

Santiago 1:16-17. Amados hermanos míos, no erréis. Toda buena dádiva y todo don perfecto desciende de lo alto, del Padre de las luces, en el cual no hay mudanza, ni sombra de variación.

         El verso 16 en la Biblia en Lenguaje Sencillo dice: Mis queridos hermanos, no sean tontos ni se engañen a ustedes mismos.”

El verso 17 en la Biblia Castilian: “Todo lo que recibimos de bueno y perfecto procede de Dios, creador de todas las luces del universo y en quien no hay cambio alguno ni sombra de variación”; y en la Biblia al Día: “Toda buena dádiva y todo don perfecto descienden de lo alto, donde está el Padre que creó las lumbreras celestes, y que no cambia como los astros ni se mueve como las sombras”.

Entonces podemos leer este verso así: “Amados hermanos no sean tontos, ni se equivoquen ni engañen, todo lo bueno y perfecto que recibimos viene de Dios, que creó las luces del universo y no cambia como los astros ni se mueve como las sombras.”

Malaquías 3:6. Porque yo Jehová no cambio; por esto, hijos de Jacob, no habéis sido consumidos.

Dios no es un ser inconstante, ni variante, ni cambiante; Él sigue siendo siempre el mismo; y Su Palabra tampoco cambia.

Dios no es hombre para que mienta, ni hijo de hombre para que se arrepienta, las cosas que ha dicho las cumplirá en nuestra vida; Él apresura su Palabra para ponerla por obra (Números 23:19, Jeremías 1:12).

Podemos caminar confiados porque tenemos un Dios que cumple perpetuamente Su Palabra a nuestro favor.

Las circunstancias o problemas que pasemos son cosas temporales que cambian cuando ponemos lo eterno en nuestras vidas.

Si las circunstancias te hacen sentir enfermo solo debes declarar lo que dice 1 Pedro 2:24: “Soy sano por las llagas de Jesús.”

Si tienes problemas financieros solo cree lo que dice Filipenses 4:19: “Mi Dios suplirá todo lo que me falta conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús.”

La Palabra de Dios tiene la respuesta a tus problemas.

Romanos 4:16-22. Por tanto, es por fe, para que sea por gracia, a fin de que la promesa sea firme para toda su descendencia; no solamente para la que es de la ley, sino también para la que es de la fe de Abraham, el cual es padre de todos nosotros. (como está escrito: Te he puesto por padre de muchas gentes) delante de Dios, a quien creyó, el cual da vida a los muertos, y llama las cosas que no son, como si fuesen. El creyó en esperanza contra esperanza, para llegar a ser padre de muchas gentes, conforme a lo que se le había dicho: Así será tu descendencia. Y no se debilitó en la fe al considerar su cuerpo, que estaba ya como muerto (siendo de casi cien años), o la esterilidad de la matriz de Sara. Tampoco dudó, por incredulidad, de la promesa de Dios, sino que se fortaleció en fe, dando gloria a Dios, plenamente convencido de que era también poderoso para hacer todo lo que había prometido; por lo cual también su fe le fue contada por justicia.

Abraham no creyó lo que sus sentidos le decían, no creyó lo que sus ojos veían; él estaba completamente convencido de que Dios iba a cumplir la promesa que le había hecho y su fe trajo como resultado el nacimiento de su hijo Isaac cuando tenía cien años.

Abraham no miró las cosas que se veían, sino lo que no se veía la palabra de Dios.

Proverbios 4:20-22. Hijo mío, está atento a mis palabras; Inclina tu oído a mis razones. No se aparten de tus ojos; Guárdalas en medio de tu corazón; Porque son vida a los que las hallan, Y medicina a todo su cuerpo.

Nuestros ojos siempre deben estar firmes en la Palabra de Dios, sabiendo que ella nos va ha traer las cosas que estamos deseando.

La fe siempre esta viendo la Palabra de Dios y tomándola como una realidad aunque las circunstancias por las que estemos pasando parezcan ser contrarias a lo que Dios promete.

Fuente: http://ow.ly/4igaK

Aclaración

Este Blog no tiene fines de lucro, ni propósitos comerciales, el único interés es compartir los gustos y las preferencias de su autor, con personas afines. Julio Carreto. Predicador